Las colinas de Komor XXXII

La luz de la luna penetró en la habitación y atravesando la densa nube de polvo que había levantado iluminó a su deliciosa compañera de baile. La lechosa luz del astro resbaló sobre su cara y su cuello haciéndolos refulgir.

XXXII

Miró de nuevo el reloj. Había querido ir inmediatamente a hacer una visita a aquel viejo soldado, pero Monique tenía cosas que hacer y no estaría libre hasta cerca de la puesta del sol, así que estaba de nuevo, tumbado en el catre esperando mientras que, si sus sospechas eran ciertas, los rebeldes afganos podrían estar dirigiéndose hacia allí en ese momento, fuera del alcance de las cámaras de los drones.

—Te veo preocupado.—dijo Oliva sin apartar las miradas de los monitores.

*...

Las colinas de Komor XXXI

—Quiero que te esmeres con él. —le dijo mientras se acercaba a ella y le cogía de la mano para entregarla al cliente— Compórtate como una gata en celo y no le des descanso. Hazle todo lo que desee y todo lo que no se atreva a pedir y luego dale conversación.

XXXI

Al día siguiente se despertó con unas pésimas noticias. Apenas se había quitado de encima las telarañas del sueño cuando Hawkins le llamó para avisarle de que los afganos habían desaparecido sin dejar rastro. Se habían esfumado en cuestión de unas horas y los de inteligencia no tenían ni una sola pista. Al parecer, por un problema de software se habían visto obligados a retirar el dron y no habían dispuesto de un repuesto hasta casi seis horas después.

*Los de inteligencia les habían as...

Las colinas de Komor XXX

Sin añadir nada más continuaron corriendo. Amara miró un instante a Sardik, aquel hombre la interesaba. Hablaba muy poco, pero cuando lo hacía sabía lo que decía. Su rostro elegante y afilado, con una perilla cuidadosamente recortada no ocultaba la oscuridad y tristeza que expresaban sus ojos. Quizás por eso le atraía tanto.

XXX

La estrecha boca daba a una especie de antesala de unos tres metros de alto y unos cincuenta de longitud que se internaba recta en las profundidades de la colina. Las luces de la camioneta se filtraban por la abertura, penetraban en la estancia e incidían en las formaciones calcáreas que colgaban del techo creando sombras fantasmales.

*Desasosegado, echó las manos a una linterna y le dio otra a Monique junto con unos guantes de trabajo mientras le recomendaba que tuviese cuidado de dónde...

Las colinas de Komor XXIX

—Quiero que hagas lo que mejor sabes. —dijo él desplazando las manos hacia arriba a la vez que tiraba de la falda de su tenue vestido— Quiero que seduzcas, quiero que ames, quiero que sometas. Quiero saber que pasa por la cabeza de los lideres de Komor.

XXIX

Los dos días siguientes pasaron en una calma tensa. El grupo de afganos parecía patrullar sin rumbo por un sector a unos ochenta kilómetros al noroeste de la aldea, como si buscasen algo. No se acercaban, pero tampoco se alejaban demasiado.

Al menos los de inteligencia habían cumplido y estaban casi constantemente vigilados. Había sugerido a Hawkins que un ataque aéreo podría terminar con el problema rápidamente, pero los de inteligencia tenían curiosidad por saber que era lo que buscab...

Las colinas de Komor XXVIII

Gazsi volvió a cerrar los ojos satisfecho y se separó un instante para dejar que la esclava respirase antes de cogerla por el pelo y empezar a penetrarla repetidamente, descargando todas sus frustraciones en aquella boca.

XXVIII

—Vaya, ¿Has decidido correr hoy con la mochila llena de piedras? —le saludó Monique al verle aparecer con la bolsa de las herramientas al hombro.

—Tengo que hacer un trabajillo. Me preguntaba si no te importaría cambiar la ruta y seguirme tú a mí para variar.

—No hay inconveniente. —respondió ella continuando con los estiramientos y haciendo que Ray solo desease coger aquellas piernas y aquel culo y...

