La madre de mi mejor amigo (6)

¡Ha entrado tu madre y me ha pillado con el rabo en la mano y la revista en la otra!

Al siguiente día Carlos vino a buscarme y no tenía ganas de volver a su casa, a pesar de su insistencia así que se trajo su consola a la mía y jugamos en mi salón.

Terminamos en mi cuarto viendo revistas porno a escondidas mientras mi madre preparaba la comida.

— ¡Jo tío qué ganas de hacerme una paja! —dijo mi amigo con una revista de las más guarras en su mano y la otra en su paquete.

Era un Private, una revista de pequeño formato en comparación con otras que teníamos y que nos intercambi...

La madre de mi mejor amigo (4)

— ¡Beltrán, tenemos que hablar! —me dice mi madre con severidad...

Veo a mi madre y a Ana sentadas en el sofá de casa, una junto a la otra, ésta última tiene cara de enfadada, ¡no es para menos! —pienso para mis adentros.

— ¡Beltrán, tenemos que hablar! —me dice mi madre con severidad, pero manteniendo la compostura.

Busco un sillón un poco apartado y me refugio en él como si fuese mi castillo y en él hallase morada a salvo de las fieras que me acechan.

— ¡Beltrán, lo que me ha contado Ana Belén es muy grave! ¿Tienes algo que decir?

— No sé mamá, no...

La madre de mi mejor amigo (2)

No puedo creer lo que ha pasado, ¡me ha pillado!

Aderita es mi madre, ella es más o menos de la edad de Ana Belén, tiene el pelo también largo, ondulado y moreno. Normalmente lo lleva suelto o cogido con una pinza atrás. Tiene abundantes curvas, sus pechos son enormes y su culo también, al contrario que la madre de Carlos, aunque no está muy gorda. Es muy buena conmigo, especialmente desde su divorcio de mi padre. Reconozco que lo pasamos muy mal todos y yo lo pagué con ella, pero hoy ya lo he superado, nos queremos y charlamos mucho, considero que puedo...

La madre de mi mejor amigo

Cuando le insinúo lo buena que está su madre se enfada conmigo, mientras que si él me insinúa lo mismo de la mía me hace gracia, tal vez incluso me excita...

Prefacio

Cuantas veces me he dicho a mí mismo que tengo que cambiar de género, pero al releer La madre de mi mejor amigo , una historia que ya estaba comenzada, vi algo distinto a las demás historias y quise contarlo, así que decidí terminarla y explorar ese “algo”.

Y he aquí una nueva obra, íntima como todas las mías, ágil como ninguna, con capítulos cortos, centrados en las conversaciones de sus personajes y en sus actos sexuales. El sexo abunda en esta obra como en las demás, con descr...

La Escritora (7)

—¿Y por qué cuando me subo en la escalera me miras las bragas?...

7

Me pongo el mío y una camiseta y bajo las escaleras para esperarla en el salón, finalmente ella baja muy sonriente y para mi sorpresa con el bañador puesto.

—¿Bueno nos vamos? —dice como si tal cosa.

En el camino no hablamos mucho, mantenemos un tenso silencio mientras caminamos.

Al llegar a la apacible persa natural del río, un suave viento de poniente alivia los calores de esta tórrida tarde de verano. No tardamos ni cinco segundos en estar chapoteando en el agua, y una vez den...

La Escritora (6)

Mi madre duerme profundamente así que sigo tocándome mientras ella permanece a mi lado...

6

Tengo que admitir que la conversación me ha excitado y se me ha puesto dura, incluso he pillado un par de veces a mi madre mirándome justamente a las bermudas, yo para disimular me he sentado sobre un taburete.

Continuamos pintando hasta acabar mi pequeña habitación. Hoy, una vez más observo las bragas de mi madre en la escalera, son de color blanco de nuevo, pero hoy son muy transparentes, y casi le adivino la negra espesura donde se juntan sus muslos.

Tras pintar, almorzamos y de nue...

La Escritora (5)

—Bueno hijo, no te pienso regañar porque tengas una revista porno, lo veo normal...

5

Por la tarde nos vamos a la río y nos bañamos hasta que se hace de noche, después vamos al pueblo y nos tomamos unos refrescos y unas tapas en una terraza del bar. La gente nos mira extrañada, incluso algunos comentan que estamos en el cortijo del “Cepri” con nula discreción. Esta situación nos agobia un poco, sobre todo a mi madre, que me dice que los hombres la miran “raro”, como si yo no fuese su hijo. Incomprensiblemente piensan que pueda ser su amante o algo así.

—No creo que volvamos...

La Escritora (4)

Cuando ya estoy suficientemente excitado saco mi pene y me masturbo sentado en el taburete...

4

Ya llegamos a la casa, y para mi asombro escucho ruidos extraños, como de animales. Mi madre se alegra y entonces me explica, mientras nos dirigimos a unas cuadras que hay en la parte de atrás de la casa que ha pedido a Cipriano que nos traiga algunos animales de granja para entretenerlos mientras estamos aquí.

Una vez en la nave, enciende la luz y podemos ver que hay gallinas al fondo, un par de cabras en una pared cercadas por un muro de media altura y en frente descubrimos una burrita. Mi...

La Escritora (3)

La conversación está llegando a límites realmente morbosos y siento confianza como para continuar preguntando...

3

Tras el día en la pequeña presa natural en el río, al atardecer volvemos al cortijo, nos duchamos y nos vestimos para salir a pasear por el campo. El Sol está ya muy bajo en el horizonte y el cielo, después del calor que ha hecho hoy hay calima y esto hace que el cielo no se azul sino más bien se torna pajizo. Subimos a un cerro para ver mejor la puesta de sol y nos sentamos en unas piedras salientes.

—¿Te gusta el espectáculo? —me pregunta mi madre cogiéndome la mano.

—Si, es una pues...

La Escritora (2)

Las imágenes lujuriosas continúan pasando por mi mente sin yo poder hacer nada para evitarlas...

Prefacio

Creo que debo aclarar algunos puntos sobre esta obra. Efectivamente ya comencé a publicarla hace unos meses, pero lo hice "tal cual", rescatada del baul del olvido y sin terminar y así lo dije, quien diga lo contrario es que no me leyó en su momento. Pero, ¿sabéis qué? A medida que publicaba capítulos y veía la buena aceptación del público me di cuenta que esta obra tenía algo, de modo que comencé a revisarla, quitar partes de zoofilia que no gustaron y buscarle un final que no tenía, un fi...