Un Guiño del Destino (3)
Su tacto era aterciopelado y gelatinoso, tan suave y...
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El desfile había sido agotador, siempre era muy estresante. Aunque no lo parezca, las modelos se ponían muy nerviosas y a este estado de nervios contribuían diseñadores y diseñadoras histéricos, que las trataban como a ganado.
A sus veinticuatro años Melany ya estaba acostumbrada. Llevaba desfilando desde los dieciséis. La genética había sido benévola con ella y había heredado los mejores atributos de su madre: 1,75m, 92—60—90; pelo rubio que le caía por la espalda, acaracolado en las puntas...