Acudiendo a la cita con el quiosquero parte 2

Estaba sentado en el sofá de la casa del quiosquero, desnudo por completo, chupándole la polla, y ahora el cabrón del quiosquero, de pie delante mía metiéndome el rabo en la boca y en pelotas al igual que estaba yo, me pedía que le comiera los huevos.

Estaba sentado en el sofá de la casa del quiosquero, desnudo por completo, chupándole la polla, y ahora el cabrón del quiosquero, de pie delante mía metiéndome el rabo en la boca y en pelotas al igual que estaba yo, me pedía que le comiera los huevos.

Hice lo que me pedía, saqué la polla de la boca y empecé a comerle aquellas enormes pelotas.

¡Ohhh ooohhh! ¡Así así, perrita! Jadeaba el quiosquero sujetándome la cabeza, mientras se abría de piernas todo lo que podía, dejando que le fuera comiendo...

Acudiendo a la cita con el quiosquero

Al verme nervioso, tratando de zafarme de aquel abrazo y manoseo que le daba a mi culo, el quiosquero se dio cuenta de que aquello me ruborizaba y no me gustaba que me vieran. Abrió la puerta del quiosco, diciendo, espera un momento. Ven, pasa que vamos a coger tabaco, que seguro que te va a hacer..

Desde que me había levantado el sábado, llevaba todo el día nervioso, apenas había podido comer a causa de los nervios y stress que tenía, era como un hormigueo que me recorría todo el estómago, y todo era por causa de aquella cita con el quiosquero. No le había prometido nada, pero llevaba 2 días que no dejaba de pensar en ello.

Realmente deseaba volver a estar con él, por otra parte, sentía remordimientos, no terminaba de aceptar por completo mi homosexualidad. Tenía miedo de que me descubrieran, de...

Con el quiosquero

Yo cerraba los ojos y gemía de excitado y caliente que estaba. El cuerpo me ardía y moría por que me hiciera suyo de nuevo. Quería que el quiosquero me poseyera de nuevo y me ensartara su tranca, dejándome bien empalado en ella.

Es aquí cerca, dijo el quiosquero mientras íbamos andando subiendo por la calle que va desde la iglesia de San Pedro de Me zonzo a la estación de ferrocarril.

Mientras íbamos andando me fue preguntando como me llamaba, cuantos años tenía, si vivía por allí cerca, etc. Etc. Etc. El al parecer estaba soltero, y vivía desde hacía varios años solo, había muerto su madre y desde esas, vivía solo.

Antes de llegar a dicha estación, dijo el quiosquero, aquí es donde vivo, parándose en el portal de una c...

El Quiosco de revistas

Mira estas revistas ya verás como te van a gustar, me decía cerrando la puerta del quiosco. Nada más ver las 2 primeras revistas, los ojos se me fueron a una de ellas, era una pequeña revista y en la portada ya se veía a 3 asiáticos desnudos manteniendo sexo, uno estaba dándole por el culo a un joven

Después de licenciarme en el servicio militar a los 21 años, haber sido desvirgado mientras cumplía el servicio militar, hacía más o menos un año de esto, y haberme encantado, me aficioné a comprar revistas pornográficas, no es que hubiera muchas, la mayoría más que pornográficas, eran eróticas que contenían fotos sensuales, direcciones de contactos y algún que otro relato.

Cuando iba a comprar alguna de estas revistas, por vergüenza, lo hacía lejos de donde vivía y procuraba que no fuese siempre el m...

Recuperando el slip

Anda, deja que te baje el pantalón, me decía mordiéndome el lóbulo de la oreja, mientras empujaba con su mano intentando sacarme el pantalón.

Ya era domingo y me quedaba menos de una semana de permiso, el jueves tenía que marchar para Zaragoza, ya que el viernes a primera hora tenía que presentarme en el cuartel. Había decidido ir de nuevo al café bar Bío, dejar que me volviera a dar por el culo y así recuperar el slip que me tenía. Si tenía que ir a dormir con él, pues iría, dormiría con él y me dejaría follar toda la noche. Además, aquello cada vez me gustaba más, sentir como me abrían el culo y me follaban dejando preñado el culo de semen, me...

