Las colinas de Komor XIX
El joven se acercó con aire desenvuelto como si ella no fuese más que una campesina más a la que violar e hizo una torpe reverencia antes de coger su mano y besársela.
XIX
El resto del día transcurrió en una ambiente tranquilo y relajado. Esta vez fue Oliva la que se encargó de vigilar el campamento mientras la doctora pasaba consulta y él se dedicó a hacer el inventario semanal del material y revisar las armas para asegurarse de que le polvo del desierto no hubiese causado ningún desperfecto.
Cuando finalmente la doctora terminó con los pacientes Oliva subió hasta el campamento y cogiendo el libro se puso a leer. A pesar de todo, la historia le había enga...