41.2 Gonzalo en Lille

-Te adoro, te quiero tanto. –y besa, y vuelve a besar sin detenerse mi pecho, mi abdomen y lame lujuriosamente de nuevo las tetitas para volver a mis labios.

Rafael y Evans necesitan estar a solas, desconozco el para qué, pero presiento que sobro. Los dejé para intentar encontrar a mi pareja de baile, antes paso por los aseos  y desde la zona de acceso, donde en esos momentos no hay público, puedo llamar a Gonzalo.

-Mi amor, esperaba tu llamada.  –tras de su voz podía escuchar el sonido de otras voces.

-Estoy en una cena, espera que me levante y me alejo.  –le escuchaba hablar con alguien próximo pero sin entender lo que se decían.

-Ya estoy co...

41.1 Rafael, dulce compañía

-Solo es un beso, es que no puedo aguantar viéndote desnudo. –no le había rechazado, solo ronroneaba de placer, lleno de mimos al sentir las ágiles manos acariciándome la espalda hasta la cintura.

He tenido que olvidarme de todas mis preocupaciones excepto lo que no fuera el trabajo, desde la primera reunión han comenzado a surgir innumerables problemas, y como colofón, un operario desplazado de otra empresa, para el montaje del filtrado, se ha caído de un andamio.

Hemos tenido que posponer otras reuniones para ocuparnos de revisar los protocolos de seguridad, preocupados por lo que le haya podido suceder e interesados por su estado en cada momento, la situación es compleja y ahora que está res...

40.2 Amor y cariño

-¿Puedo Daniel?, será la última vez, déjame que te tome y te la meta. –eran susurros entrecortados y llenos de pasión que me herían, ¡la última vez!, ¿por qué?

Habíamos terminado cansados pero satisfechos, con toda la tensión de nuestros cuerpos canalizada. Ahora me sentía tranquilo, nuestros cuerpos se había unido y nuestras almas descansado.

Nos duchamos entre bromas, del culito de Lorian salía cantidad del semen que le habíamos inyectado y también del mío, lo sentía resbalando por mis piernas, cuando nos secamos Lorian propuso ir a terminar las bebidas que habíamos dejado en la sala, le seguimos. No se podían beber por estar calientes y preparó unas nueva...

40.1 Confesión innecesaria

Nos vimos interrumpidos por la llegada de Lorian, una presencia impetuosa que vino corriendo a abrazarme y darme besos entre gritos jubilosos.

Elie me tiene perfectamente documentado todo lo sucedido durante la semana, y prácticamente es leer su informe para volver a entrar en la rueda del trabajo como si no hubiera faltado de mi puesto.

A la mañana he entregado al padre de Ray el regalo que le compré en Londres para que le entregue, y el dinero que ha gastado en lavar el coche y cargarlo de combustible. Le doy las gracias por las flores, pero me dice que fue Rayhan el que las trajo. Solo espero que le guste el regalo y que sea de su agrado....

39.5 Volver a empezar

Acariciaba su cara y volvía a grabar con mis dedos el retrato de su rostro aunque lo sabía de memoria.

Estaba toda la familia esperándonos en uno de los salones, El abuelo de Gonzalo permaneció sentado en su silla y el resto se puso de pié para saludarme, fui a estrechar la mano del abuelo, me recibió como siempre, campechano y alegre y con una mirada inquisitiva, curiosa,  queriendo averiguar algo. Yo era para él como una prolongación de mi padre, la persona que le había servido siempre fielmente para levantar su imperio.

A la dulce abuela la abracé, María me comía a besos y Raúl me saludó con un fuer...

39.4 A Londres pasando por Derby

-No puedo enfadarme contigo, eso es imposible, puede que lo esté conmigo por dejarme llevar por mi deseo de ti.

Después de que Robin se durmiera, mi sueño había sido ligero e intranquilo, me desperté varias veces durante esas horas. Había prometido estar fuera de mi habitación antes de que yo me levantara e iba a obligarle a cumplir su promesa.

Reposaba boca abajo con las piernas extendidas, una mano debajo de su mejilla y la otra en la cabeza, se le veían los pelos de los sobacos y su culo tan breve y respingón envuelto en su slip tan escaso, tan erótico y  hermoso, pero sobre todo muy, muy tierno.

Puse...

39.3 El pasado doloroso

Siempre le había visto, en las duchas o cuando se vestía sin pudor alguno delante de mi, con la polla en reposo, o un poco hinchada, y aquello que sentía presionando sobre mi vientre y mi pene no se parecía en nada a lo que yo conocía.

Retrospectivo: Algunos años antes.

Desde que Gonzalo comenzó a vivir en la residencia de sus abuelos, dejando la casa de los tíos de Ál, las cosas entre ellos no marchaban como antes, iban sorteando tempestades, y tuvieron una gran recaída después del viaje de fin de curso, cuando terminamos el bachillerato, a los dieciocho años cumplidos para alguno, y teníamos que comenzar en la Universidad.

*Aunque algunos días se quedaba a dormir en la casa de los tíos de Ál, sobre todo los fines de sem...

39.2 Una noche de piel negra

-Robin, tengo que lavarme, no soy una mujer y no tengo vagina. –volvió a dejar salir su risita nerviosa.

Me quitó el pantalón de dormir y se colocó entre mis piernas, abriéndolas para ocupar su lugar, su polla durísima y poderosa golpeaba entre mis muslos, y acariciaba mi cara llenándola de besos con sus carnosos labios, yo pasaba mis manos por su musculoso cuerpo, acariciaba sus glúteos que se contraían haciendo notar los elásticos  músculos, sentía toda su dureza y como su cuerpo se tensaban entero al moverse, alargó la mano y cogió lo que había traído en la bolsa, un tubo de crema del que vertió un poco en...

39.1 Robin

-Eres un chico muy guapo, demasiado bello para ser chico, ya te lo habrán dicho. –calla un momento mirándome fijamente con sus profundos ojos negros.

Esté capítulo se adelanta para conpensar el retraso anterior.

Aún no habían bajado todos los compañeros al comedor para el desayuno, pero vi a Robin que anoche no había llegado antes de que marchara a dormir. Robin es uno de los pocos chicos que cogieron en la selección de la primera convocatorio, en la que me eligieron a mí también.

En la pasada reunión estuvo jugando conmigo, logró desconcertarme al manifestar, entre bromas, cierto interés por mi persona y que no podía tomarle en serio ya que...

38.3 Dolor que no cesa

-Daniel, espera un momento. –me di la vuelta al reconocer la voz, Gonzalo se acercaba con largos pasos y rápido. -¿Te marchabas sin decir adiós?, ¿sin despedirte siquiera? –vi el dolor reflejado en sus ojos.

Lo envié el pasado día 2 y parece que se ha perdido.

Desperté con sus caricias.

La noche pasada, después de nuestro acto de amor nos habíamos levantado para ir al baño y limpiar los restos de nuestro gozoso reencuentro;  la verdad era que, en su pecho lleno de vello, el semen seco, pegado a sus pelos, no resultaba my estético.

Nos aseamos manteniendo la compostura y fuimos a la cocina de donde nos llegaba un olor orientativo de lo que allí se preparaba. Aurora, como no podía ser de otra ma...