Mi mujer y el bello desconocido del hotel

Este mismo verano un hombre al que acabamos de conocer, aprovechándose de nuestra confianza, se tira en un momento a mi mujer en la habitación del hotel donde nos hospedamos.

He dudado pero os voy contar lo que me sucedió este mismo verano, hace unos escasos dos meses

Venía con mi mujer de dejar a nuestro hijo en un campamento de verano y, como ya había anochecido y no teníamos ninguna prisa, paramos el coche en un hotel de una ciudad de tamaño mediano con el fin de pasar la noche y reanudar el camino a la mañana siguiente.

Antes de cenar nos dimos una pequeña vuelta por el centro y acabamos cenando en el mismo hotel donde nos hospedábamos.

Convencí luego a mi...

Mi excitante paseo por la playa con mamá

Un paseo por la playa con mi madre se convierte en una refrescante locura de sexo y desenfreno.

Hace ya bastantes años de aquel tórrido verano en el que dejamos a mi padre, malhumorado, leyendo el periódico bajo la sombrilla y nos fuimos mi madre y yo a dar un paseo por la orilla del mar.

Debía tener yo unos dieciséis años y mi madre, unos treinta ocho, maravillosamente llevados, ya que todas las mujeres de la playa la miraban con envidia y los hombres con deseo, o al menos eso recuerdo de aquel día.

Debía ella medir casi un metro setenta, con muy buen tipo de piernas largas y estilizadas,...

Cómo se follaron a mi madre en una fiesta

Acompañé a mi madre a una fiesta de disfraces, donde no fui yo el único que se la tiró.

(CONTINUACIÓN DE “CÓMO DEJÉ QUE SE FOLLARAN A MI MADRE”)

Pasaban los días y yo estaba cada vez más excitado, aunque bien me cuidaba de no hacerme ninguna paja, guardaba toda mi potencia sabiendo que se presentarían mejores ocasiones.

Todavía no se me iba la sensación de vergüenza por haber visto cómo un joven violaba a mi madre en casa, ni los remordimientos de haberle dejado que entrara en casa, que le abriera yo directamente la puerta sabiendo que mi madre estaba sola y él venía a follársela....

Cómo dejé que se follaran a mi madre

Salía de casa y me encontré a un joven al que había visto en el pasado tirarse a mi madre. Sabía que quería volver a follársela y le dejé entrar para que lo hiciera. Disfruté viéndolo y os cuento lo que vi.

(CONTINUACIÓN DE “FOLLANDO A UNA MILF”)

Pasé toda la mañana fuera de casa, primero en la academia preparando unas asignaturas que me habían quedado para septiembre y luego en la biblioteca estudiando, pero no podía concentrarme, tenía unos pensamientos muchísimo más excitantes brincando en mi cabeza.

Recordaba nítidamente una y otra vez lo que le había sucedido el día anterior a mi madre en la piscina, cómo aquel joven la acosaba ante las risas y comentarios de sus amigos, cómo la sobaba el culo...

Cómo descubrí que mi madre era una puta

Mi madre era una caja de sorpresas y yo, descubriendo lo que escondía, la desnudé, y la abrí de piernas, penetrándola hasta el fondo.

(CONTINUACIÓN DE “ESPIANDO CÓMO SE FOLLAN A MI MADRE”)

Después de que dejara de espiarles desde la ventana, no estuvieron mucho tiempo follándose a mi madre, quizá unos quince minutos más, ya que enseguida dejé de escuchar ruidos en el dormitorio de mis padres. Unos pocos minutos después escuché cómo se abría y cerraba la puerta de la entrada y supuse que saldría mi tío.

Me costó dormirme y, cuando lo hice, extraños sueños me invadían en la que mis padres y mi tío intentaban entrar en mi dormito...

Espiando cómo se follan a mi madre

Dudaba si mi madre se recuperaría de la violación que sufrió, pero aquella noche descubrí como se la follaban nuevamente.

(CONTINUACIÓN DE “CÓMO CASTIGUÉ A MI MADRE POR NO DEJARSE FOLLAR”)

Cansado, sin querer escuchar ni ver más, cerré la puerta de servicio a mis espaldas, siguiendo a mis vecinos a su vivienda.

En casa dejé a mi madre a la que acabábamos de violar, desnuda y a merced de otro violador, mi vecino, al que avisé para que se la follara y dejé entrar en casa para que también se la tirara.

Una sensación de inquietud me embargó, porque mi vecino además de haberla violado al menos dos veces en el pasa...

El primer polvo que eché a mi novia

Esta es la historia de cómo me eché novia a la tía buena de clase y de la primera vez que me la follé.

No había prácticamente nadie en el parque, dado que estaba amaneciendo, pero una joven pareja, de unos dieciseis años, cruzó próximo a donde yo estaba comiendo un bocata, aunque dudo que me vieran.

Iban de la mano, más bien él tiraba de ella, muy alta, esbelta, de muy buena figura, de piernas largas y torneadas .

A pesar de que la noche era más bien calurosa, la chica llevaba unas mallas negras que resaltaban sus largas y torneadas piernas y especialmente su culo levantado y respingón, dado que...

Cómo perdí mi virginidad con mi madre en un motel

Cómo una madre insatisfecha ejecuta un plan para estar segura que su hijo no es homosexual

Acababa de cumplir 18 años y, con mi carnet de conducir recién estrenado, mi madre me dijo un sábado que la llevara en coche a ver a una tía suya que hacía años que no veía y que vivía en un pueblo a poco más de cien kilómetros.

La excusa que puso era que ella visitaba a un familiar y yo practicaba con el coche, pero yo sabía que últimamente tenía una relación tensa con mi padre, con el que discutía frecuentemente, así que cuanto menos le viera mejor.

Como todas las discusiones, de un tema se ib...

El culo de mi madre

El protagonista absoluto de esta historia es el culo de mi madre. Mi amigo, el vino y yo somos simples complementos a su hermoso culo.

Era una tarde muy calurosa de finales de junio en la que estaba en el salón de mi casa jugando con mi WII.

Esperaba a que llegara Manuel, mi mejor amigo en aquella época, con el que había quedado para jugar en casa.

Mi madre apareció por la puerta, anunciándome que iba a hacer la compra al supermercado y que no tardaría en volver.

Un simple vistazo fue suficiente para darme cuenta lo bien que la sentaba el verano, y sobre todo las minifaldas que tanto la gustaba llevar.

Yo ya no era...

A ni madre se la montaron en una barca

Mi madre para complacerme se quiso montar en mi barca hinchable, y ¡vaya si la montaron!. Relato publicado en el año 2012 que se eliminó por error

Esta historia transcurrió hace bastantes años.

En aquella época yo tenía unos 6 años y mi madre 28, morena y con muy buen cuerpo.

Era verano y mis padres habían alquilado un piso en la playa para pasar la primera quincena de agosto.

Habíamos bajado, como casi todos los días, a la playa con la sombrilla, las sillas y demás artilugios playeros.

No había mucha gente en la playa ya que hoy era día de mercado y la gente aprovechaba para no bajar a la playa.

Ese año me habían comprad...