La tentación tiene curvas de mujer 4

Mientras se acicala para el evento, la chinita sigue con su aprendizaje. Al ver su cuerpo desnudo en el espejo y en contra de la tradición en la que había sido educada, se masturba, sin saber que estaba siendo observada por su guardaespaldas a través de las cámaras instaladas para protegerla.

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A pesar de odiar ese tipo de eventos, Mei Ouyang se tomó su tiempo para acicalarse siguiendo los consejos de su viejo y es que el difunto magnate aconsejaba a todo aquel que quisiera escucharle que un ejecutivo debe hacer acopio de todas sus armas para siempre tener ventaja a la hora de enfrentarse a cualquier situación.

“No hay enemigo pequeño” era su máxima y el mayor peligro que podía uno correr era minusvalorar a su oponente.

Por ello, obviando que Elizabeth podía pensar que se hab...

La tentación tiene alma de mujer 3

Asustada una y acojonada la otra con lo sucedido, Mei y Beth repasan en sus cuartos la paja que la ex militar regaló a la chinita mientras Walter, ajeno a todo, revisa la agenda de su clienta y se plantea que la rubia sea esa noche la encargada de proteger los pasos de la heredera. Contiene lésbico

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Aunque su padre había sido una adelantado a su época y la había educado para luchar en la vida como si hubiese sido un hombre, siempre se mantuvo dentro de la tradición en el aspecto sexual. Para él al igual que para el resto de los de su generación, el sexo era algo íntimo y más aún para las mujeres, que además de estar subordinadas a sus maridos, debía ver en él solamente un método para procrear y extender así su legado.

«Papá sostenía que los placeres eran decadentes y por ello huía de el...

La tentación tiene cuerpo de mujer 2

La chinita preocupada por la atracción que siente por su guardaespaldas decide relajarse con un poco de Taichi. Mientras lo practica, Elizabeth se une a ella. Mei al enterarse de que su empleada es una experta en esa arte marcial, la reta a un combate. Un combate que cambiará para siempre sus vidas.

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Tras la ducha vespertina a la que estaba más que habituada, Mei Ouyang ocupaba sus tardes estudiando los informes diarios que recibía de esta parte del mundo para acto seguido enviar los más interesantes a sus asesores en China. Así y gracias a las doce horas de diferencia horaria,  al despertar a la mañana siguiente tuviese en su poder las conclusiones de su gente.

Al principio le había costado acostumbrarse, pero tras un mes ahora se daba cuenta que el sistema tenía sus ventajas y que, en...

La tentación tiene forma de mujer

Esta es la historia entre una joven de origen chino y una pareja formada por una ex militar y un experto en seguridad. Cada uno de los miembros de la pareja se sienten atraídos por la chinita. Mientras para ésta, educada en la más rígida tradición, la situación es todavía peor, ¡le atraen ambos!

La vida de Walter Lynch cambió diametralmente una mañana que se suponía que iba a ser tranquila. Como consultor en seguridad personal, su mayor carga de trabajo era durante la temporada de conciertos de Nueva York. Temporada en la cual su trabajo protegiendo la vida de las estrellas que llegaban a la ciudad le ocupaba todo el día. Pasados esos meses de actividad frenética, todo se relajaba y ocupaba su tiempo practicando artes marciales y ejercitándose en el gimnasio, pero sobre todo estudiando las nuevas h...

Educando como sumisas a las hijas de mi jefe FINAL

Partimos hacia Santa Lucia para encontrarnos al padre de mis sumisas y la casualidad quiso que, en el avión, conociéramos a una azafata un pelín dominante que decidió aliviar a su manera el culo de mis pobres niñas… CAPÍTULO CON EL QUE PONGO PUNTO Y FINAL A ESTA HISTORIA.

La severidad del castigo que se habían auto infligido quedó de manifiesto cuando al entrar en el avión observé las dificultades que tenían mis niñas para aposentar sus traseros en los asientos.

―Creo que hay unos cuantos culos adoloridos― comenté muerto de risa al ver el cuidado de las cuatro al sentarse.

La más perjudicada parecía Isabel, la cual después de cinco minutos en el avión permanecía de pie en mitad del pasillo.

―Eso te ocurre por puta― dije despelotado desde mi asiento mientras...

