41.2 Gonzalo en Lille
-Te adoro, te quiero tanto. y besa, y vuelve a besar sin detenerse mi pecho, mi abdomen y lame lujuriosamente de nuevo las tetitas para volver a mis labios.
Rafael y Evans necesitan estar a solas, desconozco el para qué, pero presiento que sobro. Los dejé para intentar encontrar a mi pareja de baile, antes paso por los aseos y desde la zona de acceso, donde en esos momentos no hay público, puedo llamar a Gonzalo.
-Mi amor, esperaba tu llamada. –tras de su voz podía escuchar el sonido de otras voces.
-Estoy en una cena, espera que me levante y me alejo. –le escuchaba hablar con alguien próximo pero sin entender lo que se decían.
-Ya estoy co...