Café bar, Bío, 2

Ven, me decía sujetándome con su mano por la cintura, ya verás como te va a gustar y disfrutas, ya verás que excitante es que te estén observando mientras te abren el culito con una verga y te follan.

Al día siguiente de haber sido follado por Bío, el dueño del café bar que así se llamaba, volví para que me volviera a dar por el culo. Fui como me había pedido, sin slip puesto, de paso a ver si recuperaba el slip de la noche pasada, o se quedaba Bío, con él como si de un trofeo conquistado se tratara.

Como ya sabía que solía cerrar el bar a eso de las 12 de la noche, esperé a que dieran las 10 de la noche para ir. Por supuesto que iba sin el slip puesto, cosa que me había excitado, por lo que ya iba...

Café bar, Bío

Me gusta el culito que tienes, cabrón. Me encanta como lo mueves cuando juegas en la máquina recreativa, me calentaste bien pedazo de cabroncete. Quiero meterte la polla en él y verte menearlo mientras te doy por el culo y gimes para mí.

En este relato comentaré como fue la segunda vez que me abrieron el culo y me follaron, dejando el culo preñado de leche.

Fue en La Coruña, el dueño del café bar, Bío, que estaba situado en la calle San Vicente, justo enfrente la calle Angel Senrra. Ahora dicho café bar se llama Buenos aires, y no tiene nada que ver con el propietario del antiguo café bar.

No recuerdo su nombre, todo el mundo le llamaba Bío, al igual que se llamaba el café bar. Lo único que sabía sobre dicha persona, era que hab...

Saliendo del cine

En este último el vestíbulo era mucho más grande y largo, y la oscuridad nos ocultaba bastante. Como yo ya estaba tan pero que tan empalmado y caliente de tanto que me había sobado, me fui dejando bajar los pantalones. Pero

Ese día había bajado al centro de la ciudad en busca de marcha, necesitaba ser follado, vamos que ardía en deseos porque me dieran por el culo. Como era algo temprano, decidí ir primero al cine, iría a la última sesión, de esa manera cuando saliera del cine, sería una hora adecuada para mis propósitos, que no eran otros que encontrar una polla que me rompiera el culo.

Había ido al cine que habían abierto hace poco en la calle San Andrés, TOM Y JERRY, echaban la película de Manuel Bandera, Las cosas de...

La parada del autobús.

Bufff que frío hace, vaya noche de perros, dijo el viejo sentándose a mi lado. ¿Hace mucho que esperas el bus? Me preguntó. No, le contesté, acabo de llegar, pero el bus marchaba en ese momento. Bueno pues ahora te va a tardar algo más de media hora, me dijo mirándome a la cara mientra

Estábamos a finales del mes de noviembre, en pleno otoño, ese día hacía un frío espantoso y por encima amenazaba lluvia. Había quedado a las 7 de la tarde para realizar una entrevista de trabajo, tenía que estar a esa hora en el centro comercial Alcampo; dicho centro comercial quedaba y queda a las afueras del ayuntamiento de La Coruña, una zona poco habitada por aquellas fechas.

Había ido en autobús, llegando a las 7 menos 10 de la tarde, ya era noche completamente cerrada. Cuando salí de la entrevis...

Cita con un maduro en su casa.

No contesté nada, solo se escuchaba mi respiración, estoy seguro de que, si pudiera verme en ese momento, vería como mi cara se enrojecía, al escuchar aquellas palabras.

El sábado de la semana anterior, me había dado por el culo un hombre maduro; rondaría los 50 años o quizás algo menos; en los aseos públicos de la calle Fernández Latorre, después de aprovecharse que el hijo de puta del maricón que me estaba sodomizando, me había dejado tirado. Me había dejado con los pantalones y slip sobre los tobillos, la camiseta sobre el suelo, el culo abierto y preñado de semen, la polla tiesa a más no poder, y la puerta del aseo abierta.

Por supuesto que no perdió la oportunida...