¡Lléname el coño de leche, papá, llénamelo!

Agustina le cogió la polla, levantó la pelvis, la puso en la entrada del coño. le echó las manos al culo, lo atrajo hacia ella y la polla entró hasta el fondo.

Esta es la historia de una joven que se casó a los diecinueve años embarazada y que llevaba una vida de perros. Se llamaba Agustina, y era una chica morena de ojos grandes color avellana, sus labios eran carnosos, su nariz chiquita, su cara redonda, su cabello negro y espeso le llegaba a la cintura. No era ni alta ni baja, estaba rellena, sin estar gorda, sus tetas eran grandes, su culo un señor culo, su cintura inexistente y sus caderas anchas.

El marido se llamaba Rosendo, cuando se casaran tenía ve...

¡Quítala, hija, quítala que te dejo preñada!

Empujó con el culo, lentamente, ya que era demasiada verga para tan estrecho coñito.

Sandro se había roto los dos brazos y una pierna en un accidente de moto. Estaba en la cama con los brazos y la pierna escayolada. Su hija Iria le había puesto una bandeja con un filete y patatas en el regazo y le estaba cantando las cuarenta.

-... Aún fue poco, debiste romper también la otra pierna a ver si escarmentabas.

-Parece que está hablando tu madre.

-Bien que te avisó que te podía pasar lo que te pasó.

-Mejor sería que me avisara que me iba a meter los cuernos. ¿No te parece...

El grillo

Mi marido me metía dos dedos en el coño y yo le meneaba la polla. No la sentimos llegar. Beatriz nos separó echándose en medio de los dos.

Mi nombre es Socorro y tengo 36 años, soy morena, delgada, mi cabello es negro y corto, tengo buenas tetas, buen culo, soy ancha de caderas y medianamente hermosa. Nací en un pueblo en el seno de una familia humilde. Yo era honrada, fiel y abnegada esposa, pero a los 26 años por complacer a mi marido, que era, y es, un abogado libertino, probé las mieles del vicio. En mi caso esas mieles las encontré por vez primera en el coño de una mujer haciendo un trio.

Beatriz, era la hija de una hermana de mi ma...

Aprendiendo a follar a su sobrina

El título ya lo dice todo.

Basilio, un hombre de 55 años, moreno, con canas, alto y bien parecido, se sentó a una mesa de una terraza con la idea de tomar una cerveza. A su lado, en otra mesa, hablaba su sobrina Marisa y su nueva pareja, un joven que no llegaba a los veinte años. Escuchó cómo le decía la muchacha a su acompañante:

-No puedo seguir así, Víctor. Me gustas mucho, pero una mujer necesita acabar y contigo no acabo.

-Me dejas de piedra, Marisa.

Basilio se metió en la conversación.

-De piedra no sé s...

Un matrimonio de pervertidos

Andrés y Adelina no son un matrimonio al uso.

El feriante era feo cómo un demonio. Cuando iba de noche montado en su caballo negro vistiendo sus ropas negras y con su sombrero de ala ancha a juego parecía la mismísima muerte hecha hombre. Cuando iba de día y a pie caminaba cómo un pavo real, un pavo real de esos que comen carne y pescado. Se llamaba Andrés, tenía 50 años y era espigado y muy serio.

Adelina, su esposa, era una mujer de treinta y pocos años, tetuda y culona, ni gorda ni flaca, ni guapa ni fea, alta cómo un ciprés y llevaba su cabel...

Follando en la cocina con su marido en cama.

Un hombre cae de un andamio, se rompe as dos piernas y su hermano lo viene a visitar.

Luis Manuel había llegado contento a la casa a su hermano Fernando. Llamó a la puerta y le abrió su cuñada Lola, que estaba vestida con una bata de casa azul que le llegaba a los tobillos. Lola al ver a su cuñado, le dijo:

-Vienes fino.

Luis Manuel sonriendo cómo un tonto, le dijo:

-¿A qué si, cuñada? ¿Cómo está mi hermano?

-Todo lo bien que se puede estar con las dos piernas rotas, pero en el hospital ya no le podían hacer nada más.

Lola y Luis Manuel fueron a la habitación do...

¡Quiero que me la metas en el culo, padrino!

Una muchacha queda huérfana y su vida cambia totalmente.

Rosaura había quedado huérfana debido a un maldito accidente de tráfico. Al no tener familiares cercanos se tuvo que ir a vivir a una aldea con su padrino y su madrina. El cambio fue brutal, de un colegio de monjas en la ciudad y de vivir en un piso a una casa de labranza de una aldea.

La casa tenía en el piso de abajo una cocina de hierro, una mesa y cuatro sillas, a la izquierda según se entraba las cuadras de los cerdos y la del buey, al fondo dos arcas donde guardaban el pan y el cerdo salado, a l...

¡Me corro contigo, papá!

Una cajera de supermercado folla con su padre y lo deja acojonado

A ver cómo lo cuento, pues empezando por el principio. Un domingo por la tarde estábamos mi amigo Federico y yo en el monte debajo de un pino huyendo de las putas restricciones, sin mascarilla ni hostias. Federico fumaba sus ducados y yo, a morro, le ayudaba a vaciar la botella de Coca Cola que había rellenado con vino blanco de su bodega. Me dijo:

-... Lo que te voy a contar que no salga de aquí.

En broma, le dije yo:

-¿Mataste a alguien?

-Casi me matan a mí. ¡A polvos!

Federi...

Las casadas son honradas hasta que las desatienden

Un accidente provoca que un muchacho y una madura pasen una noche inolvidable.

Tenía dieciocho años cuando llegué a Inglaterra. Era enero y desde el taxi que me llevaba del aeropuerto de Heathrow a mi lugar de trabajo vi todo nevado. Sonreía cómo un tonto al ver todo blanco, y nunca mejor dicho lo de tonto, ya que un mes después estaba hasta los cojones de tanta nieve.

Iba a perfeccionar mi inglés y de paso a ganar algún dinero. Pasé de un colegio a un hospital y luego a otro hospital pensando que iba a trabajar menos. En el segundo hospital un español cincuentón al que le conté...

Confesiones de una monja pecaminosa

Una monja se confiesa con un viejo cura.

La hermana Anne, una joven de estatura mediana, rubia, de ojos azules y carita angelical, estaba arrodillada delante del confesionario con las manos juntas en posición de orar y con la cabeza agachada. Le decía al cura:

-Perdóneme padre porque he pecado.

-Cuénteme, hermana.

-No sé cómo decir esto. Tengo sentimientos por otra persona.

-¿Es la primera vez que los tiene?

-No, he tenido sentimientos por otras personas, pero estos sentimientos me queman por dentro.

El cura ten...