Educando como sumisas a las hijas de mi jefe 7

Natalia estaba triste por no haber podido demostrar lo mucho que me necesitaba y alertado por mi secretaria, doy a esa morena la oportunidad de que me lo compruebe en el baño del local. Contiene básicamente sexo anal con algunas pizcas de sumisión y exhibicionismo.

He de reconocer que no me percaté de que Natalia se sentía en cierto modo desgraciada al no haber conseguido demostrar su fidelidad a mí. Exteriormente todo eran sonrisas, pero la realidad es que no podía dejar de pensar que ella todavía no había hecho nada que me dejara patente su entrega. Por eso mientras su hermana y su maestra disfrutaban de esa tarde de copas en Madrid, su mente trabajaba a mil por hora buscando un medio de redimirse y de probar que, al igual que las otras dos, ella había cambiado.

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Educando como sumisas a las hijas de mi jefe 6

Como premio a su sumisión llevó a la tres a una terraza de la castellana. Allí nos topamos con Fefé y este olvidando la forma en que se desentendió de su novia se acercó como si nada pasara y se llevó una sorpresa. Contra todo pronóstico, Natalia le hizo sufrir mucho dolor en sus partes mas sagradas

A la mañana siguiente, mi despertar me dio una pista de cómo sería el resto de mi vida si es que no la cagaba y lo digo porque seguía dormido cuando escuché entre susurros a mi secretaria decir:

-¿Cuál de las dos quiere encargarse de nuestro amo la primera?

Al pedir ambas el turno, Isabel riendo les replicó que ya que se mostraban tan solicitas, Natalia fuera a preparar el baño mientras Eva calentaba el desayuno de su señor.

Sin comprender a que se refería, la hija pequeña de mi jefe se di...

Educando como sumisas a las hijas de mi jefe 5

Mi fiel secretaria llega a casa con la intención de instruir a las hijas del jefe para convertirlas en sumisas. Una vez ahí solo me preguntó si iba a poder hacer uso de ellas. Al darle libertad absoluta, su primera lección fue sorprendente

CAPÍTULO

6

Al salir de la oficina, me entretuve comprando en un sex

shop los artilugios que me faltaban, no en vano, aunque el viejo tenía todo un arsenal, era insuficiente al estar pensado para una pareja, y a partir de esa noche íbamos a ser cuatro. Llevaba años sin entrar en un tugurio parecido, y por eso me quedé pálido al observar hasta donde podía llegar la imaginación perversa de los fabricantes.

Obviando el hecho de que había muchos instrumentos cuya finalidad no entend...

Educando como sumisas a las hijas de mi jefe 4

Isabel, mi secretaria, me ofrece su ayuda para enseñar a las dos hermanas. Bajo su experta batuta, las muchachas se convertirán en perfectas sumisas.

CAPÍTULO 5

Isabel, mi secretaria, me ofrece su ayuda para enseñar a las dos hermanas. Bajo su experta batuta, las muchachas se convertirán en perfectas sumisas.

Esa mañana, decidí que tenía que cambiar de táctica, no fuera que las privaciones a las que tenía sometidas a las dos hermanas hicieran mella en sus cuerpos, y enfermaran. Para ello, debía encontrar una persona que me las cuidara mientras yo trabajaba. El problema era quien, no conocía a nadie que me inspirara la suficiente confianza par...

Educando como sumisas a las hijas de mi jefe 3

Sigo “educando” a las dos hermanas y tras someterlas a diversas penurias, provoco su enfrentamiento al ordenar que se castiguen entre ellas. La brutalidad de Natalia con Eva me permite consolarla y que ésta se cambie de bando.

CAPÍTULO

4

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L

a noche transcurrió sin novedad. N

ada que valga la pena contarse, excepto

un par de polvos a la muchacha

más

por satisfacción pers

onal que por necesidad. Natalia

tie

ne una constitución atlética. Un

c

ulo duro y un cuerpo escultural

que provoca

n

que cualquier hombre que la tenga desnuda a su lado no pueda evitar follársela. Lo único destacable fue que observé un pequeño cam

bio, la segunda vez que la tomé

no solo s...

