El Extraño Caso de Mr. Bottom

El mástil de Joe estaba a punto para colocar la bandera, de modo que...

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5

Tras el incidente, ninguno de los dos volvió a mencionarlo. Tenían trabajo que hacer, iban varios días en los que no nevaba y las temperaturas del frío invierno parecía que comenzaban a ascender, por lo que el deshielo empezaba a llegar.

La yegua que montase Ros estaba en celo y Joe lo sabía, tenía que cubrirla con el semental que también estaba inquieto y así conseguiría aplac...

El Extraño Caso de Joe Button

¡De repente¡ Ros sintió que no podía aguantar más y ...

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4

Los días pasaban rápido en la cabaña del bosque. Ros se había hecho al hábito diario de Joe y le ayudaba a dar de comer a las gallinas y las cabras, mientras que él se encargaba de los caballos.

A Ros, como chica le ciudad le daban miedo, pero Joe había conseguido que montase a una yegua vieja y mansa. Usando en el recinto vallado que tenía para que los caballos se esparcieran duran...

El Extraño Caso de Mr. Bottom

Y en este coqueto lugar, Ros sacó sus pechos para amamantar al bebé, de nuevo ante la mirada indiscreta de...

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2

Una vez dentro Ros contempló un tanto horrorizada las paredes de madera. Estas estaban cubiertas de trofeos, ciervos, ¡y hasta una cabeza de oso! Los animales adornaban las paredes madera de la cabaña, pero le daban un aspecto un tanto tétrico al contemplar sus vivos ojos de cristal, que les hacían parecer estar vivos aún, sin duda fruto de un avezado taxidermista.

Estos proyectaban som...

El Extraño Caso de Mr. Bottom

La llegada de su nieta y su bisnieto supondrán un punto de inflexión en la vida de Joe, al principio sentirá rechazo, pero poco a poco...

1

La mañana era fría, cuando Ros bajó del viejo autobús de línea en aquella parada a las afueras del pueblo, ya que éste no entraba al mismo, sino que lo rodeaba y seguía de largo para volver a la interestatal.

Ros abrigó al pequeño con su manta y miró al añejo asiento de madera blanco-grisácea que lucía como el pelo de un anciano. Es más, podría decirse que justamente tenía cerca de setenta años desde que la instalaron allí en los gloriosos veinte.

Con un poco de remilgo Ros se sentó mi...

Mi sobrinito pegó su palito a mi culito

Fue un movimiento descoordinado, un tanto brusco el que me provocó que su...

Lo siguiente que les voy a relatar es la historia que viví en el verano en que acabé mis estudios en la universidad, teniendo yo veintitrés años recién cumplidos.

Fuí a visitar a mi hermano, que vivía en la playa, más que nada una excusa para pasar unos días en la playa con mi exigua economía de universitaria por aquel entonces.

Mi hermano estaba casado y tenía un niño, mi sobrino Grabriel, que recientemente había cumplido su mayoría de edad. Yo hacía años que no le veía, pues lo recordaba c...

Mi hermanita me pidió follarle el culito

Entonces me aferré a sus anchas caderas, y echándome hacia atrás volví rápidamente a...

Siempre fuimos hermano y hermana. Y estábamos muy unidos, tanto como podían estarlo un hermano y su hermana.

Eso fue hasta que se echó novio, ya que en ese momento me sentí de alguna manera en un segundo plano. Algo normal por otra parte, pues ella era mujer y yo hombre y cuando la calentura aprieta la naturaleza manda.

El caso es que yo no me llevaba bien con su novio y él tampoco hacía por que me llevara. Engreído, sin gracia, feo, tonto y estúpido. Estos son los calificativos que se me venían...

Mi abuelito me enseñó a amar mi culito

—Querida nietecita, tenemos que probar algo distinto, pues yo no quiero...

¡Ah, esos abuelos entrañables! Yo nunca estube tan unida a mi abuela como a mi abuelo. Me llevaba a pescar desde niña, me compraba chuches y dábamos largos paseos por el bosque, donde me enseñaba cosas de la naturaleza.

Recuerdo una tarde en la que los ciervos estaban en celo y no paraban de berrear en el bosque. Todo se llenaba de sonidos del amor y él me contaba el porqué de sus lamentos.

Me decía que a diferencia del hombre, que está permanentemente en celo. Los ciervos sólo lo están en u...

Mi hermanito me rompió mi culito

El muy bribón no tardó mucho en darme su regalito, en forma de...

A continuación les voy a relatar una historia verdadera. Una historia que me ocurrió siendo yo una joven polluela, en una pubertad tardía, donde cierto día me encontraba sesteando en mi cuarto cuando de repente una mano tocó mi hombro y gran susto me dio.

—¡Joder qué susto! ¿Qué quieres hermanito? —le dije a la sombra que me puso los pelos como escarpias.

Con un siseo me hizo callar y entre susurros me invitó a levantarme y seguirle.

—¡Ven, he visto algo! —dijo en voz muy bajito.

...

Mi mamita se dejó coger el culito

Aferrando a sus anchas caderas, sentía su gran culo rebotar en mi pelvis, me eché sobre su espalda para...

Siempre fui un niño mimado, lo sé, tal vez por eso mi mamita me dejó hacer lo impensable, lo increíble, lo inimaginable.

Era verano y hacía calor, mucho calor, yo sesteaba en mi cuarto, empapado en sudor, ¡y encima había tenido un sueño húmedo!

Había soñado con la madre de mi mejor amigo por aquel entonces. Con sus hermosos melones desnudos, siendo mamados por mi, con sus gordos pezones mordisqueados por mis dientes y su hermoso culo follado por mí.

Sí, lo sé, tengo fijación por el culo. A...

Diario de una universitaria

Me preguntó si yo me atrevería ha hacer lo que ella hacía...

Capítulo IV

11 noviembre

Hoy estoy molida, pero extrañamente no puedo dormir, así que escondida con una pequeña linterna en el saco de dormir actualizo mi querido diario.

Hemos pasado casi todo el día caminando por esta isla, haciendo senderismo así que tengo los pies reventados. Aunque admito que lo he pasado bien. Durante largos ratos hemos hablado de todo un poco, de los paisajes, del calor que hacía, del fantástico cielo azul, en fin. Luego hemos parado a almorzar y después hemo...