La recién casada y el ataque de los empalmados
Una pandemia de sexo salvaje y desenfrenado se abatió sobre la isla y nadie se libró de su contagió. Solamente la que lo provocó parece que quedó a salvo y a la mañana siguiente se despertó desnuda en su cama como si nada hubiera sucedido.
(CONTINUACIÓN DEL RELATO “RECIÉN CASADA Y MUSA DE LOS POLVOS”)
La luz resplandeciente del día se filtraba por la amplia puerta acristalada de la terraza bañando el escultural cuerpo desnudo de la joven que yacía profundamente dormida sobre su cama de matrimonio, pero fueron los agudos chillidos ocasionados por el salvaje orgasmo de una mujer follando los que, atronando desde la terraza vecina, lo que la hicieron despertar.
No eran los primeros chillidos que resonaban en el dormitorio pero, al es...