El relato de los relatos

12 relatos dentro de u mismo relato

Este relato narra doce historias que se desarrollan en una aldea gallega en el mes de septiembre de 1966. Está basada en hechos reales, aunque tiene partes ficticias. Algunos nombres de personas, y todos los de las localidades, están cambiados.

EL POLVO NOCTURNO

Sábado 3 de septiembre de 1966. 11.30 de la noche.

Quique, un chaval gallego, moreno, de estatura normal, miraba desde la huerta por una ventana trasera de la casa de su hermano cómo se desnudaba su cuñada Margarita.

La mujer...

El fantasma

-Córrete dentro, hijo.-¿Y si quedas preñada? -Lléname y no hagas preguntas.

Año 1937. Galicia.

Setenta años tenía Manuel, un feriante, bajito, gordo, con boina (parecía un champiñón) y con muy mala ostia, y cuarenta y dos tenía su esposa Carmela, una mujer morena, de estatura mediana, con tetas grandes, culo gordo... Era una mujer que aún estaba apetecible. Tenían un hijo de diecinueve años de la primera esposa del Champiñón que se llamaba Luis, el joven tenía la altura de su padre y era pecoso, de ojos negros, cabello marrón y bastante agraciado... Cuando el Champiñón se pon...

Riadna

-Me gustaría saber que se siente. -¿Qué se siente? No te entiendo. -Que se siente al tener un orgasmo anal. -Cuando lo tengas me dices que sentiste. La besó en el cuello...

Cuando se recibe una llamada telefónica de una mujer nunca se sabe cómo puede acabar la conversación.

-Hola. ¿Cómo estás?

Kiko reconoció la voz al momento. Era su sobrina Riadna.

-Bien. ¿Dónde estás, preciosa?

La voz de Riadna, al otro lado del teléfono, sonó cómo un sensual susurro cuando le respondió:

-En cama, tomando la siesta. ¿Te puedo hacer una pregunta acerca de tu intimidad?

-Sabes que sí, bonita, pregunta.

Riadna, soltó la bomba.

-¿Cómo follas a tu e...

Eusebio, su madre y sus perversiones

Estaba cómo loco. La siguió follando duro y cuanto más su madre chillaba, más fuerte se la clavaba.

Eusebio estaba en la casa de Fermina, sentado en una silla de la cocina. Fermina, su novia, que era una chica de dieciocho años, con cuerpo de modelo, sentada en otra silla, abrió una caja y de ella sacó unas zapatillas de felpa azules con el piso de goma negro y un cinturón de cuero. Fita, la hermana menor de Fermina, de pie, mirado para las zapatillas, le dijo:

-Vaya regalo de cumpleaños, unas zapatillas y un cinturón. ¡El romanticismo ha muerto!

Fermina, reprendió a su hermana:

-No seas...

Mini orgía en el monte

Mercedes, parecía interesada. -¿Y eso cómo sería? -Yo te beso, dos te comen las tetas, mi hermano te mete la polla en la boca y otra te come el coño hasta que te corras.

Verano de 1970.

Mercedes giró el casco vacío de cerveza mientras sus ovejas apastaban por el monte. La botella dio vueltas sobre la hierba, donde estaban haciendo un círculo, ella, mi hermana Cristina, mi prima la Morocha, Andreita y Antoñita. Se detuvo con la boca señalando a mi hermana Cristina, Mercedes, la esposa del herrero, (un bicharraco de hombre) que era una veinteañera, guapa, de cabello largo, morena, con tetazas, culazo, más caliente que las brasas y más puta que las gallinas, le preguntó:...

Una noche inolvidable

Al coger la cinta roja, mi polla comenzó a latir. Me encantaba que fuese mala, y lo iba a ser. Me ató las manos por las muñecas. Quitó un cordón de uno de mis zapatos y me ató los pies por encima de lo tobillos.

El vocalista de la orquesta Panorama, cantaba: Despacito, la canción de Luis Fonsi. Ya cayera la noche. La ventana de la habitación de la casa rural estaba abierta. Las gaviotas gallegas con sus graznidos ponían notas discordantes a la canción mientras sobrevolaban el alumbrado de la fiesta.

En la habitación se respiraba amor, amor y deseo. Tenía ganas atrasadas. Ganas de ella y ganas de complacerla, de darle más amor del que nadie le pudiera dar. De follarla hasta que se desmayase de placer. Tenía ga...

Incesto tras incesto

Esteban, se envalentonó y le dio a su tía, le dio duro y le dio suave, y se la quitó y le comió el coño... Y la tía lo cabalgó al trote y al paso, y se la quitó y se la chupó... Y ella se corrió seis veces y Esteban le llenó el culo de leche tres veces...

Esteban era un jovencito gallego, moreno, de ojos negros, alto y muy guapo, que no sabía si era de carne o si era de pescado.

Principios de agosto de 1971.

Esteban estaba en el monte tumbado a la bartola mientras las cabras apastaban, llegó a su lado su tío Arturo, un hombre pelirrojo, bajito, de 25 años, casado y sin hijos. Se sentó a su lado y le preguntó:

-¿Ya te estrenaste, Esteban?

-Aún no.

Una de las pequeñas manos de Arturo tocó la polla de Esteban por encima del pantaló...

Roxi

Una lectora jovencita me cuenta cómo le comió el chocho a una amiga.

Mi nombre es Roxi, soy una jovencita colombiana, pero vivo en Galicia con mis padres desde hace dos años. Mido un metro sesenta, soy bisexual, trigueña, todo curvas y me alivio leyendo tus relatos. Me gustaría tener sexo contigo para saber si al follar haces las cosas que escribes.

P.D.- Puedes preguntarme lo que quieras.

A su correo, le respondí:

-Cuéntame cómo fue tu última relación lésbica y con quien.

Su respuesta fue:

La última vez fue también la primera.

Volvía de c...

La roja, la rojita y la chochona

Luisiño, acariciando las tetas de la Rojita, estaba perro, más que perro estaba cómo un lobo en celo. Me dijo: -¡¡Métesela, carallo, desvírgala, si no la desvirgas tú la desvirgo yo!!

Antes de que en las tómbolas se hiciera famosa la muñeca Chochona, en Galicia había una de carne y hueso. Vivía apartada de la aldea, en un monte. Su casa era conocida cómo la casa de la puta, y no había hombre de esa aldea, (y alguna mujer) que no hubiese visitado a la Chochona.

Cuando esta historia acaeció cobraba quinientas pesetas por un polvo... El trato era que cuando el hombre, o la mujer, se corriera, el tiempo se acababa.

La Chochona, en los años 70 tenía, según ella, 22 años. Llevaba c...

De orgasmo en orgasmo

Me sonó el móvil. Era un mensaje de whatsapp, que ponía: "Necesito verte. Necesito que me rompas el coño. Necesito que me rompas el culo. Me aburro follando con mi marido."

Estaba cenando con mi esposa en un furancho. (casa rural gallega dónde por un módico precio dan de comer y beber hasta que te hartes) Habíamos tomado almejas a la marinera, pulpo a la feria y churrasco, todo regado con un vino tinto cojonudo que hacía el dueño del furancho. Traían el café y los chupitos (vasitos) de aguardiente, cuando me sonó el móvil. Era un mensaje de whatsapp, que ponía: "Necesito verte, tío. Necesito sexo duro. Necesito que me rompas el coño. Necesito que me rompas el culo. Me aburro f...