47.4 Confidencias de Jean

Ese fue el final de mi provocativo número de exhibición, apartó con brusquedad mi mano y colocando su verga

Cogimos la carretera que discurre paralela al canal, por dónde fuimos con el viejo vehículo que tenía su padre de la Segunda Guerra, camino de los criaderos de abejas, hasta que llegamos a un espacio donde el agua no iba encauzada, y bajamos hasta el borde donde unos cuantos patos buscaban su comida en la parte menos profunda del cauce, metiendo su cabeza y largo cuello rebuscando en el fondo.

Tomé asiento sobre las piedras y cogí una pequeña lanzándolas lejos de donde se encontraban los ánades de bri...

47.3 Lluvia dorada

Me puse el bóxer corto color salmón muy claro y la camisa de seda regalo de Nico.

Le notaba molesto por lo que habíamos hablado, llegué detrás de él y le abracé estrechando mi pecho en su espalda, elevaba la cabeza para recibir el agua en la cara y pasaba las manos por ella frotándola.

-No te enfades Gonzalo. Si que he hecho algún trío, pero no como te los puedas imaginar, lo hice con Ray y Denis porque Ray me lo pidió, Denis no quería que le metiera el vergón que tiene y los ayudé.

-Lo hice con Lorian y Nico porque lo necesitaban también, tenía que dejar a Nico con alguien c...

47.2 Día primero de Mayo

-Será una experiencia exquisita sentir a mi muñequita sodomizar a su macho. –se ríe como burlándose de mí pero no deja de reír besándome y llenándome la piel de saliva.

Su respiración se calmó y permaneció mirándome, parecía como si quisiera envolverme en la luz de sus ojos, crear una cúpula de cristal que me protegiera del mundo exterior.

-Nuca más volvimos a follar si es lo que deseas saber, pero tú sabes que a Borja le siento como si fuera mi hermano, no podría vivir sin él y su ayuda, y mis abuelos tampoco, sobre todo mi abuelo, Borja es como otro nieto para él.  –se le sentía el profundo afecto hacía aquel chico y del que ya me había dado cuenta.

-He podid...

47.1 Paul y el baile erótico

-Sal del coche Rafael, vas a conseguir enfadarme. –imposible molestarse con él, se quitó el cinturón de seguridad y en lugar de salir,

No me había dado cuenta, y cuando me reuní con Elie para preparar el trabajo de la semana y vi el calendario me llevé una grata alegría, el viernes primero de Mayo era fiesta en Francia.

Al mediodía y a la hora convenida llamé a Gonzalo. Terminaba en ese momento la reunión tan importante que había preparado ayer con tanto cuidado con Luis y le encontré satisfecho.

-Ayer estabas preocupado porque no habíamos decidido donde pasar el fin de semana y hoy me entero de que el viernes es fiesta.  –mi v...

46.3 Con Maira y el pasado

Corría unos pasos detrás de él y observaba el movimiento de su culo al contraerse, aprisionado en su pantalón, en cada una de sus largas zancadas.

Notaba cosquillas en mis labios y llevé mi mano entre sueños para calmarme, una tierna risa terminó por lograr que abriera los ojos y encima de mí tenía el risueño rostro de Gonzalo.

Lucía como el sol enseñando sus blanquísimos dientes enmarcados en su naciente barba negra y tupida.

-Siento despertarte pero vamos a correr un rato.  –le hubiera sujetado para quedarme en la cama a su lado, abrazado por sus fuertes brazos y las caricias de sus manos.

No me dio tiempo a pensarlo, retiró la rop...

46.2 Amor y sexo

Los gemidos se escapaban involuntariamente de mi garganta y me elevé sobre los codos para ver el espectáculo de su masculina cara tragando todo mi miembro.

Enterraba mi nariz en los vellos de su pubis y giraba mi cabeza para coger en mi boca sus huevos desde abajo, lamiendo delicadamente el escroto arrugado y que yo estiraba con mis labios y mis dientes.

Volvía de nuevo a su glande para recoger con la lengua el precum que salía, lamiendo sin parar y besando la puntita del capullo.

-Métela en la boca, cómela por favor.  –entendí que había llegado a un momento de extrema sensibilidad en su glande pero no le hice caso.

Cogí su polla con mi mano,...

46.1 Cinco largos días

Me esperaba en St Pancras como acordarnos, estaba para comérselo y él no dejaba de mirarme sin atreverse a dar el primer paso, hasta que apareció su pícara y traviesa sonrisa que me hizo enrojecer y me arrojé en sus brazos.

La noticia se había extendido por toda la fábrica, todos sabía ya que me marchaba sin haber cumplido el programa para el que estaba aquí. Solamente me lo dijeron las compañeras del laboratorio al llegar a media mañana para tomar un té, del resto lo pude notar por sus extrañas miradas.

Preparé mis observaciones al contrato de trabajo y se lo remití al departamento de R.H. No tardaron mucho en contestar enviándome algunos cuestionarios que les debía rellenar. Eran prácticamente una duplicidad de otros q...

45.2 Convivencia de cuatro

-Ponte de pie, o mejor siéntate aquí, te vas a dañar las rodillas en esa posición. –me señalaba sus piernas para que me sentara en ellas.

Después de la extraordinaria follada que Gonzalo me dio nos duchamos y terminamos  rendidos, nos acostamos mirándonos con ternura y amor sin hablarnos, me puse de espaldas a él y me abrazó colocando su pubis en mi culo y su mano acariciando mi pecho abrazado por detrás. Después de un tiempo besaba mi hombro y yo ronroneando mimoso.

-¿No te molestará que te llame de esa manera, puto y zorra, cosas así? –no dejaba de pasar sus labios por mi piel y sonreí sin que me viera.

-Gonzalo sabes que no, mu...

45.1 Primaveral París

Nos despedimos para ir a dormir y al verle desnudo pegué mi pecho al suyo sintiendo su tibio calor, y el roce del pelo de su pecho cosquilleó mis tetillas que se pusieron erectas.

La nota que encontré de Ray a mi vuelta de Londres era para decirme que se marchaba de la ciudad, además de relacionar lo que había gastado atendiendo mi coche, su padre Anwar y su tío habían llegado a un acuerdo, podrían tenerle en su casa, estaban mirando su ingreso en la universidad para no interrumpir sus estudios.

**Anwar me lo explicó a su forma, ampliando algunos detalles de cómo estaba solucionándose su acomodación. Era un hombre que después de tantos años en Francia la sentía como su país...

44.3 La familia

-¿A qué esperas?, ¡hazlo! -deslizó su cabeza para juntar nuestras bocas y juro que hice lo que me pidió empezando por sus labios y su lengua tan mojada y dulce.

Después de comer en familia, Gonzalo me llevó de paseo por las calles tan bonitas de las cercanías hasta llegar al río, me mostró el club donde acudía para nadar y realizar sus ejercicios de gimnasia y donde ya estaba yo apuntado.

Parece que sabían, mejor que yo, cual iba a ser la decisión que adoptaría y creo que mi madre tenía mucho que ver en esto, se estaba produciendo un intercambio de información entre ambas mujeres y por extensión con Gonzalo.

Llegamos hasta el río y paseamos por su orill...