Mamá y los lobos
No es bueno pasear sola por el campo cuando hay lobos hambrientos de sexo que acechan dispuestos a violarte.
Era un caluroso y soleado día de verano cuando la familia, después de visitar una localidad turística, se acercó con el coche a unos montes donde les habían comentado que había una gran variedad de aves.
Aunque Dioni, el marido, odiaba el campo, donde había pasado gran parte de su niñez, fue su mujer, Rosa, la que insistió en acercarse para que Juan, el hijo único del matrimonio, pudiera utilizar el regalo que le habían hecho por su cumpleaños: unos potentes prismáticos.
Transitando por caminos...