Mamá y los lobos

No es bueno pasear sola por el campo cuando hay lobos hambrientos de sexo que acechan dispuestos a violarte.

Era un caluroso y soleado día de verano cuando la familia, después de visitar una localidad turística, se acercó con el coche a unos montes donde les habían comentado que había una gran variedad de aves.

Aunque Dioni, el marido, odiaba el campo, donde había pasado gran parte de su niñez, fue su mujer, Rosa, la que insistió en acercarse para que Juan, el hijo único del matrimonio, pudiera utilizar el regalo que le habían hecho por su cumpleaños: unos potentes prismáticos.

Transitando por caminos...

La vecina enseña a mi madre a jugar a las cartas

Así es cómo mi madre, intentando congraciarse con una vecina, fue a su casa a jugar a las cartas y lo que realmente se encontró.

Era un día de sol radiante y caluroso, demasiado caluroso para ser otoño.

Aquella mañana Rosa volvía a su casa, tirando del carrito, después de hacer la compra en el supermercado próximo a su casa.

Vestía un ligera chaquetita de cuero negro que la cubría hasta la parte inferior de la espalda, dejando su culo al descubierto; una fina camisa blanca que, con el sudor provocado a Rosa por el calor, dejaba transparentar el pequeño sostén negro que apenas contenía unos pechos rotundos y erguidos; y un...

Los vecinos se follaron a mi madre

Todos en aquel edificio deseaban follársela, pero solo unos pocos aprovecharon la ocasión.

(CONTINUACIÓN DE “CÓMO PILLÉ A MI MEJOR AMIGO FOLLÁNDOSE A MI MADRE”)

Mientras tanto Rosa que había estado duchándose en su casa después de los polvos que la había echado Oliver, el amigo negro de su hijo, escuchó un fuerte portazo. Era su hijo, Juan, que, al salir de la vivienda, no había podido impedir que la puerta se cerrara violentamente, pero eso no lo sabía la mujer, así que, cubriéndose con una toalla salió asustada del cuarto de baño.

Llamó a Oliver pero nadie le respondió ya que no hab...

A mi madre la ponen cachonda los juegos de cartas

Aquella noche me di cuenta que a mi madre la ponían cachonda los juegos de cartas, a mi mejor amigo mi madre y a mí verlos follando.

Aquel verano mi madre descubrió los juegos de cartas. No sé ni quien la enseñó ni cómo ni con quien jugó pero la obsesión de jugar a las cartas la penetró fuerte y profundamente.

La pregunté quien la había enseñado y, después de unos segundos de vacilación en los que sorprendentemente se puso muy colorada, me dijo que Encarni, la vecina, la había enseñado.

  • ¿Encarni, la vecina cincuentona que tiene pinta de puta, que siempre nos mira y habla mal de nosotros? ¿Nuestra enemiga jurada? ¿Es en serio?...

Cómo pillé a mi mejor amigo follándose a mi madre

No me lo creía pero, cuando le pillé follando a mi madre, me di cuenta que disfrutaba viéndolo y me corrí a lo bestia.

(CONTINUACIÓN DE “EL NEGRO SE FOLLA A MI MADRE”)

Aún no eran las nueve de la mañana y ya estaba Oliver el negro vigilando el portal del edificio donde vivía Rosa con Dioni, su marido, y con Juan, su único hijo y amigo de Oliver.

Fue como siempre el esposo el primero en salir a la calle y no pasaron ni cinco minutos cuando también salió su hijo.

Esperó todavía unos diez minutos antes de acercarse al portal no solo por si volvían uno u otro por sus pasos sino que también a esa hora el porter...

El negro se folla a mi madre

El negro tenía un único objetivo y no podía quitárselo de la cabeza, deseaba follarse a la madre de su amigo, por lo que lo planeó todo hasta el último detalle con el fin de conseguirlo.

(CONTINUACIÓN DE “MI MADRE, EL NEGRO Y LOS CELOS DE MI PADRE”)

El lunes siguiente Juan no acudió a la Universidad y su amigo Oliver se preguntó por el motivo que podía haber tenido para no acudir, incluso se preocupó, especialmente por la actitud tan agresiva de Dioni, el padre de Juan, que había tenido el pasado sábado hacia Rosa, su dócil y voluptuosa esposa.

Recordaba cómo habían acudido los dos amigos a la vivienda de Juan donde les esperaba Dioni, para ver juntos el partido de futbol que tr...

Mi madre, el negro y los celos de mi padre

Aquella noche la visita de mi amigo negro provocó un torrente de polvos a mi madre y unos celos enfermizos a mi padre.

(CONTINUACIÓN DE “MI MADRE, MI AMIGO Y LA EXCUSA DEL PARTIDO”)

En la vivienda donde vivía Juan con su familia se levantaron a la hora habitual de un día laborable. Aunque su padre había llegado muy tarde del trabajo la noche anterior, tenía que volver a incorporarse al mismo a la hora de siempre. Juan, por su parte, tenía que volver a la Universidad donde tenía clase. Rosa, su madre, era ama de casa y, aunque no tenía que salir a trabajar, acostumbraba a levantarse con ellos para ponerles el desayuno....

Mi madre, mi amigo y la escusa del partido

El hijo sabía el miedo que tenía su madre a los negros, así que ideo con su amigo un plan para quitárselo.

El mejor amigo de la Universidad donde iba Juan atendía al nombre de Oliver, y, aunque había nacido en Europa, sus padres eran originarios de Brasil y él era negro, negro como el azabache.

El problema surgió cuando un día sin avisar Oliver se acercó a la casa de Juan a recoger un libro que éste le había dicho que se lo daría. En ningún momento Juan supuso que su amigo se presentaría de improviso en su casa a recogerlo. Oliver sabía que Juan estaba en casa pero lo que no conocía era que a su madre la d...

La niña mala y la comida familiar

La comida del domingo se convierte en un auténtico placer para toda la familia.

(CONTINUACIÓN DE “LA NIÑA MALA Y SU MADRE VIOLADA”)

Aquella noche tanto Malena como Elena, su madre, durmieron de un tirón, sin despertarse, aunque sus sueños no fueron precisamente apacibles al estar repletos de vergas erectas, polvos y violaciones, producto de las experiencias reales que vivieron madre e hija la tarde anterior.

Esa tarde mientras la niña era violada en el bosque cercano, primero por su tío y luego por dos compañeros del instituto, a su madre la violaba un vecino del barrio en...

Jugando en la cama con la madre de mi amigo

Por casualidad un joven descubre que no solo es posible jugar con la PS4 de su amigo, sino también puede hacerlo con su madre.

Era un frío viernes de enero cuando, a la salida de clase, tres amigos se fueron a la casa de uno de ellos, el que se llamaba Pablo, a jugar con la PS4, aprovechando que no estaba ninguno de los padres de éste.

El padre solía llegar muy tarde de su trabajo y la madre, que acababa de empezar a trabajar en una nueva empresa, tenía una comida con sus compañeros de departamento.

Compraron los jóvenes tres pizzas, así como unas latas de cerveza, y, entrando en la casa, se metieron en la habitación de...