53.4 El señor Cheng-Gong
Metí mi mano en el bolsillo trasero de su pantalón acariciando ligeramente su redonda nalga.
Como sabía que habría más por su insistencia aunque fuera jugando, decidí ir al baño y prepararme, deseaba darle gusto en lo que él quisiera y, además de que a mi me encantaba sentirle tan deseoso.
-Espérame un momento, vuelvo en unos minutos. –intentó retenerme sin conseguirlo, sabía cuál era mi obligación.
No tardé mucho tiempo cuando volví a estar a su lado, estaba distraído y me miraba como si no me viera.
-Me preparo para ti y ahora no me haces caso. –le besé mimoso la barbilla hast...