Perdición

Hoy se me dio por escribir un relato de relaciones incestuosas y de zoofilia. A ver que os parece

Virginia y Adriana tenian 20 y 19 años, eran de estatura mediana, ni guapas ni feas, de cabello largo y negro. Vestían siempre ropas viejas y holgadas lo que hacía que no se intuyesen sus enormes tetas.  Eran las hijas de Bastián, un labrador viudo, cuarentón,  de complexión fuerte, bajo de estatura, que vestia pantalones y chaquetas de pana, llevaba una boina en la cabeza y calzaba zapatones. Eran los tres únicos habitante de Perdición, una aldea muy remota de la que el resto de los vecinos se acabaran yen...

Nora

A Nora se le abrió el coño como una flor. La folló con la lengua. El clítoris ya lo tenía erecto y fuera del capuchón. Lo lamió y lo succiono...

Nora era  mujer de 37 años,  casada, atractiva, de pequeñas tetas y pequeño y apetecible culo. Estaba de vacaciones en España en un chalé de la sierra madrileña. Su marido se había quedado en Sudamérica  por motivos de trabajo. Esa noche de sábado. su hermana y su cuñado tuvieran que atender a un compromiso y no iban a regresar hasta el día siguiente. Nora se quedara  a solas con su sobrina Angelines, una muchacha de 18 años, rubia, de ojos marrones, alta, con tremendas tetas, gran culo y bella cinturita. ...

Obsesión

Llevaba Luciana a tres pajas diarias pensando en su hijo... -Es que tres orgasmos en una hora son muchos orgasmos juntos. -No fueron tres, no, se corrió seis veces.

Luciana era una mujer de 38 años, de 1.70 de estatura, cabello negro y corto, grandes tetas, algo decaídas, tremendo culo, hermosa y con una sonrisa cautivadora. Se haba casado 18 años atrás con Leandro, un empresario, viudo, que tenía un hijo recién nacido al que Luciana iba a criar como si fuera su propio hijo. Vivían  en un chalé en una zona noble de Madrid.

Todo fue de película hasta que Leandro se echó una querida de 20 años.

A Luciana no le faltaba de nada, bueno, de nada no, le faltaba el...

Spanish slipper - capítulo final

Berta, al ritmo de los zapatillazos, acabó diciendo: ¡¡Me corro me corro me corro me corro!! ¡¡¡Me corro!!!

Genoveva llegó a casa con la carpeta bajo el brazo. Su tía estaba sentada en su sillón, al calor del fuego de la chimenea, con el pelo suelto. Vestia una falda azul, una blusa blanca y calzaba unas zapatillas azules. Genoveva, le dijo:

-¡Qué guapa está, tía!

La tía, seria, le respondió:

-¿Qué te dije que te pasaría si no te comportabas en el colegio?

-¿Zapatillazo que te crió?

Berta se quitó del pie una zapatilla.

-Ven aquí.

Genoveva posó la carpeta en un sillón y f...

Spanish slipper - 4 -

Genoveva vio como la monja sacaba una sandalia de uno de sus pies. Estuvo a punto de levantarse y salir huyendo... La monja, experta en estas lides, sabía que Genoveva se iba a correr...

Genoveva acababa de dar clase de matemáticas. Estaba esperando por Sor María, la profesora de física y química. Laura, la chica que estaba en el pupitre detrás de ella, le dio un tirón de pelos. Genoveva se giró y le preguntó:

-¿No tienes nada mejor que hacer que tirarme del pelo?

Laura, que era una joven morena, de ojos negros, bajita y bizca, le respondió:

-No.

Clara, la chica del pupitre de al lado, (la de la leyenda) le dijo a Genoveva:

-Dale una hostia y ponle los ojos en...

Spanish slipper -3-

La tía se folla a la sirvienta y la ama de llaves se folla a a la sobrina

Eran las 12 de la noche. A Genoveva le dolía la cabeza. En camisón, descalza y con la luz apagada, fue hasta el otro extremo de la casa donde estaba la habitación de su tía para pedirle una aspirina. Lo que vio al dar la vuelta en la esquina del pasillo la dejó de piedra. Dorotea, la ama de llaves, en camisón, agachada enfrente de la puerta de la habitación de su tía, la espiaba con un ojo pegado al agujero de la cerradura. Se pusó detrás de la mujer. Vio que tenía una mano dentro de las bragas. Se estaba m...

Spanish slipper -2- (zapatilla española -2-)

-¿Qué les hacen las monjas a las chicas que no son guapas cuando cometen una falta? -Nos dan hostias como mundos.

Genoveva bajó las escaleras de roble con pasamanos de ébano que comunicaban el bajo de la casa señorial con los dormitorios vistiendo el uniforme del colegio del convento de las filipenses, o filipensas, como le gustaba llamarlo a su tía Berta. Estaba arrebatadora con su larga melena rubio platino suelta, aquella falda de tablas gris, por encima de las rodillas, sus calcetines blancos,  sus zapatos negros, la blusa blanca, el jersey gris y su chaqueta gris con el escudo del colegio a la altura de una de sus...

Spanish slipper

Genoveva al llegar a su habitación se desnudó. Tenía un cuerpecito maravilloso. Sus tetas eran pequeñitas, de esas que caben en la boca, y pequeñita era su rajita, que estaba rodeada de vello rubio.

**Eran las 10 de la nohe del martes 8 de septiembre de 1970. El taxi, un Seat 1500 negro con una franja roja, se detuvo, bajo una suave lluvia,  enfrente de una casa señorial. El taxista, un hombre de unos 40 años, de pelo cano, bajó del auto y le abrió la puerta a su pasajera, una joven rubía de 1.68 de estatura de 46 kilos de peso, de ojos azules, cabello rubio platino que le llegaba a la cintura y de tímida mirada. Vestía un vestido negro de cuello alto en el que se adivinaban unas pequeñas tetitas, y ca...

Confesiones entre una hermana y un hermano

Pasó su lengua por mi sexo y unos minutos más tarde me corría en su boca. Dejó parte del flujo de mi corrida sin tragar y con él en la lengua me besó.

  1. Eran las ocho de la tarde de un sábado del pasado mes de Agosto. Raquel  y su hermano Rosendo, abanico en mano,  estaban en la puerta de su casa en un barrio de Triana, Sevilla. Comenzaron una conversación que iba a revelar muchos secretos.

-¡Ojalá estuviéramos en Galicia, hermana!

-¡Galicia! ¡Qué tiempos aquellos, hermano! Solteros y sin compromiso.

-Allí perdí la virginidad con la prima Araceli.

-Ya lo sabía. Me lo contó un día que me estaba follando.

-¡Hostias! Cuenta,...

Las hijas de papá -2-

Las hijas se tiran al papá.

Aura estaba sentada en un taburete frente al espejo de la cómoda aparador, Marcelo en el borde de de la cama. Seguían dándole vueltas a lo que habían visto.

-Yo creo que deberíamos llevarlas a que las vea nuestra psiquiatra, Marcelo.

-Si se las llevas a Cecilia se las tira a las dos. Es una golosilla. ¿O no?

-Ábreme la cremallera del vestido.

Aura se levantó del taburete, Marcelo fue a su lado. Le abrió la cremallera del vestido de noche, que era de color negro. Aura, sensualmente, d...