Virgen y cuarentona

La metí hasta el fondo y le di por culo, le di bien dado. Dos dedos de su mano derecha se posaron en el clítoris...

El sol daba fuerte. Los escarabajos y sus larvas habían acabado con las hojas de las patatas. El azadón entraba en la tierra levantando un polvo que secaba la garganta. Mucha, con una pañueleta en la cabeza, y sudada, levantó los brazos de su vestido de asas para echar un trago de vino tinto de la bota. Vi el negro vello de sus sobacos y mi verga reaccionó levantando la cabeza. Le quitó el pitorro. Bebió. Por la comisura de sus labios cayó el vino tinto, bajó por su canalillo y se perdió entre sus grandes t...

Bibi

Sexo con mi primer amor.

Verano de 1971.

Bibi estaba echada sobre la hierba, yo, a su lado, la besaba. Nuestras lenguas se acariciaban y los labios las chupaban. Clavando su pupila en mi pupila, me dijo que sí asintiendo varias veces con la cabeza. Como no daba el paso, me llevó la mano derecha a sus duros senos. Se los magreé mientras nos seguíamos besando. Mi verga estaba tiesa, mojada y latiendo... Colorada como una grana, me volvió a decir que sí asintiendo con la cabeza más veces que antes. Al ver que seguía sin hacerle...

Las testigos de jehová

En el momento en que acabó de llenarle el culo de leche, Martina, besó a Edelmiro. Quitó la polla del culo, la metió en el coño...

Hace un año escaso escribía mi primer relato. 5. 800. 000 lecturas después, edito el número 200. Gracias a todas y a todos los que me habéis leido.

LAS TESTIGOS DE JEHOVÁ

Hasta los mismísimos cojones estaba Edelmiro de los Testigos de Jehová. Como tenían el local cerca de su casa no había día en que no llamasen a la puerta de su piso.

El hombre les tenía preparada una sorpresa para que no lo volvieran a molestrar.

Aquel día llamaron a la puerta de su piso dos mujeres. Una morena que...

María

-¡¿No me la irás a meter en el culo!? -Así no perderías la virginidad ni quedarías preñada. ¿Te animas? La tenía cachonda a más no poder, ya que me respondió: -Prueba, a ver si entra

Miércoles 29 de septiembre de 1971. Sobre la media noche.

Bajo las luces del campo de la fiesta de una aldea gallega, y entre bombas, el vocalista de la orquesta Cortegada cantaba Gwendolyn. Yo tenía dieciseis años y estaba bailando el agarrado con mi prima María, que había venido de vacaciones de Madrid. Era una chavala morena de pelo marrón y largo, ojazos azules, sin rimel, delgada, con un culazo, labios gruesos, sin carmin, que al mirarlos ya daban ganas de comerle la boca. Tenía su pierna derecha...

Incestos en la noche

Nuria, tuvo un orgasmo anal. Su hermano le llenó el culo de leche. Felisa, le dijo a su hijastro: Métesela ahora en el chochito y desvírgala. Es el momento.

INCESTOS EN LA NOCHE

PRIMERA PARTE

Felisa tenía 38 años, medía un metro setenta, y pesaba 60 kilos, tenía los ojos y el cabello negro y largo, buenas tetas, buen culo y era guapa, se parecía a Zoe Saldana, pero vestía como una vieja de aldea, con la ropa hasta los tobillos y tapada hasta el cuello, no en vano era una ex novicia, que ahora daba catequesis, y que no se perdía ni la misa del gallo.

Era la segunda esposa de Anibal, un vigilante nocturno. Vivía en una casa de campo con su hijas...

Polvazos incestuosos

Alba subió encima de su hermano. Amaia y su prima Heidi volvieron a hacer un 69 en posición paralela. Alejandro hundió su polla en el chochito de su hermana...

Amaia, podía pasar por Amaia Salamanca, con unas tetas más pequeñas, pero si me apuran diría que aún era más sexy. Era heterosexual. Heidi podría pasar por Heidi Blair Montang y era lesbiana. Sus distintas condiciones sexuales no impedían que las dos primas fuesen amigas íntimas.

Estaban en pijama boca abajo sobre la cama de Amaia con una mano en el mentón mirando Abierto Hasta el Amanecer en la tele de plasma que había en la pared. Los padres de Amaia se fueran a Venecia a pasar el fin de semana. Su...

Don rubén ríos

Quiero ser el primer hombre que hace correr a diecisiete mujeres en una tarde.

Rubén era un hombre de 30 años, gordito. El día que le tocó la loteria su vida empezó a cambiar. Se compró un local y en él montó un pup en el que puso detrás de la barra, y como anzuelo, a dos brasileñas, Marcia y Flavia. No llegaban a los 20 años y eran delgadas, tetonas, culonas y guapas.

Un mes más tarde otras dos jovencitas, Graciela, venezolana y Eva argentina. que tenían cuerpos de infarto. se unieron a las brasileñas detrás de la barra para atender a las docenas de clientes que llenaban el pub...

Alma - belén el bomboncito y la yogurina

Aún se estaba corriendo Nita cuando Toni le clavó la punta de la verga en el ojete a Belén. Le dolió. ¡Me vas a romper el culo!

Alma era abogada y esposa de abogado. Morena, de 50 años, de pelo corto, tipo fino, con buenas tetas y un hermoso culo. Tomaba una limonada con ron en una terraza con su amiga Belén, una mujer de su misma edad, con un cuerpo muy similar al suyo, a la que hacía 30 años que no veía, cuando vieron venir por la acera a un jovencito muy guapo, alto, rubio, de ojos verdes, que vestía una camiseta roja de tiras donde se marcaba su tableta, y unos vaqueros apretados donde resaltaban su gran paquete y su redondo cul...

Lobas (el ermitaño 2)

Diana dejó a Soraya y le puso el coño en la boca a Saulo. Soraya, al ver como se lo comía, sintió que le venía. Saulo lo notó y le dio caña al estilo motosierra.

Un viernes por la tarde, estaba Diana en un bar con una amiga, rubia como ella y con un cuerpo que quitaba el hipo. Las dos estaban contentillas. Diana, le preguntó:

-¿Crees en los hombres lobo, Soraya?

-Todos los que conozco comen más con la vista que con la boca.

-Me refiero a un hombre lobo de verdad.

-Esas criaturas no existen. Existen los vampiros.

-¿Y dónde los has visto tú?

-En el banco.

-No estoy de broma. Yo conozco uno.

-¿Cómo se llama?

-Saulo,...

El ermitaño

La agarró por las tetas y la folló a toda hostia. Al ratito se la sacó y se corrió en la entrada del ojete. Diana, empujó y Saulo acabó de correrse dentro de su cuño.

Saulo era un ermitaño, y como tal nada quería saber de la Sociedad. Ya sobrepasaba los cincuenta años. Era alto. Su rostro moreno, casi mulato, debido a sus largas exposiciones al sol, contrastaba con sus ojos azules y su barba blanca, una barba que le llegaba al ombligo. Estaba tan cachas, que su torso desnudo parecía el de un culturista.

Saulo, vivía en una cueva en la que había una cama hecha con ropas viejas, helechos y plásticos, unas piedras en la que se sentaba y otra piedra larga y plana sobre...