Dos extraños

La joven se derrumbó sobre él y se corrieron juntos mientras los besos ahogaban los gemidos-

DOS EXTRAÑOS

Ella le puso el plato de paella en la mesa. Él estaba catando el vino tinto, que por cierto, era malo cómo la peste, nada que ver con el tinto del país que tomaba en su tierra, Galicia. Ella, con acento sudamericano, le dijo:

-Espero que todo esté de su agrado.

Él la miró. Era una chica morena de casi metro setenta, de ojos preciosos, sonrisa angelical, lindo rostro y rellenita, no estaba gorda, tenía donde agarrar... Buenas tetas, buen culo... Le gustó, pero no se molestó en...

Sor anabel, pilar y el cura

Pilar, se calló, es más, cogió la polla y se la mamó a su hermano metiendo todo dentro de su boca, polla y pelotas.

Sor Anabel, una monja jovencita, natural de Cuba, se había torcido un tobillo bajando una de las escaleras que daban al altar de una iglesia parroquial gallega. Esperando para oír misa estaba Pilar, la hermana del cura del pueblo, una rubia, de estatura mediana (cómo Anabel) y con un cuerpo de escándalo. Llevaron a la monja a la sacristía entre Pilar y el cura. La sentaron en una silla, y le dijo el cura a su hermana, que era enfermera y curandera:

-¿Podrás curarla tú, Pilar?

-Sí, Matías, sí. Ve...

Mi hermano, mi amante

Demasiado tarde, yo ya me estaba corriendo. Volví a sentir la leche calentita de mi hermano dentro de mi coño

El mensaje que recibí en capalo.33@gmx.es, decía:

Hola, Me llamo Gabriela, soy murciana, mido un metro sesenta y cuatro. Tengo 22 años, estoy rellenita, tengo el cabello negro y largo, mis ojos son color café, mis tetas son grandes, lo mismo que mi culo y mis caderas son anchas y dicen que soy guapa, aunque yo me veo resultona. Hace mucho tiempo que me toco leyendo relatos eróticos. Un día descubrí los suyos, me engancharon, los leí casi todos y decidí destrozar uno de ellos. Aún así espero que le gus...

Fin de semana en londres

Cuando el otro siempre lleva los cuatro ases hay que aprovechar si un día te sale una escalera de color.

Nos encontramos en el aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid, ella venía de Valencia y yo de Santiago de Compostela, íbamos a coger un vuelo a Londres, donde pensábamos pasar el fin de semana. Tanto ella cómo yo llevábamos una pequeña maleta con ruedas. Ella vestía un vestido verde que le daba por encima de las rodillas y calzaba unos zapatos marrones, yo llevaba puesto un traje gris con rayas negras, una camisa blanca, una corbata gris y calzaba unos zapatos marrones. Al verla quedé gratamente sorprendido, en...

El crucero

¡A mí me llamas zorra cuando te mande! ¿Entendido, maricón? -le di candela den el culo.¡Córrete de una puta vez, cabrón!-me corrí-. ¡Así, maricón, así, llena mi culo de leche!

Tú, preciosa, la que está leyendo esto, seas casada, con novio o sin compromiso, eres la protagonista absoluta de este relato. Déjate llevar por el lado oscuro de tu imaginación.

Quique.

She estaba apoyada en una barandilla del trasatlántico donde daba la vuelta al mundo, en un viaje para una sola persona que le había tocado en un sorteo. Le dije mientras miraban las estrellas:

-Hermosa noche.

She, me miró, sonrió, y me dijo:

-Nunca había visto tantas estrellas juntas.

Sh...

Trío inesperado

Vi cómo dejaba de comer coño, cómo me miraba, cómo se le cerraban los ojos, y cómo, gimiendo, se corría otra vez y le daba de beber a Beatriz, que lamió los jugos cómo lamen las perras al beber.

Maria (una amiga) y yo fuimos en avión hasta el aeropuerto de Bilbao. Allí nos esperaba Beatriz, una de mis sobrinas y cómplice carnal de mis andaduras, nos llevó en su auto hasta Baracaldo, donde íbamos a pasar un fin de semana. Mi esposa había ido a Londres a casa de una de mis hijas, Beatriz iba a estar en su piso con nosotros.

Me gustaba el sitio, habíamos llegado el sábado por la tarde y el domingo por la mañana, junto a dos amigos míos recorrí (cómo las otras veces que fuera) todos los bares de...

La francesa

Mi polla apuntaba hacía arriba, la Francesa me la masturbaba con una mano, su otra mano se movía dentro de las bragas. Se estaba haciendo un dedo.

Epsom, primera semana de junio de 1974.

Snow Knight había ganado el Derby en Epsom Downs. Acaba de ver mi primera carrera de caballos. Había mucha diferencia de las carreras de burros que había en mi aldea, en que yo era jockey de nuestra burra Cuca, y no por que una era carrera de burros y esta era de caballos y yeguas de pura sangre, que también, pero la mayor diferencia la encontré en las vestimentas de la gente... En mi aldea los espectadores más selectos llevaban la boina negra de los domingos, v...

De corrida en corrida a la hija se le iba la vida

Agustín frotó su glande con el clítoris al tiempo que metió y sacó la zanahoria del culo de su hija.

La noche que su mujer se fugó con Juan, un veinteañero, Agustín, agarró una borrachera de coñac de las que hacen época.

Estaba en la cocina de su casa, una casa de aldea de una sola planta, que tenía tres habitaciones, una cocina de piedra (lareira) y un hueco que era cocina y comedor en el que había una mesa con cuatro sillas. Al fondo tenían la masera... La casa estaba hecha con piedras, mucho barro y poco cemento. Las paredes estaban sin revestir y las telas de araña formaban parte del decorado, y...

¡que bonito es soñar, coño, qué bonito es soñar!

Este relato es una confesión en toda regla.

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Se me escapó un te amo mientras hablábamos por wahtsapp. Su reacción no fue ni mala ni buena. Solo que para ella un te amo significaba mucho y no concebía que sin conocerla se lo dijera. Olvidaos de todo lo que escribí sobre Diana. Todo fue ficción. No es mi sobrina, es una amiga con la que desde diciembre del año pasado tengo un relación algo peculiar. A veces soy para ella cómo un amigo, otras cómo un padre (debido a mi edad) y otras, las que más me gustan, amantes virtuales. No voy a decir cómo l...

Fina

Al correrse, del coño de su madrastra salió una pequeña cascada de jugos acuosos y espesos que Javier se tragó con mucho gusto.

Fina, fuera puta de lujo. Lo había dejado tres años atrás para casarse con Teodoro, un empresario divorciado de 62 años. Fina Tenia 32 años, medía 1.75, era rubia natural, tenía buenas tetas, fina cintura, anchas caderas y buen culo.

Iba en bata de casa de regreso a su habitación desde el baño, cuando le dijo su hijastro:

-¿Podía hablar contigo, Fina?

-¿Qué te pasa?

-Tengo un problema con mi novia.

-¿Qué problema tienes, Javier?

-Quiere que le coma el coño y no sé cómo ha...