Dos amigas

A veces la realidad supera la ficción.

Paloma y Pilar

Paloma me dijo que tenía 19 años, que medía 1.65, que era morena, delgada, de ojos negros, cabello marrón y corto, que tenía un culo normalito y que  sus tetas eran medianas, con areolas marrones echadas hacia fuera y pequeños pezones, y que su coño solo lo depilaba en verano para ir a la playa.

Pilar me dijo que tenía la misma edad que su amiga, que medía 1,70, que era pelirroja de cabello largo, pecosa, de ojos azules, que tenía el culo respingón y que  sus tetas eran pequeñas, sus...

Obsesión por una madre

El jugo blanco y cremoso de la corrida de su madre bajó por la polla de Axel y junto a su corrida le bañaron las pelotas y mojaron su ojete.

Axel era un muchacho de 25 años, moreno, delgado, medía un metro setenta y debido a un accidente de tráfico tenía la movilidad reducida.

Aquella tarde salio del baño solo con una toalla puesta. Pasó por delante de la habitación de su madre. Vio la puerta entreabierta y echó una ojeada. La cama estaba deshecha y una pc Gaming MSI de 18 pulgadas estaba abierta sobre la mesita de noche. La encendió. En la pantalla aparecieron dos chicas desnudas. Exclamó:

-¡Hostiassss, madre!

Aurora, su ma...

Adela

Cuando ya estaba perra le dio la vuelta y cogiéndola en alto en peso se la clavó en el coño. Adela, rodeando el cuello de su padre con sus brazos y el cuerpo con sus piernas, le dijo: -¡Me gusta tu lado salvaje!

Adela, una joven rubia, de diecinueve años, muy bonita, con largas coletas (recogía así el cabello para andar por casa), de ojos verdes, nariz respingona, tetas medianas, piernas largas, cinturita, caderas pequeñas, y piernas largas, delgadas y moldeadas, vistiendo una minifalda, una camiseta de tiras con rayas horizontales, descalza y con unos auriculares inalámbricos en la cabeza movía su cuerpo contoneando las caderas al son de la música que estaba escuchando. Entraron en el salón, su madrastra y su padr...

Bar de carretera

Al moro no le gustó que le llamara negro. Dejó de comerle el coño. La agarró por la cintura. La levantó en alto en peso y le metió la verga en el culo. -¡¡Ayyyyyyyyy! ¡Hijo puta!

El bar de carretera tenía un luminoso en la fachada que rezaba: El Paraíso. Al entrar te encontrabas con dos cortinas y tras ellas una barra con varios taburetes delante. Al otro lado tenía unos reservados tras unas cortinas rojas, Allí todo era rojo, la luz, las cortinas, la traga perras... Bueno, todo, no, las chicas eran rubias, morenas y preciosas.

La Viciosa (así la llamaban sus amigos), una chica joven (imagina que eres tú), entro en el bar acompañada de su novio, Gerardo, un joven alto, moreno...

Un incesto muy peculiar

-¿Te excita ver cómo me masturbo, papá? -Mucho -le tocó con la polla húmeda en los dedos, muchísimo, hija

La amplia cama tenía una almohada negra y una colcha gris, Delilah estaba de lado sobre ella vestida con unas braguitas blancas y un top de seda con encajes, bragas y top eran de color blanco. Su mano izquierda acariciaba su teta izquierda y su mano derecha acariciaba su coño por encima de las bragas. Sus ojos estaban cerrados y de su boca salían dulces y casi silenciosos gemidos. Se sobresaltó al oír un pequeño ruido, se puso boca arriba y vio que su padre la estaba mirando. Miraba el escultural cuerpo de...

Orgía en el colegio

El título lo dice todo.

Había pasado el tiempo, Jaqui tenía ahora 23 años. Estaba llenita, se podría decir que estaba aún más guapa. Ahora ejercía de profesora en el colegio que había cursado sus primeros estudiado. Era la fiesta de fin de año entre los profesores. La estaban celebrando en el gimnasio con mesas improvisadas. Un catering les había traído la cena. Los ocho profesores, de edades entre los 30 años a los 70, el director, la monja y Jaqui, estaban contentos. El director y la monja se levantaron con la disculpa de ir al...

Jaqui

Mordieron sus tetas y sus pezones hasta que Jaqui se retorció de dolor. Jaqui estaba en manos de tres salidos empalmados que amenazaban con romperle el coño, el culo y quien sabe que más

Jaqui estaba en clase de química pintándose las uñas y hablando con la chica del pupitre de al lado, el profesor, un sesentón, le dijo:

-¿Podemos enterarnos los demás de que hablan, señorita Roble?

Jaqui, con voz de chulita, le respondió:

-¡Es privado, viejo!

-¡A la oficina del director!

Era la cuarta vez que iba esa semana a la oficina del director, que era el tiempo que llevaba en ese colegio. Entró sin llamar. Allí estaba el director con un jovencito sentado sobre sus rodill...

Virgos fuera.

Cuando cogió mi polla y la acercó a su coño presentí la tragedia. Empujó con el culo y lo rompió todo, su himen y mi frenillo...

Otra historia de antaño.

Desde muy niños mi prima Monchita y yo jugamos juntos. Vivía muy cerca de mi casa y cada vez que yo salía a jugar al camino, Monchita, aparecía. Era cómo uno de esos amigos que sales a la calle y sin decir nada se pone a caminar a tu lado, y si le dices que vas a comprar a la tienda, te dice que te acompaña. Ella hacía eso para todo. Se pegaba a mi lado y lo mismo iba al cine que yo iba que me acompañaba a robar fruta... Yo jugaba con ella a la comba, al pañuelo, a la rayuela,...

Los ocho orgasmos de Ariadna

Ariadna supo que lo tenía. Le metió el dedo medio en la boca. Enrique se lo chupó. Luego mirándolo a los ojos le metió el dedo en el culo al tiempo que lo masturbaba cada vez más aprisa.

Los ocho orgasmos de Ariadna

Se oía a lo lejos la voz de uno de los vocalistas de la orquesta Panorama cantando una canción de moda. Ariadna había comprado un boleto en la tómbola, a un par de metros de ella, Enrique, compraba diez boletos. Ariadna abrió el boleto y no le había tocado nada, decepcionada tiro el papel al suelo, se iba a ir cuando le dijo Enrique:

-¿Me ayudas a abrir los míos?

Ariadna miró para aquel hombre maduro, de pelo cano, con buen porte, trajeado y con sonrisa blanca,...

Aprendiendo a follar al marido de su prima

Me cuesta creer lo que me acabas de contar. No puedes seguir así. Tienes que decirle que no te corres. Que es un negado.

Sábado, 12 y unos minutos de la noche.

-¡¿Quién es el mejor amante del mundo, palomita?! -le preguntó Bruno a su esposa.

-Tú, cariño, tú -le respondió Felisa con una sonrisa forzada en los labios.

-¡Esa es mi chica!

Felisa era una mujer de un metro cincuenta y seis de estatura de 19 años, morena, de ojos azules, pelo corto con flequillo, labios carnosos, carita de adolescente, aparentaba 15 años, pero sus tetas grandes, con gordos pezones hablaban de que ya era una mujer. Estaba desn...