El lobo feroz II
Siguen mis andanzas con el lobo...
Mientras el agua resbalaba por mi dolorido cuerpo sonreí satisfecha recordando todo lo sucedido.
Me sentía distinta y sabía que algo dentro de mí había cambiado. Él me había enseñado un mundo nuevo al que sentía que solo me había asomado para disfrutar un poco de lo que este podía ofrecerme.
El sábado fui a cenar con mis amigas; luego tomamos unas copas con un grupo de conocidos, pero nada hacía que olvidara sus manos, el látigo, mi entrega… y el placer vivido con él.
El lunes...