El joven roquero y la casada poco follada
El que la sigue la consigue
Marina era una mujer española que trabajaba en Londres, tenía cuarenta y dos años, estaba casada, era morena, delgada, de ojos verdes, estatura mediana y tenía buenas tetas y mejor culo. Tenía tres hijos y era muy seria, tan seria era que a pesar de tener un buen polvo ningún hombre se le acercaba, o sea, era decente y lo parecía.
Aquella tarde noche cuando salió de la oficina caían chuzos de punta. Marina vestía un traje de falda de color gris, una blusa blanca y calzaba unos zapatos a juego con tacó...