Los limoneros II
Se contrajo y esperé, resistiendo mi venida a que él se hubiera vaciado entero, necesitaba sentirlo en todos los sentidos
Raúl ya no estaba cuando bajé a la planta baja para desayunar y Matilde me dijo que volvería a la tarde, para cerrar la calefacción o bajarla en ciertas zonas de la casa. El salón estaba recogido como si no hubiera estado allí durmiendo y la manta cuidadosamente doblada. Volví a mi trabajo de revisar documentos hasta que mi tío llegara a recogerme.
Respondí la llamada de Marina, mi jefa y amiga.
-Cielo, ¿qué tal el viaje?
-He llegado sano y salvo jefa, gracias por preocuparte, ¿o necesitas...