Visita a los aseos públicos de Fernández Latorre.
Yo mirando cara a la pared, desnudo de cintura para arriba y el slip y pantalón a la altura de los tobillos, con la polla tiesa a reventar, me agachaba e intentaba subirme el slip y pantalón a la vez que arrimaba la puerta para no ser visto.
Había salido de la casa del viejo que terminaba de darme por el culo, e iba pensando en la follada que terminaba de darme aquel viejo con aquella polla que me había deslumbrado por lo largo que la tenía. No se me iba de la cabeza la visión de aquella polla entrando en mí, y el gusto que me había dado cuando me llegó a lo más hondo de mis entrañas, haciendo que me corriera de tanto gusto que me había dado.
Con estos pensamientos, cada vez me iba empalmando más y notaba que el culo me ardía en deseos de...