Viaje de un jubilado a Argentina (3)
Ahora mi problema era aclimatarme a mi nueva residencia, aunque temporal me gusta integrarme en el ambiente, cada vez aprendo más y conozco a personas de lo más agradables.
Este relato no sería posible sin la estimable colaboración de mi amigo Guilleos, un porteño auténtico.
Llegamos a casa de Corina, yo me encargué de las bolsas de la compra mientras Viviana entraba como un vendaval llamando a su nieto Javi, el crío ya la conocía bien y se reía al oírla moviendo los bracitos.
- ¿Cómo está mi bebito? Ha llegado tu abuela Viviana. Lo tenía mi mujer en brazos y se lo pasó mientras Corina salía al recibidor para ayudarme.
- *Mamá no compres tanto de una vez...