Acudiendo a la cita con el quiosquero parte 2
Estaba sentado en el sofá de la casa del quiosquero, desnudo por completo, chupándole la polla, y ahora el cabrón del quiosquero, de pie delante mía metiéndome el rabo en la boca y en pelotas al igual que estaba yo, me pedía que le comiera los huevos.
Estaba sentado en el sofá de la casa del quiosquero, desnudo por completo, chupándole la polla, y ahora el cabrón del quiosquero, de pie delante mía metiéndome el rabo en la boca y en pelotas al igual que estaba yo, me pedía que le comiera los huevos.
Hice lo que me pedía, saqué la polla de la boca y empecé a comerle aquellas enormes pelotas.
¡Ohhh ooohhh! ¡Así así, perrita! Jadeaba el quiosquero sujetándome la cabeza, mientras se abría de piernas todo lo que podía, dejando que le fuera comiendo...