Las Memorias de Adam (4)

El viento cálido recorría sus cuerpos tumbados a la sombra y la sensación era tan agradable, allí había tanta paz, que...

Al día siguiente Tom y Cathy fueron a bañarse al lago junto con sus padres, para mitigar el calor. Allí estuvieron zambulléndose desde el pequeño embarcadero de madera oscurecida por el paso del tiempo, aunque aún se mantenía estable en buena medida así que podían aprovecharla tanto para tirarse desde el final como para tumbarse con las toallas al sol y si sombra era lo que querían, unos fresnos crecían fuertes y altivos en la orilla, donde se podían cobijar para huir del sofocante calor y descansar en su f...

Las Memorias de Adam (2)

Cuando se hartó, volvió a su culo y la penetró de nuevo sin compasión...

Al día siguiente Tom bajó al sótano. Ahora estaba bastante más limpio que cuando bajaron allí la primera vez. Habían estado quitando las sábanas polvorientas y añejas que cubrían los muebles que allí estaban, barrieron el suelo repleto de polvo y limpiaron los cachivaches antiguos que se amontonaban por las estanterías. Muchos de estos enseres los recuperaron para usarlos en la casa como adornos pues a su madre le encantó su aspecto antiguo y vetusto.

Tom se hallaba dormitando en una mecedora, mientra...

Las Memorias de Adam (3)

Lo que vino a continuación no lo recuerdo bien, pero la vista se me nubló, las piernas me temblaron y la sensación de que me meaba encima siguió...

Por la noche hizo tanto calor como por el día, y Tom no podía dormir, seguía aún recordando la lectura del libro y excitado con el relato de aquel desconocido. Se levantó y se acercó a la puerta separadora del cuarto de su hermana, tocó suavemente, casi imperceptiblemente y oyó pasos al otro lado. Su hermana, abrió la puerta muy despacio.

— ¿Qué quieres? —preguntó.

— Es que no puedo dormir, hace mucho calor —asintió el muchacho que únicamente vestía unos calzoncillos tipo bóxer de licra ajustado...

Las Memorias de Adam

Cathy tampoco dejó de mirar la escena, aunque se sentía avergonzada por espiar aquel acto de intimidad suprema entre sus padres...

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Tom y Cathy exploraban su nueva casa, había multitud de habitaciones en las dos plantas de la mansión e incluso un sótano donde se apilaban sin orden ni concierto muebles viejos y cachivaches de todo tipo, todo cubierto de polvo y en el mejor de los casos, protegido por sábanas blancas que por el paso de los años se habían vuelto grises por la capa de polvo acumulada, quedando la tela amarillenta y quebradiza por el paso del tiempo.

Sin duda estaban excitados ante su nueva casa, habían estad...

Siete madres desesperadas

Me sentía tan caliente y tan puta como decía mi hijo...

Morris, Jane

Dicen que una madre haría cualquier cosa por su hijo, yo digo que una madre efectivamente lo haría, a pesar de tener que pagar un alto precio por ello.

Hoy es sábado y ya estoy pensando en lo que pasará esta noche, pero no adelantemos acontecimientos, vayamos por partes.

Soy viuda desde hace ya cinco años, cinco largos años en los que la vida me ha cambiado por completo. Mi marido era conductor de camión, iba y venía de viajes internacionales. A él le gustaba, pues le enca...

Náufragos (7)

Nos quedamos como extasiados, admirándolos, mutuamente asombrados ante nuestro atrevimiento...

12 de diciembre de 1621

El tiempo pasó y Carlos y yo cada vez estábamos más próximos en nuestras salidas solitarias, casi nos presentíamos el uno al otro. A veces yo decía: "voy a bañarme", cuando Daniel estaba echando la siesta y Carlos también estaba a punto de dormirse, aunque sabía que al decirlo inmediatamente iría a espiarme.

Otras, era él quien decía: "Esta tarde iré a dar un paseo por la playa", lo que para mí era como una invitación para seguirlo por la isla buscando donde se esconde...

Náufragos (5)

Gocé como ya no recordaba al sentirlo dentro...

15 de febrero de 1621

Me acuerdo de aquella tarde en que estaba tumbada en la playa echando la siesta, mis hijos habían ido de caza y cuando me desperté, me levanté para hacer mis necesidades y fui a ocultarme detrás de unas rocas, pero cuando me acercaba, para mi sorpresa descubrí a Carlos tumbado en la playa junto a las rocas hacia donde yo iba, oculto tras ellas.

Inocentemente creí que descansaba, pero cuando me fijé bien, descubrí que se había bajado los pantalones y su pene estaba erecto...

Náufragos (6)

De repente empecé a notar que él también me acechaba, cuando iba a hacer mis necesidades o cuando me bañaba...

13 de junio de 1621

La vida en la isla se estaba haciendo monótona y salvo por mis deslices por las tardes espiando a mi hijo, el día se resumía en buscar algo que comer y un poco de leña y hojas secas para encender fuego que nos permitiese cocinar y calentarnos en las noches cuando refrescaba.

Como la isla era grande y aún no sabíamos si había indígenas o incluso otros náufragos desdichados como nosotros, nos dedicamos a hacer excursiones para conocerla y así completamos su circunvalación an...

Náufragos (4)

Realmente dormíamos bien, hasta que noté que Carlos se rozaba con mi culo...

17 de noviembre de 1620

Cuando pasó el primer mes estábamos ya bien adaptados a la isla, habíamos hecho una cabaña con palos, ramas y la tela de las velas.

Nos refugiábamos en ella para resguardarnos de la brisa fría durante la noche. Por el día nos tumbábamos a la sombra de las palmeras junto a la playa, para evitar el sol y el intenso calor.

Durante la noche, a veces nos quedábamos también en la playa, el cielo era fantástico, yo disfrutaba mucho contemplando las estrellas y ante ella...

Náufragos (2)

Al tercer día, cuando comenzaron a llegar a la playa restos de maderas de barco destrozados, nuestras esperanzas de volver a ver a mi marido o los marineros se habían desvanecido por completo...

15 de Octubre de 1620

La travesía comenzaba ya a hacerse larga y pesada, tras dos meses y medio, según mi marido estábamos casi llegando a nuestro destino, cuando el infortunio se cruzó en nuestro camino.

Un barco sin bandera fue avistado en el horizonte: "piratas" gritó el vigía y todos se santiguaron sin excepción a bordo. Durante días bregamos con ellos hasta que el enfrentamiento fue inevitable.

Yo me refugié con mis hijos en el camarote del capitán, mientras oíamos las salvas, los...