38.2 El relato de María
Nos lavamos la boca y vamos a la cama, no dejo de observar que Nico conserva el slip para meterse entre las sábanas cuando a él le gusta dormir sin ropa.
Cuando desperté no me podía mover, Rafael estaba abrazándome por detrás como quedamos anoche, sentía su fuerte erección apretándose en mis glúteos, separé su brazo de mí, no le quería despertar pero abrió sus ojos.
-¿Tienes que marcharte ya? –volvió a abrazarme para retenerme junto a él.
-Es mi horario, tú puedes quedarte hasta que lo desees y luego cerrar la puerta sin más, o pedirle al padre de Rayhan que la cierre. Duerme y déjame levantar.
No me atiende y también se levanta, va al bañ...