Virgen y cuarentona
La metí hasta el fondo y le di por culo, le di bien dado. Dos dedos de su mano derecha se posaron en el clítoris...
El sol daba fuerte. Los escarabajos y sus larvas habían acabado con las hojas de las patatas. El azadón entraba en la tierra levantando un polvo que secaba la garganta. Mucha, con una pañueleta en la cabeza, y sudada, levantó los brazos de su vestido de asas para echar un trago de vino tinto de la bota. Vi el negro vello de sus sobacos y mi verga reaccionó levantando la cabeza. Le quitó el pitorro. Bebió. Por la comisura de sus labios cayó el vino tinto, bajó por su canalillo y se perdió entre sus grandes t...