Mi timidez y mis tías (42)
Yo suelo cumplir mis promesas y me propuse ayudar a Carmina y a Carol, Ricardo me ayudó como siempre.
De vuelta a casa Ricardo y yo nos felicitamos por la tarde tan fantástica que habíamos pasado, coincidíamos que las dos mujeres eran maravillosas, me confesó que era una verdadera fiera follando, casi tan ardiente como mi tía Julia, le dije que estaba seguro que dejaría el pabellón bien alto, a él también le encantó Carol, aunque jovencita no desechaba la idea de tener un encuentro con ella.
Esta noche no había mucho trabajo en el restaurante, precisamente por eso le daban libre a Ricardo, pude hablar...