¿Quien va a darme más placer? 2

Apenas me reconocía, cuando más dura era con Marisa más me excitaba. Aunque ella me saciaba completamente, anhelaba el sexo que me había dado Diego.

Habían pasado dos días desde lo mío con Diego, solo nos habíamos cruzado un par de veces.

Unos días después estaba en el almacén cuando Diego apareció, ambos nos miramos y el rompió el silencio.

-Natalia lo del otro día no puede volver a pasar.

-¿Ha pasado algo?

-Nada especial, simplemente creo que es demasiado complicado

-¿Es por Luisa? ¿Por Marisa?

-Por ambas, también por mí y por supuesto por ti.

-¿Quién de las dos lo sabe?

-Seguro ninguna, sospechan las do...

¿Quien va a darme mas placer?

Empezó ELLA a tocarme, a lamer mi coño hambriento pero... Era de lo más erótico y salvaje que EL me follara contra la pared

Hacía mucho frio esa mañana y decidí tomarme un café con leche, en la cafetería del centro comercial alguien me llamó y al girarme vi a una mujer saludando con la mano.

Era Luisa una antigua compañera con la que tuve un altercado, la educación me hizo devolverle el saludo.

-Hola Luisa, ¿Qué tal estas?

-Bien Natalia no esperaba encontrarte por aquí. Siéntate si quieres.

Me senté en su mesa y tuvimos una charla trivial, al final de su café se despidió educadamente y se fue a la barra a...

Mi nuera Sara se convierte en mi adicción.

Su manita se metió en mi pantalón, agarró mi polla y la liberó. Lentamente empezó a meneármela y enseguida acercó su lengua a la punta, la lamio y succionó con devoción, luego empezó a dejar que resbalara entre sus labios, la agarré de la nuca y me folle su boquita

Llegué como cada fin de semana a la casa que alquilábamos cerca de la playa. Mi mujer pasaba allí los dos meses íntegros, yo iba los fines de semana y pasaba solo la semana en la ciudad. No me gustaba demasiado pero en esos temas mi señora mandaba y a ella le encantaba pasar allí la semana con sus amigas. A veces alguno de mis dos hijos iba a pasar unos días.

Me quite el traje y la corbata y me puse la ropa de playa para ir a buscarlos. Allí estaban en la orilla vi a  mi mujer y dos de las vecinas, lo...

Lo mejor del dia de mi boda,el polvo con mi cuñado

-Por favor Marina recuérdame que eres la mujer de mi hermano, recuérdame que mi mujer me espera en casa de tus suegros; mis padres, recuérdame que mi hermano duerme allí arriba y dime que me vaya, porque yo no soy capaz.

Trabajaba de camarera en una cafetería cuando conocí al que ahora es mi marido. Desde el principio me pareció encantador. Me sacaba algún que otro año pero no me importaba, me pareció guapísimo y encantador.

Por eso cuando a la semana de ir por ahí me invitó a cenar acepte y cuando me besó al dejarme en casa me gustó. A la siguiente semana me desnudaba lentamente en su casa, me tumbó en su cama y después de mil besos y caricias me penetró por primera vez.

Luis era dulce y tranquilo en todo, hast...

Esa insolente chiquilla

Su pie se poso sobre mi bragueta, mire hacia abajo y vi sus uñitas rosas moverse sobre mi sexo.Siguió moviendo sus deditos deliciosamente al tiempo que separaba sus muslos dejándome ver sus braguitas.

Estábamos cenando en un conocido restaurante de la zona, con las dos amigas de mi mujer y sus maridos.

Me sentía atrapado en conversaciones intranscendentes que nada me importaban, nunca me llevé demasiado bien con los maridos de las amigas de Lucia, mi mujer.

Ellas si estaban muy unidas desde que las tres tenían los negocios en la misma calle.

María y Miguel tenían una tienda de muebles, él tendría unos cincuenta y era serio, callado y muy tranquilo, todo lo contrario a su mujer que no te...

Mi primita Sara II

Mi primita sigue causando extragos...

Al día siguiente de mi encuentro con Sara tuve que salir de viaje, llevaba tres días fuera y no podía sacar de mi mente a mi primita, su piel, su olor, su sabor y sobre todo su entrega total.

Por otra parte pensaba en Susana, no me sentía culpable con ella, no después de saber  que ella también disfrutaba con Sara.

Ni siquiera sentía celos de ambas ya que era adorable verlas juntas y muy excitante.

La cosa estaba en que no sabía que iba a pasar después de… no sabía que esperaba Sara y me s...

Mi primita Sara

Cuando mi primita pequeña se vino a casa una temporada mi tranquilidad y mi cordura se acabaron al mismo tiempo...

Acababa de preparar mis cosas para el fin de semana fuera, mientras mi mujer hacia lo mismo con sus cosas. Estaba dividido, siempre era agradable ver a mis padres, pero odiaba las bodas, no lo que implicaban como muchos ya que yo no tenía mala experiencia en eso. Ya llevaba diez años casado con Susana y no nos iba mal. Odiaba la parafernalia de las bodas.

Salimos a las siete de casa y esperaba llegar a las nueve por ahí a casa de mis padres, como vivíamos lejos aprovechábamos en irnos el viernes y así...

Mi sobrina, su novio y la preciosa sofia II

Ahora me toca a mi...

Después de que ellos se fueran nos quedaban aun casi quince días de vacaciones, los aproveche para descansar. De día estábamos de playa y salíamos por ahí por las noches a cenar. Cuando me quedaba solo, recordaba esos gloriosos momentos en los que a lo lejos disfrute viéndolos y la mayoría de veces terminaba masturbándome, no era lo mismo que estar ahí viendo como los tres se entregaban al sexo sin tapujos, pero seguían estimulándome.

Estaba de nuevo en la cafetería tomando mi café y me acorde de Sofí...

Mi sobrina, su novio y la preciosa Sofía

Se arrodillo detrás de Sofía, entre las piernas de su novio y empezó a acariciar la espalda de Sofía. Mmm madre mía que gustazo ver las manos morenas de mi sobrina sobre el blanco cuerpo de Sofía, vi cómo le agarraba las tetas y las movía hacia la boca de él.

Estaba tomando café en la cafetería de siempre, como cada mañana cuando la vi por primera vez.

Ella pedía un café con leche en la barra, me quede mirándola. Tendría unos treinta y algo y estaba francamente buena, siempre miraba a esas chicas de lejos, con la lujuria de saber que estaban fuera de mi orbita. A mis cincuenta y ocho años solo las miraba de lejos y no perdía detalle de esa curvilínea figura. Mientras la observaba a lo lejos se puso de puntillas para mirar los bollos de la barra, que la cam...

Aprendiendo a obedecerte

Volviste a azotarme más veces y yo callada aguante tus azotes, mis ojos chispeaban cada vez que descargabas fuerte tu mano contra la carne roja y caliente de mi culo. No sé cuánto tiempo estuve así recibiendo azotes mientras solo podía pensar en merecerme de nuevo que hundieras tu polla bien adentro de mi coño como antes.

Recuerdo que mi pelo ese día como siempre que tenía prisa estaba imposible. A veces mis rizos parecían tener vida propia. Lo deje por imposible y salí corriendo ya llegaba justa al trabajo.

Llegue al edificio y entre, allí estabas esperando el ascensor, desde el primer instante llamaste mi atención, aunque ibas vestido de la manera más casual me pareciste muy elegante, con unos vaqueros y una camisa negra estabas imponente, calcule ya en el ascensor que tendrías unos cincuenta.

Con la impunidad...