Era, es... y seguirá siendo preciosa

Si buscáis haceros una paja o un dedo no leáis este relato.

El amor duele, es muy puñetero,

en el estómago hace un nudo

que al viejo gorrión deja mudo

y ya no puede decir te quiero.

El camino de espinas sin rosas

cuando amas y no eres amado

es un camino tan desdichado

que maldice todas las cosas.

Mas sabías que era golondrina

y que nunca te llegaría a amar.

Sabías que era cómo la mar

que no tiene ninguna esquina.

Sabías que era solo amapola amiga

la que hiciste reina de tus fantasías

...

Katiuska

Debía ser por ver a dos hombres juntos. Por sentirme superior a ellos... Fuera por lo que fuera estaba cachondísimna.

Este relato me lo mando una de mis lectoras, aunque lo adorné un poco.

Mi nombre es Katiuska. Imagíname como quieras pero hazlo guapa, ya que lo soy. Solo te diré que mi chochito lo tengo pelado, mis tetas no son grandes y mis pezones marrones los tengo todo el día duros porque ando todo en día caliente.

Te cuento... Hace un par de años había salido de marcha con Luka, un primo mío. En una disco nos encontramos con un grupo de chicas y chicos y pegamos honda. Cinco acabamos en la casa de Alexey...

Laurita, el san bernardo y yo

Se la metí en el culo despacito, pero de una sola vez. El perro ya había ampliado el agujero.

Laurita era una chica de mi aldea que parecía que nunca rompiera un plato. Era morena, pecosa, delgadita, con tetas pequeñas, culo pequeño, caderas estrechas y cinturita. Su cabello de color negro azabache lo llevaba recogido en dos trenzas que le llegaban a la cinturita. No miraba a los chicos a los ojos, caminaba con la cabeza mirando al suelo, era cómo si hubiera perdido algo y lo anduviese buscando. Era tímida, pero tímida de libro.

Yo, era un pajillero de mucho cuidado y a la salud de Laurita me...

Dos bombones de honduras

Al acabar de correrse saqué la polla. De su coño salió una corrida cremosa que cayó sobre la cama. Lamí la corrida y le lamí el coño. Me dijo:-Bésame, papasito. Quiero tomar de mis jugos.

LINSAY Y ANA LUZ - BOMBONES HONDUREÑOS

Después de pasear por Tegucigalpa fijándome en la arquitectura colonial española y de ver algún que otro monumento arquitectónico y femenino. En la plaza Morazán entré en el restaurante bar Tres Tintas. Una joven entró después de mi y se puso a mi lado en la barra. Era muy bonita, trigueña, de cabello castaño, baja de estatura, poco pasaba del metro cincuenta. Sus caderas eran anchas y sus tetas medianas (imagina que eres tú, mujer, la que está leyendo esto, si t...

Mariel

Cuando acabé de correrme lamí las gotas de leche que cayeran sobre sus tetas, luego la de su cuello, acto seguido la de su cara y después, con restos de leche sobre mi lengua, la besé. Mariel me chupó la lengua, después me escupió en la boca, y me dijo:

MARIEL

Iba paseando cuando me encontré con tres chicas en la parada del autobús. Una de ellas me dijo:

-¿Quieres pasar un rato agradable con nosotras dos, papito?

A mi me gustaba solo la que estaba sentada en el banco de la parada. Una morena delgada, de pelo rizado, con labios carnosos, muy guapa.

Le pregunté:

-¿Y tú cuánto cobras?

Me miró, y muy seria, me dijo:

-No tendrías dinero suficiente para pagarme, putero.

-Pide.

-Ya te dije que no me podrías pa...

La recatada, la chismosa y los pajilleros

-Marca tu territorio, Toñito. Toño apuntó a la cara de su tía con la polla y después meó por ella.

Aura era una mocita de edad legal para ser follada, pero tan recatada que no había manera de entrarle.

Esa tarde de verano, Toño, Aura y yo estábamos a la sombra de un roble jugando al chinchón. Mi burra, el caballo de Toño y las ovejas y el carnero de Aura apastaban juntos. Aura llevaba puesto un vestido de flores que le daba por debajo de las rodillas y calzaba sandalias. Toño le vio los pelitos de las pantorrillas, y le preguntó:

-¿Por qué no afeitas los pelos de las piernas?

-Si, hombr...

Maricarmen

... ¿Sabes hacer una mamada?-No, nunca antes había estado con un hombre, pero me gustaría aprender a hacerla

Hace años en mi pueblo paraba yo en una taberna para jugar la partida a las cartas con los amigos y tomar unos vinos, era la taberna del Rojo, así le llamaban al dueño por que era comunista. La taberna tenía los asientos hechos con troncos de eucalipto y las mesas con tablas sacadas de pinos, lo mismo que la barra. Era un sitio pequeño, no tendía más de diez metros de largo por seis de ancho y tenía una ventana que daba a la carretera.

El Rojo era hermano de mi esposa y era un bicharraco, muy alto, ta...

La media santa

Le quitó las bragas a su madre y vio su coño peludo, le quitó el sostén y vio sus tetas, grandes, redondas, con bellas areolas marrones y gordos pezones. Al tenerla desnuda, exclamó: -¡Qué cuerpazo!

El chalet tenía una piscina de 50 metros en la parte de atrás, Jairo salió desnudo de ella. Con las manos echó hacia atrás su corto cabello negro. Su cuerpo bronceado en la playa tenía bellos pectorales, tableta, piernas musculadas, anchas espalda y cintura estrecha.

Colgando tenía los 16 centímetros en reposo de una gorda verga. Su cuerpo era espectacular, era el cuerpo de un joven culturista que acababa de cumplir los 19 años y medía 1.86.

Se secó con una toalla y se puso una bata blanca. No l...

Muñequita

En la posición en que estaba, no sé si se miraban, si se tocaban las tetas, o si simplemente me follaban con sus coñitos la polla una y la boca la otra

Cada vez que lo recuerdo me late la polla. Lo voy a contar porque la historia es real y vale la pena contarla.

Viernes 19 de julio de 2019

A las diez de la mañana encendí el celular y vi que tenía un mensaje de whatsapp. Era de mi muñequita morena.

Simplemente decía: "Hola". Le respondí:

-Hola. Buenos días. ¿Cómo estás?

-Bien. ¿Y tú?

-Yo estoy en cama.

-Yo también.

Se me estremeció el cuerpo. Estaba en cama y me llamara. Solo se me ocurrió decirle:

-Mand...

Viciosas

Laura le estaba comiendo la boca a mi esposa, Rosa, las tetas y don Manuel le comía el coño.

Rosa vivía en un pazo gallego y su padre era el terrateniente del pueblo. Cuando la gente trabajaba de sol a sol en el campo para ganarse un par de pesetas que no le daba para comer ya ella tenía una paga de cien pesetas semanales. Fue uno de sus criados el que me contó la historia, pero voy a escribirla en primera persona.

Rosa tenía 21 años. Era morena, tenía su cabello negro muy largo, y tenía de todo y todo muy bien puesto, hasta la lengua con la que mentía más que hablaba. Era una consentida y un...