Educando como sumisas a las hijas de mi jefe 12

Tras cuatro meses disfrutando de sus hijas, recibí una llamada de D.Julián que me hizo temer que el paraíso que había construido llegaba a su fin. Para mi sorpresa, el viejo me dijo que me esperaba junto a mis cuatro putas en mitad del caribe. POR LO LARGO DE LA HISTORIA, TODAVÍA FALTA UN RELATO MAS

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Capítulo 13

Llevaba cuatro meses en casa del jefe disfrutando de sus hijas y beneficiándome a dos de sus empleadas, cuando una llamada que recibí en mi móvil me hizo temer que todo lo que había conseguido hasta ese momento iba a desaparecer.

―¿Don Fernando Jiménez?― escuché que preguntaban con marcado acento cubano al otro lado del teléfono.

―Si soy yo― respondí no demasiado sorprendido por recibir una llamada del extranjero por los numerosos intereses que tenía la compañía...

Educando como sumisas a las hijas de mi jefe 11

Mi secretaria y su compañera mulata se convierten en las maestras sexuales de las hijas de nuestro jefe y estas parecen agradecer ser sus mascotas. PENÚLTIMO RELATO DE LA SERIE, incluye lésbico, Pony girls, exhibicionismo, un poco de todo

La presencia de Paula en casa añadió la dosis de picante latino que nos faltaba en nuestro día a día, dotándolo de música, risas y más variedad de sexo. Por ella resultó algo normal escuchar cumbias, merengues y reguetón por la casa,  pero también que entre la mulata y mi gordita se creara una sana y morbosa competencia.

Competencia o pique, en el cual rivalizaban a ver cuál de las dos tenía una idea más disparatada que realizar con las hermanas. Curiosamente, mientras Isabel usaba casi en exclusiva a...

Educando como sumisas a las hijas de mi jefe 10

Suponía que las hijas de mi jefe no aceptarían de buen grado competencia, pero nunca me imaginé descubrir al llegar a la casa con la mulata que esas dos eran racistas. Pensé en castigarlas, pero no tuve que intervenir al reaccionar Paula a los insultos saltando sobre ellas.

Con Paula derrengada sobre un sofá, pregunté a Isabel qué había pensado hacer con ella y mi gordita, muerta de risa, comentó que llevárnosla a casa. La idea me resultó atrayente y a pesar de que no sabía cómo iban a reaccionar las dos hijas de mi jefe al saber que tenían competencia, accedí a que nos acompañara. Mis sospechas no tardaron en verse confirmadas cuando al llegar a la mansión esa noche, nos abrió la puerta Eva y en su cara descubrí el disgusto que la presencia de Paula le provocaba.

No que...

Educando como sumisas a las hijas de mi jefe 9

Una tarde cuando ya estaba a punto de irme a casa, Isabel me visita en la oficina con ganas de guerra. Creyéndome solo, me lanzo sobre ella sin saber que Paula, la mulata, nos espía.

Desde que Isabel me propuso fichar a Paula para formar parte de nuestro harén, el culo de esa morena me tenía obsesionado y no podía dejar de observarlo cada vez que la veía en la oficina. Era un maravilla, perfecto, grande, duro y respingón. Para que me entendáis, Paula es dueña de un trasero voluminoso y sensual, uno de esos que solo puede tener una mujer negra, pero que todos los blanquitos desearíamos acariciar.

Confiando en la pericia de mi secretaría, durante casi una semana no dejé de soñar en...

Educando como sumisas a las hijas de mi jefe 8

Al saber que mi gordita sentía celos de la bella mulata que había ejercido esos días como mi secretaria, le expliqué que, aunque me la tirara, ella siempre sería la favorita. Isabel entendió que mi deseo era sumar un cuarto miembro a nuestro harén y por extraño que parezca, lo aceptó con alegría.

Capítulo 9

Un par de semanas después, tras una dura jornada en el trabajo,  Isabel saludó en la puerta al llegar a casa y tras mostrarme satisfecha que las hijas del jefe la habían dejado impoluta, me comentó que había llegado la hora de normalizar nuestras vidas.

―¿A qué te refieres?― pregunté.

Midiendo sus palabras no fuera a enfadarme, mi dulce amante contestó:

―Dado que tus niñas están demostrando que saben cuál es su papel y que lo aceptan, creo que tienes que dejar que vayan...