—Vamos, ¿A qué estás esperando? —le invitó ella echando a correr.

...

Las colinas de Komor XXVII

Al entrar en la estancia se encontró con una docena de miradas que oscilaban entre el escepticismo y la hostilidad. No tenía ni idea de para qué le habían mandado llamar, pero cuando vio el rostro arrugado y serio de Aselas supo que era por algo grave.

XXVII

Ray colgó el teléfono y entró en la tienda. Le contó las nuevas noticias a Oliva que al contrario de lo que esperaba no mostró ningún signo de contrariedad, incluso le pareció ver un destello de alegría en los ojos.

No terminaba de conocer a aquella mujer. Cada vez le parecía más la típica persona a la que le gustaría ver incendiarse el mundo entero solo por la curiosidad de saber que pasaría luego. Definitivamente jamás la dejaría al cuidado del maletín nuclear.

*Mientras había...

Atrapada Nina. Capítulo final

Sin descalzarse se dirigió de nuevo al dormitorio y estaba recomponiendo un poco la cama cuando oyó un golpe sordo y un gemido proveniente de la cocina.

25

Se despertó con la cabeza mirando hacia los pies de la cama y las sabanas arrebujadas en torno a su cintura. Tenía el cuerpo pegajoso y acalambrado. Se estiró palpando en la penumbra pero no dio con el cuerpo de Ricardo. Estuvo a punto de pensar que se había ido, pero el ruido de alguien trasteando en la cocina le dijo que probablemente estaba haciendo algo para desayunar.

Se levantó y subió la persiana. Al parecer la nieve había caído durante toda la noche y había una capa de diez centím...

Las colinas de Komor XXVI

Neelam tembló ligeramente y simuló seguir hablando con su vecina de mesa. No había esperado suscitar tanta atención por parte del gobernador y ni se les había ocurrido idear una historia.

XXVI

Aquella mañana no tuvo mucha prisa por levantarse. Monique se había pasado toda la noche de guardia y pasaría la mañana durmiendo, así que Ray no salió de la tienda hasta bien avanzada la mañana.

La tormenta había pasado dejando el ambiente limpio y fresco. Por una vez el viento que venía por el valle no era capaz de levantar el polvo compactado por la humedad. Todos parecían haberlo notado y paseaban por el campamento con una especie de sonrisa de alivio marcada en la cara.

Más a...

Atrapada Nina Capítulo 23

Obligándose a mantener la mirada al frente sintió los pasos apresurados del abogado a su espalda, mientras imaginaba el impacto que causaría en el verla allí sentada con la espalda al aire y el torso ligeramente girado...

23

Al día siguiente se levantó totalmente descansada. Por primera vez pudo dormir de un tirón sin la tensión de que cada llamada que recibiese pudiese ser la de su acosador. Se levantó y recordando las palabras de Paula la noche anterior cogió el teléfono y estuvo a punto de llamar a Ricardo, pero en el último momento se acobardó y dejó el aparato sobre la mesa. Bajo la ducha meditó largamente. Ricardo le gustaba y mucho, era todo lo que esperaba de un hombre, atractivo, fuerte, atento e inteligen...

Las colinas de Komor XXV

Con un suspiro se tocó el lugar donde la oreja de Albert había reposado, justo sobre su pecho izquierdo. Una oleada de deseo la invadió con todos aquellos recuerdos. Aquel desconocido que había comprado en un mercado de esclavos le había salvado la vida y ahora lo tenía a su lado, desnudo.

XXV

Durmió profundamente durante el resto de la tarde y solo el hambre lo despertó. Abrió una lata de carne y la comió con la ayuda de su cuchillo de combate en apenas tres minutos. Cuando terminó eructó satisfecho y se dispuso a hacer guardia, pero Oliva le preguntó si podía hacer ella la primera guardia.

Ray no puso inconvenientes y salió para disfrutar de la puesta de sol. Al salir de la tienda comprobó que aquel día no iba a tener un gran espectáculo. El cielo estaba cubierto de unas nubes p...