Madre dormida, madre follada

Tras una bronca con mi madre, aprovecho que toma unas pastillas y se queda profundamente dormida para follármela

Era un día muy caluroso de principios de septiembre de hace muchos, muchos, años, posiblemente yo tuviera entonces unos 17 años y mi madre 39.

No sé si fue por el calor sofocante que hacía, que enardecía nuestros ánimos, pero ese día ocurrió algo que quiero narrar.

Mi padre no estaba en casa, posiblemente estuviera viajando por motivos de trabajo, por lo que solamente estábamos mi madre y yo con toda la casa para nosotros dos.

No recuerdo la chispa que encendió todo, pero la bronca que tuv...

A mi madre la violaron por la noche en la playa

Volvemos de visitar a una conocida cuando un grupo de personas que está en una zona de copas arranca a mi madre toda su ropa, y la viola en la playa

Nunca olvidaré aquel mes de agosto que me dejó marcado toda mi vida, en el que yo tendría unos 7 años y mi madre tal vez 29.

Como todos los veranos mis padres habían alquilado un apartamento próximo a la playa. Ese año habían elegido uno con gran afluencia de turistas, cuyo nombre no daré.

Esa tarde mi padre se había quedado en casa viendo alguna competición deportiva que retransmitían en el televisor, por lo que mi madre aprovechó para ir a visitar a una vecina de donde vivíamos que tenía una v...

Violada en una playa nudista

Mis amigos y yo, con la excusa de observar aves, disfrutamos viendo a una hermosa mujer que está desnuda tomando el sol en la playa y como la violan a placer dos hombres.

Recuerdo muy bien aquel caluroso mes de agosto en el que debía tener unos 14 años.

Mis padres habían alquilado un apartamento en un pueblo costero, y enseguida me hice amigo de varios chavales de mi misma edad en la urbanización.

Uno de ellos era muy aficionado a observar aves por lo que a veces le acompañábamos e íbamos provistos de prismáticos.

Mi padre me dejó los suyos que eran especialmente potentes, con la promesa de que los cuidaría, por lo que era la envidia de mis compañeros.

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Follando a mi madre en la cama

Después de disfrutar de un día increíble en la playa, volvemos a casa, para follarnos sin parar a mi madre en su propia cama.

(CONTINUACIÓN DE “FOLLANDO A MI MADRE EN LA PLAYA”)

Después de pasar un día inolvidable en una playa solitaria, de finas arenas doradas y aguas cristalinas, donde mi tío y yo nos follamos sin descanso a mi madre, volvemos en el coche  de mi tío a casa.

Mi madre continúa malhumorada y cabizbaja en un silencio absoluto después de los polvazos que la hemos echado.

Ni que la hubiéramos follado contra su voluntad.

Al menos conmigo estuvo de lo más complaciente y disfrutó como una auténtic...

Follando a mi madre en la playa

Un soleado día de verano en una hermosa playa solitaria es el escenario ideal para que nos follemos a mi dulce madre, la del culito respingón.

(CONTINUACIÓN DE “FOLLANDO A MI MADRE”)

Me despertó un intenso aroma a café recién hecho.

Estaba tumbado en mi cama completamente desnudo  y empapado de sudor.

Miré la hora, era casi la hora de comer.

Recordé la pasada madrugada, hacía pocas horas, en la que mi tío Alberto y yo mismo nos follamos a mi madre en su propia cama.

Y sonreí feliz.

¿A qué hora me trajiné a mi madre?

No recuerdo la hora, pero estaba amaneciendo que bien que la vi en pelotas.

Lo que si...

Follando a mi madre

Aprovechando que mi padre volvía el fin de semana a la ciudad, dejando sola a mi madre en el piso que tenían en la playa, mi tío y yo fuimos a visitarla con un único objetivo: Follarla.

En aquel verano yo debía tener unos 22 años y acaba de finalizar los estudios, por lo que estaba empezando a buscar mi primer empleo.

Mis padres se habían ido de vacaciones a la playa y yo me había quedado solo en la ciudad. Decir solo sería faltar a la verdad, ya que me quedé con mi novia y aproveche para pasármela por la piedra sin descanso y sin piedad.

Pero tanto me la follé, que me dejó por salido, por obseso sexual. Y eso que no la hice todo lo que deseaba ni tantas veces, pero así son las...

Disfrutando de Supergirl

Una incursión en las aventuras sexuales de la prima de Supermán, que vuela con microminifalda y sin bragas para la admiración de todo Metrópolis

Estamos en un día soleado en Metrópolis, con un cielo azul espléndido, sin nubes.

Pero ¿qué es eso?

Algo surca velozmente los cielos, ¿es un pájaro, es un avión?

¡ Nooooo!, ¡es la prima buenorra de Supermán!

Ahí va Supergirl deslizándose sin un mínimo esfuerzo a velocidades casi supersónicas hacia la plaza principal de Metrópolis.

Helicópteros la sobrevuelan, policía, emisoras de televisión, …

Una muchedumbre enardecida la espera abajo, vitoreándola, con pancartas.

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Las violaciones de mi mamá en casa (1)

Regreso con mi madre de misa, pero antes de entrar en casa unos hombres nos asaltan, entrando con nosotros en casa, y todos disfrutamos a placer de mi mami.

Era una mañana de un domingo muy soleado, bastante caluroso, de finales de octubre.

En aquella época yo debía tener unos 18 años y mi madre unos 39.

Venía con mi madre de misa, yo con chaqueta y ella con un blazer color azul marino, con falda que la llegaba un poco más arriba de las rodillas, y unas medias negras de rejilla.

Aunque era casi diez centímetros más baja que yo, los zapatos de tacón que llevaba la hacían parecer más alta.

Sin tacones debía medir algo menos de un metro ses...

Las violaciones de mi mamá en casa (2)

Regreso con mi madre de misa, pero antes de entrar en casa unos hombres nos asaltan, entrando con nosotros en casa, y todos disfrutamos a placer de mi mami. Ahora en el salón.

El jefe eligió dentro del armario unos zapatos de tacón y la dijo que se los pusiera.

Eran los que tenían más tacón y por ese motivo nunca, hasta ese día, la había visto con ellos puestos, quizá nunca se los puso hasta ese día.

Ella se sentó en la cama y, desnuda, se los calzó.

Era curioso pero, a pesar de estar totalmente desnuda, con un cuerpo espléndido, me fui en ese momento a fijar en sus torneados y fuertes muslos que lucían espléndidos, hermosos, brillando por la luz que entraba por...

Violada en las fiestas del pueblo 6: Blancanieves

Todavía no estábamos en casa. Aquél motel de carretera fue la guinda del pastel. Los mandingos se follan a Blancanieves, mientras Papá Pitufo observa complacido

Volvía con mis padres en el coche después de pasar un par de días en el pueblo de una antigua compañera de trabajo de mi padre.

Habían sido unos días excesivamente intensos en los que habían violado reiteradamente de mi madre e incluso yo había sido objeto de abusos sexuales, mientras mi padre estaba trabajando.

Ahora, aunque mi padre estaba conduciendo, no dejaba de echar unas buenas miradas a mi madre, que, sentada en el asiento del copiloto, dormía profundamente.

La cortísima falda del...