Incómodas preguntas

Opté por no decir nada más, pues estaba nerviosa y notaba mi nerviosismo...

Mientras preparaba la comida yo le ayudaba en la cocina e iba poniendo la mesa. Aún no lo he dicho, pero vivíamos solos, pues mi madre nos abandonó cuando yo era pequeña y se marchó con otro hombre. Algo que papá aún no había superado, yo la odiaba por ello, pero sobre todo por abandonarme a mí. Pero, en fin, la vida seguía.

—¿Y qué habéis estudiado hija? —preguntó mi padre.

—Pues, hemos estudiado mates —dije yo sonriente.

—¡Oh mates, estupendo, así no te tendré que explicar anda esta tard...

De exploración

—Mira mi mano, me la has llenado de leche —dije yo...

En los siguientes días, en el instituto, me convertí en una depredadora de pichillas jóvenes. Había un chico gordito, Santi, no hablaba mucho, pero yo sabía que le gustaba y era vecino mío y compañero de clase. Así que un día, me las ingenié para coincidir con él a la salida y para volver juntos a casa caminando.

—¡Hola Santi! —dije yo sorprendiéndole desde atrás.

—¡Hola Clara! —dijo él dando un respingo sin esperarme, poniéndose en guardia primero, pues había unos chicos que lo acosaban y luego...

Tortolitos

—La sexualidad no es blanco o negro Aday, tiene sus claros, sus oscuros y sus contrastes...

A la mañana siguiente mi padre se marchó temprano al trabajo, así que nos encontramos solos en el desayuno. Nos saludamos con un beso y se interesó por cómo estaba:

—¿Has dormido bien cariño?

—La verdad es que no Beyda, he estado acordándome de cómo te maltrató mi padre anoche! —exclamé con ira.

—Bueno hijo, tu padre es así, el gusta hacerlo en plan “rudo” —aclaró.

—Pero fue bestial mamá, tú te mereces que te traten mejor en la cama —le dije yo tratando de comer algo antes de irme al...

¡Sexo duro...!

Aunque fuese mi madrastra, me preguntaba por qué la trataba así...

La cena no fue tan agradable como el almuerzo. Mi padre llegó borracho como siempre, metiéndole mano bajo el vestido con descaro. Ella mostró su desagrado y yo también, incluso le pedí que parase y él me contestó que era “su mujer” y que estaba en “su derecho” a meterle mano, así de fino era.

Beyda me pidió que me fuese a estudiar ante el enfrentamiento y yo opté por hacerlo harto de tanta bordería.

Mientras estaba en la habitación sentí los golpes y los movimientos de la cama, ¡estaban follando...

Entre arbustos...

En ese momento caminábamos por un estrecho sendero rodeados de arbustos, casualmente vi un...

Ese día mi padre llamó para avisar que no iría a comer, así que comimos solos y todo estuvo delicioso, como de costumbre. La felicité por la comida y sé que le gustó, pues rara vez lo hacía. Luego me pidió que la acompañase a dar un paseo y por supuesto que lo hice.

Paseamos cerca del río, entre los árboles del parque y todo fue perfecto, yo la cogía de la cintura y sentía la calentura que seguía en mis piernas, mi verga se ponía dura a cada instante y sentía los calzoncillos mojados. Le acariciaba el...

¡Cocina caliente…!

Siguió meneándomela y yo disfrutando de su arte manual hasta que...

Y nada más entrar a la cocina solté las bolsas y me giré para abrazarla desde atrás mientras ella metía las cosas que traía en el frigo. Clavé mi erecto miembro en su culo y apreté sus pechos como si fuesen globos y los fuese a estallar.

—Aday, ¡no hagas eso hijo! —protestó ella quitándome las manos de encima—. Vamos a guardar la compra, ¿vale?

—¡Perdona Beyda! ¡Es que me he puesto muy cachondo confesándote el secreto de Cael y mío! ¿Sabes?

—Lo entiendo hijo, te confieso que tu secreto me...

Encuentro inesperado...

Simplemente asentí con la cabeza y no dije más, sintiendo cómo la mentira calaba cada vez más hondo en ella...

Al día siguiente en el desayuno todo estuvo más relajado entre nosotros. Beyda tal vez se preguntaba si me quedaría un día más para “intimar” con ella, por eso cuando me levanté y me despedí con un beso me miró extrañada.

—¿Hoy no…? —me susurró al oído mientras mi padre se adelantaba a la salida.

—Hoy no, no te quiero forzar… —dije yo en su oído igualmente bajito.

Su cara de extrañeza me sorprendió, tal vez tanto como a ella. A veces es sorprendente lo rápido que pueden cambiar las cosas d...

En la sobremesa

—¡Oh Aday! Creo que tenemos un problema aquí… —dijo tras un silencio...

Recuerdo que ese día comimos solos. Mi padre llamó para decir que no vendría así que pusimos la mesa y nos sentamos ambos.

La situación era un poco tensa, pues tras lo ocurrido en la mañana ninguno de los dos parecía querer comentarlo.

—Sabes, ¿era la primera vez que lo hacía? —dije yo de repente.

—¿Hacías, el qué…? —preguntó ella sin pensar mucho en a lo que me refería.

—Bueno, comerme un… —le insinué.

Su cara cambió de expresión.

—¡Oh Aday, eso! ¡Qué vergüenza!

—B...

Post-desayuno, ¡con sorpresa…!

—¡No follaré! —dijo ella de repente...

Post-desayuno, ¡con sorpresa…!

A la mañana siguiente volví a esperar a que mi padre se marchara y Beyda, temiéndose lo que venía a continuación intentó disuadirme de mis intenciones.

—Aday, ¡no podemos estar todos los días así! —me dijo intentando que me marchase.

—No, tienes razón. Hoy quiero algo distinto: ¡Bájate las bragas! —le ordené—, o…

—¿O qué, se lo contarás todo a tu padre? —replicó ella perdiendo la paciencia.

—¡Exacto! —dije yo cambiando mi actitud.

—¡No folla...

La Madrastra (5)

Esta vez no hubo resistencia, ella simplemente lo hizo...

Imperiosa necesidad…

Al volver del instituto la pillé cocinando. Entré y sin dar muchas explicaciones le hice una impactante petición.

—¡Vamos Beyda, desnúdate! —le ordené de repente.

—¿Cómo dices? —preguntó extrañada.

—¡Qué te desnudes, quiero verte desnuda! ¡Obedece o se lo contaré todo a mi padre!

Beyda quedó petrificada, mi amenaza de nuevo tuvo ese efecto. Intentó resistirse pero volví a ordenárselo y su resistencia fue vencida. Allí mismo en la cocina se abrió el vestid...