Incestos a pares
Llenando su coño con mi leche, mis ojos se cerraron... Al abrirlos vi que mi tía tenía lo suyos en blanco.
Habíamos quedado en casa de mi prima Abi, una chica delgadita y preciosa, de ojos negros y larga melena del mismo color. Abi era la mayor causante de las pajas de todos los chicos de la aldea y de algún que otro viejo verde. Yo tuve suerte, ya que se hizo bueno el refrán: "Cuanto más prima más se le arrima".
Su padre y su madre estaban trabajando en el campo. Entré en su casa. Abi llevaba puesto un vestido azul que le daba por debajo de las rodillas y calzaba unas zapatillas. Le dije:
-Estás muy...