Una noche movidita

Ponte boca abajo, golfo, para que Juanita te coma el culo como me lo come a mí.

UNA NOCE MOVIDITA

Álvaro era moreno, alto, fuerte y huérfano y era amigo mío y de Alfonsito (Alfonsito me contó la historia y yo la escribo cómo si fuera él). Álvaro vivía con el clan de los Pichines, un clan familiar que en los años sesenta movía tabaco rubio en las costas gallegas. El patriarca del clan era su tío Severo y la matriarca su tía Marta. Tenían un hijo y una hija, adolescentes cómo él y cómo yo.

La primera vez que fui invitado al pazo de los Pichines por mi amigo Álvaro, a las once...

Lina maría

Una muñequita colombiana me envía una foto y provoca que vuele mi imaginación.

Era la una de la madrugada, hora española. Sentado en el sillón de la sala de estar de mi casa miraba la foto que me había mandado Lina María, una jovencita colombiana de dieciséis años. La verdad es que aquella muñequita era una preciosidad. Sus ojos, más que ojos, luceros, eran oscuros, su piel morena, y su cuerpo, su cuerpo era escandalosamente sensual.

Tenía una media melena de cabello negro, y en sus carnosos labios, se dibujaba una erótica sonrisa.

Vestía con una camiseta negra y una minif...

Jugando con fuego

Le follé el ojete con la lengua, luego puso el coño e mi boca...

Después de haber soñado con ella decidí hacer algo que nunca me atreviera a hacer. Ir al pueblo donde vivía con su Risitas. No sabía donde encontrarla, pero cómo estaban en fiestas malo sería que no la viera, aunque fuese de lejos.

Eran las once de la noche cuando, por casualidad, la encontré. Estaba en un bar tomando un refrigerio con el celular en la mano. Me senté en el otro extremo del bar. Me sonó la música del whatsapp, era ella, me decía.

-Estoy tomando algo en un bar y me aburro.

-...

Eva - la osa

Estaba entrada en carnes y era muy hermosa, pero tenía un defecto, y era que tenía pelos hasta en el ojo del culo.

En casi todos los pueblos hay un tonto, una puta y una raro o una rara. En el mío había un tonto, Paquiño, que follaba más que los listos, muchas putas, y la rara se llamabam Eva y la apodaban la Osa.

Eva era alta (1.72), tenía unas tetas colosales, un pandero espectacular. Estaba entrada en carnes y era muy hermosa, pero tenía un defecto, y era que tenía pelos hasta en el ojo del culo.

Paquiño, tenía un hermano, Moncho, al que le contaba todo lo que hacía, ya que al ser a la buena fe no disting...

Un trío de sueño

-¡Ay qué rico! ¡¡Ay qué rico!! ¡¡¡Ay que riiiiico!! Sus piernas comenzaron a temblar y se corrió...

Había venido sola para las fiestas. Aún faltaba una semana para el día de Santa Rita.

No hacía mucho que estuviera con ella y me extrañó que se viniese a meter en la boca del lobo, ya que todo ese tiempo iba a estar en mi casa. Mas todo lo que pasaría iba a pasar esa noche de sábado. A Diana, mi esposa le diera la habitación que estaba enfrente de la nuestra. Oyó cómo mi esposa me decía:

-Estate quieto que nos puede oír mi sobrina.

-Si nos oye que se haga un dedo -dije levantando la voz-....

Pablo y la obsesión por las tetas de su madre

Una madre muy necesitada. Un hijo obsesionado por las tetas de su madre. Una combinación explosiva

Pablo era hijo de soltera, moreno, de ojos negros, pelo rizado, delgado, alto, guapo, muy infantil, en lo que al sexo se refiere y un buen amigo.

Lo peor, "o lo mejor", que encontré en él era la obsesión que tenía por las tetas de su madre. No paraba de hablar de ellas. El pobre se mataba a pajas.

Aquel día estábamos robando cerezas de vino sentados en dos ramas de un cerezo. Después de escupir la pepita de una cereza y meter un puñado de ellas dentro de la camiseta, me dijo:

-Estuve otra...

La princesita de los dedos de oro

Yo, mirando para la charca de leche que dejara sobre mi pantalón. le respondí:

Eran las dos y media de la tarde. Yo estaba sentado en un sillón de la sala de estar jugando al poker on line. Me sonó la música del whatsapp. Tenía un mensaje.

-¿Estás?

-Estoy, bonita. -le respondí.

-¿Quieres que te llame por teléfono?

-Llama, princesta linda -le dije.

Hablamos de cosas de familia hasta que supe porque realmente me había llamado.

... Hacía un par de años que no hablaba con un amigo mío. Esa tarde hablara con él. Por la noche cuando mi marido y yo nos est...

Una burra y un caballo para tres

Dos muchachos, una muchacha y un mirón.

Dedicado a quien él sabe.

Tenía yo por aquel entonces 17 años, Rubén, El Cojo, dieciséis, lo mismo que su amigo Toño, el Chepas... Los dos eran unos tirillas. Vivíamos en la misma aldea y nos matábamos a pajas, unos más que otros, todo sea dicho. Más de una vez habíamos hecho una Manola juntos. Ese día estaban en el monte, sentados en una gran piedra. el Chepas, su prima Conchita, alias la Flaca, y el Cojo. Vigilaban a la burra del Cojo y al caballo de la Flaca. Yo, desde detrás de unos matorrales los...

Follando a bordo en el yate britania

Le llené el coño de leche. Al acabar de correrme y levantarse pensé que mi sobrina iba a comerle el coño, pero no era ese su pensamiento. Le dio la vuelta e hizo que pusiese el coño en mi boca... Con la leche de mi corrida cayendo sobre mi lengua le comí el coño...

Llevaba un tiempo en Bora Bora. Varias veces me habían invitado a follar pero no estaba animado. La verdad, divertir no me divertí hasta un día que fui invitado a un yate por Richard, un excéntrico inglés, cuarentón y con aspecto de dandy al que conociera estando los dos mamados en el Bora Bora Yacht Club, él estaba mamado de Whisky de bourbon y yo de brandy Napoleón. Allí, bajo los efluvios del alcohol, sin buscarla, naciera una buena amistad.

Esa noche, en cubierta, bajo la luz de la luna llena y de...

La encerrona

Diez o quince minutos más tarde, con el coño y el culo rotos. Rita tuvo su primer orgasmo no lésbico.

Año 1938 - Orense - Galicia - España.

El garito estaba lleno, lleno de humo, ya que casi todo el mundo se había ido. Fernando, sacó el habano de la boca, y con voz de chulo de playa, dijo:

-Subo a 5.000 pesetas.

Luis y Pedro, se tiraron, Sandro, el dueño del garito (hermano gemelo de Fernando), un tahúr cincuentón, moreno, cogió su fajo de billetes de 1000 pesetas y poniéndolos junto a los 8.000 pesetas que había sobre la mesa, le dijo:

-Que sean 50.000.

-¡No puedo cubrir esa a...