Educando como sumisas a las hijas de mi jefe 2

Las dos muchachas intentan asesinarme, y mi venganza no tiene límites. Aviso a navegantes, más que violento este relato es perverso. Hay escenas filiales, anales, pero sobre todo mucha manipulación.

Ji Y

Esa noche estaba contento, la primera parte de mi venganza había ido sobre ruedas, no solo me había apoderado de sus vidas, sino que había ya forzado a la más joven de ellas. Natalia, no siendo la más dura de mis oponentes, era en cambio la que mejor cuerpo tenía. Un metro setenta de hembra de infarto al que acababa de ver retorcerse entre mis brazos cuando de una manera cruel desvirgué su parte trasera.

​«La venganza es el manjar más sabroso condimentado en el infierno», murmuré para mí re...

Educando como sumisas a las hijas de mi jefe.

La venganza, como el mejor sexo, se realiza lentamente y con los ojos abiertos. Después de haberme humillado, tengo la oportunidad de devolver a esas putas con creces la vergüenza que me han hecho pasar. Dos mujeres y un solo propósito, ¡usarlas!

Educando como sumisas a las hijas de mi jefe.

Capítulo 1

Todo lo que voy a narraros tiene su origen en una entrevista de trabajo, acaecida hace tres años. Como tantos otros provengo de los barrios bajos de una ciudad cualquiera y gracias a los esfuerzos de mis viejos, pude estudiar una carrera. Durante años tuve que fajarme duramente para ir escalando puestos, hasta que ya como ejecutivo de valía reconocida, una empresa del sector me llamó.

La entrevista resultó un éxito, Don Julián,...

Convertí a mi nuera y a su madre en mis putas FIN

La hija puta de mi nuera utiliza a mi nieto para meterse en mi cama mientras me deja claro que antes que la viuda de mi hijo, ella es mi cachorrita.

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La hija puta de mi nuera utiliza a mi nieto para meterse en mi cama mientras me deja claro que antes que la viuda de mi hijo, ella es mi cachorrita.

La cena no pudo ser más

incómoda

para mí al comportarse Sonia como si ella fuese mí criada y yo, su

jefe

. Por mucho que intenté normalizar el tema y que como la viuda de mi hijo se sentara y cenara junto a mí, se negó de plano diciendo que no sería correcto. Como ya se estaba volviendo una rutina, preferí no enfrentarme con e...

Convertí a mi nuera y a su madre en mis putas 7

La terquedad de mi nuera en considerarse mi puta a pesar de haberla liberado, nos hace descubrir que tanto ella como su madre no pueden dejar de sentirse de mi propiedad y mi ex lo aprovecha para disfrutar de nuestra consuegra.

La terquedad de mi nuera en considerarse mi puta a pesar de haberla

liberado

,

nos hace descubrir que tanto ella como su madre no pueden dejar de sentirse de mi propiedad y mi ex lo aprovecha para disfrutar de nuestra consuegra.

La terquedad de mi nuera en considerarse mi puta a pesar de haberla

liberado

,

nos hace descubrir que tanto ella como su madre no pueden dejar de sentirse de mi propiedad y mi ex lo aprovecha para disfrutar de nuestra consuegra.

Como un reo qu...

Convertí a mi nuera y a su madre en mis putas 6

Tras descubrir que mi nuera no era la culpable de que mi hijo no hubiese querido saber nada de mí, fue durísimo y saber que bajo una acusación falsa la había cuasi violado peor. Lo extraño de todo es cuando le pido perdón, la viuda de mi chaval no acepta que deje de tratarla como mi puta.

9i

El dolor

y la angustia

de saber

que había fallado primero como padre, luego como esposo y para terminar como suegro y como abuelo

era insoportable

. Como padre había

logra

do que mi hijo se abochornara de mí y que no quisiera verme. Como esposo, no había logrado mantener a Aurora a mi lado. Pero lo que realmente me rompía el alma era saber que había mancillado la memoria de Manuel, violando y emputeciendo a su señora.

Hijo, ¡lo siento!

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