28.2 Hay que regresar a casa
- Rayhan, ¿qué es lo que me dices?, a veces no te entiendo. ríe quedamente mientras acaricia mi rostro.
Alguien había traído pastas a la sala del café y aunque no es muy frecuente, cojo un par de ellas y las mojo en mi té antes de comerlas, la mañana no está muy fría, pero el agua que cae en torbellinos, por culpa del viento, aumenta la sensación y estoy aterido a mi vuelta de la depuradora. La sala está vacía y me siento ante la ventana viendo resbalar por los cristales el agua que los azota. El contraste me hace recordar los días de aquel cálido verano después de mi vuelta de Canadá.
Retrospectiv...