El ogro

Estoy tan cachonda que apenas puedo respirar. Entra y sale de mi interior dilatándome primero con un dedo, luego un segundo y por ultimo un tercero, cuando creo no poder más, baja de nuevo la cabeza y succiona mi clítoris mientras penetra con dureza mi ano llenándolo con tres dedos

Otra vez se me han pegado las sabanas y me toca correr para llegar a tiempo al trabajo, de nuevo llego casi sin aliento a mi mesa y de nuevo la mirada burlona de la secretaria de mi futuro suegro. Esa vieja cascarrabias la lleva de mí desde que en mis prácticas conocí al hijo de su jefe y el mío y nos liamos.

Nunca he buscado ni querido ningún trato especial y trabajo como todos, solo que al salir salgo con el hijo del jefe.

-Hola nena, ¿Qué tal has dormido? –Me doy la vuelta para ver a Lucas de...

Marco, siempre tu...

Hay mil razones para no seguir con esto…pero ahora no soy capaz de encontrar una sola de ellas.

Di un repaso a mi apartamento, me encantaba como había quedado. Era la primera casa que consideraba realmente mía.

Por fin sola en mi apartamento era feliz, sola por decisión propia, porque había decidido dejar  a mi última pareja; lo nuestro no iba a ninguna parte.

Mis padres se separaron cuando yo apenas tenía doce años y eso marcó mi vida, no podía entender que no pudieran vivir juntos y seguir con su matrimonio aunque solo fuera por compromiso.

Hoy soy capaz de ver la vida de otra mane...

Mi excitante y nueva etapa sexual II

...llevando a Eva hacia la cristalera apoyó las palmas de sus manos, separó sus muslos y agarrando sus caderas se la clavó, mientras yo con el culo apoyado en la fría cristalera me metí entre sus brazos y empecé a besarla. Raúl con sus arremetidas empujaba a Eva hacia mí.

Tres días después de nuestra pequeña fiesta, estaba aún en la cama cuando sonó el timbre. Mi marido abrió la puerta y desde mi cama oí a Eva hablar con él y pedirle por mi.

-Pasa está en la habitación, yo voy a desayunar o llegaré tarde.

Se abrió la puerta y una sonriente Eva se lanzó sobre la cama y bajo la cabeza para besarme, enseguida sus labios me calentaron, pero no tanto como me calentaría su mano que ya se colaba bajo las sabanas.

-Eva me muero por hacer esto, pero nos van a pillar...

Mi excitante y nueva etapa sexual.

Entonces sentí los dedos de ese hombre en mi coñito, miré a Eva y ví que ella también recibía las mismas caricias de la otra mano, separé las piernas y así nos sobamos los tres durante unos minutos en los que ese hombre volvió a llevarnos al borde del orgasmo

Aun no era ni medio día y ya estaba agotada, llevábamos dos días enteros de compras.

Mi cuñada y yo íbamos de tienda en tienda buscando todo lo que necesitaba para amueblar su nueva casa.

Mi cuñada Eva, la mujer del hermano de mi marido me había pedido ayuda; ella y mi cuñado se acababan de mudar a nuestra ciudad.

Apenas habíamos coincidido desde el día de mi boda y tampoco les conocía de antes ya que no vivían cerca. De eso hacía ya cinco años en los que nos habíamos visto solo unas diez...

Cuando menos te lo esperas

Quería olvidarme de todos mis problemas ese fin de semana y él me ayudó a olvidar casi hasta mi nombre

Apenas podía conducir y tuve que parar antes de llegar al sitio, no podía dejar de llorar.

Aparqué en un rincón y seguí llorando desconsoladamente. ¿Cómo me había dejado embaucar por un tipejo como Alberto? Aun me hago cruces al recordar cómo empezó todo, como poco a poco mi jefe empezó a ganarse mi confianza, como fueron haciéndose más familiares entre nosotros los roces que se fueron convirtiendo en caricias, para terminar en la cama de un hotel caro y frio.

Recordé esa fría y pulcra cama de h...

¿Me enseñas? II

Mis primeras lecciones de como ser una buena sumisa. Nunca imaginé que pudiera ser tan excitante...

Esa mañana en mí oficina recordé por enésima vez las palabras hirientes de mi ex marido, las palabras a veces cortan más que los cuchillos, porque aun sin atravesar la piel nos rasgan el alma, él jamás me puso una mano encima, no me maltrato el cuerpo y aun así me destrozó.

Conseguía hacerme sentir chiquitita y tan poca cosa que apenas conseguía medrar en nada.

La noche anterior me sentí dueña de cada golpe, sabiendo que podía parar eso solo con querer y eso me excitó más que cualquier caricia. ...

Papa, no te cases

La novia de mi padre le chantajea para que se case con ella y yo le doy lo que ella le niega para convencerlo.

Deseaba llegar a casa y darme una ducha calentita, pero tendría que posponerlo ya que me tocaba cenar con mi padre y su pareja.

Adoraba a mi padre y por eso toleraba a su pareja y al menos una vez por semana cenaba con ellos.

Como era pronto y mi padre aun no habría llegado, preferí hacer tiempo tomándome un café y entré en uno de los bares cerca ya de su casa, pedí un café con leche y a mi lado un señor me sonrió tras dar un breve barrido a mi anatomía. Me pusieron el café muy calentito como me...

¿Me enseñas?

Enderezó el flogger y zas descargó con fuerza entre mis piernas, sentí un calor y un cosquilleo que me dobló las rodillas mientras gemía ¿de dolor? No !Dios que placer!

Estaba en la ducha disfrutando del agua calentita, tuve que forzarme a salir de la ducha para vestirme o llegaría tarde al trabajo.

Llevaba casi diez meses disfrutando de una nueva vida, gracias a mi mejor amiga Eva.

Dos días después de mi separación me llamó como tantas veces; y como tantas veces le conté todo y juntas terminamos llorando. Dos días después la tenía ahí, forzándome a tomar la mejor decisión que podía tomar.

Una semana después estaba instalada en un precioso apartamento en...

Mis relatos me llevan a tu cama

Di con una página parecida a esta, donde la gente cuenta relatos de experiencias vividas, oídas e inventadas....

Aquí estoy escribiendo estas líneas desde mi portátil, estirada en una cómoda cama, con mil almohadones tras mi espalda y mi cabeza.

Mientras mi amante de rodillas en la cama masajea mis pies y los besa, pasa la lengua por el empeine y baja a lamer mis dedos, a mordisquearlos mientras aún estoy húmeda de la ducha. Me mira y sonríe al verme teclear con ganas, sabe que os voy hablar de él, de la sutil manera en la que me hace perder la cabeza.

Su lengua juega entre mis dedos y un escalofrió de ant...

Una noche cualquiera

Estaba tras la barra trabajando una noche cualquiera cuando mi desconocido preferido entró...

Tres hielos en el vaso, dos de ellos cubiertos de whisky del mejor que había en el local y mi misión terminaba al acercárselo a él.

Me llamo Sandra y si me dedico a poner copas por la noche y desayunos por la mañana en un pequeño bar a las afueras, cada día espero que sea el último y que por fin me salga el trabajo que añoro y me lleve lejos de esta barra.

Echo un vistazo y a la derecha de la barra un par de hombres de mediana edad, bien vestidos beben sus copas entre risas con una mujer bastant...