El viaje que me cambió la vida (Parte 7).

Séptima parte de la última historia que he acabado de escribir y que espero sea del agrado de mis lectores.

Después de mi primera e intensa velada nocturna con Airi e Ichika y tras haberme desplazado por la mañana de un lugar a otro en taxi, hasta avanzada la tarde del día siguiente no pude entrar en contacto con la actividad sexual que se lleva a cabo en sitios públicos y fue como consecuencia de haberme quedado sin batería en mi ordenador portátil lo que me hizo entrar en una biblioteca para poder disponer de una conexión a Internet con la que efectuar una serie de consultas con vistas a las gestiones que tenía...

El viaje que me cambió la vida (Parte 6).

Sexta parte de la última historia que he acabado de escribir y que espero sea del agrado de mis lectores.

Lo que más me gustaba es que, tras echarlas cuatro ó cinco polvos y sus consiguientes meadas, las agradara “exprimirme” y para ello, al igual que hacía con Jennifer, me ponía a cuatro patas sobre la cama. Una de ellas me mantenía abierto lo más posible el ojete con sus manos mientras la otra me metía dentro su puño con el que me efectuaba unos enérgicos y exhaustivos hurgamientos anales circulares que me obligaban a apretar y me acariciaba los huevos mientras la primera me “cascaba” lentamente la verga. El...

El viaje que me cambió la vida (Parte 5).

Quinta parte de la última historia que he acabado de escribir y que espero sea del agrado de mis lectores.

Meses más tarde años conocí a Ingrid, una escultural y preciosa joven de origen nórdico que resultó ser tan ardiente y viciosa como Jennifer. La encantaba que la echara mis dos primeros polvos seguidos, sin sacarla la “salchicha” y más desde el momento en que se percató de que mi segunda descarga tardaba en producirse lo que la permitía disfrutar de un mayor número de orgasmos antes de que cambiara de agujero y se la metiera por el ojete, cuyo interior casi siempre la mojaba con mi tercera lechada. Como la...

El viaje que me cambió la vida (Parte 4).

Cuarta parte de la última historia que he acabado de escribir y que espero sea del agrado de mis lectores.

Cierta tarde indicó a mis padres que, como estaba harta de residir en una vivienda en la que no conseguía quitarse de la cabeza sus recuerdos, había decidido rehacer su vida yéndose a vivir con el hombre que la visitaba con tanta frecuencia aunque reconoció que no sabía donde. El sábado siguiente les despertó la discusión que Andrea y su pareja mantuvieron a altas horas de la madrugada durante la cual el varón la intentó agredir en varias ocasiones. Por lo que pudieron oír, Andrea le estaba recriminando que...

El viaje que me cambió la vida (Parte 3).

Tercera parte de la última historia que he acabado de escribir y que espero sea del agrado de mis lectores.

Era todavía muy joven cuándo, con mi etapa colegial recién acabada, a mi progenitor le hicieron una buena oferta laboral en la empresa en la que trabajaba. El hombre, considerando que era demasiado mayor para meterse en mudanzas e irse a vivir con su familia a otro lugar, explicó a la dirección su punto de vista indicándoles que, si hubiera sido más joven, no hubiera desaprovechado aquella oportunidad. Pero como los directivos confiaban plenamente en él, les propuso que fuera yo el que ocupara el puesto lo...

El viaje que me cambió la vida (Parte 2).

Segunda parte de una nueva historia que espero sea del agrado de mis lectores.

Desde aquella memorable tarde Andrea decidió que Anabel y Eva, a las que las gustaba vestir de una forma muy sugerente y a las que en cuanto “nos metíamos en materia” las agradaba lucir su ropa íntima con unas cautivadoras bragas bajas, se encargaran de sacarme la primera lechada unos días chupándome el pito y otros “cascándomelo” mientras ella nos observaba y se iba poniendo cachonda “haciéndose unos dedos” para que, después de mi descarga y delante de sus amigas que se ocupaban de acariciarme y de masajea...

Adicto al sexo (Parte treinta y última).

Una semana más aquí tenéis otra parte, la última, de una de mis historias. Espero que mis lectores más asiduos se hayan enganchado a ella y para bien ó para mal, me dejen sus comentarios que, de antemano, agradezco.

Nunca llegué a pensar que dos hembras cincuentonas, la hija de una de ellas y la sobrina de la otra fueran capaces de darme tanto gusto y satisfacción sacándome varias veces al día la leche hasta lograr que me convirtiera en una autentica “vaca lechera” y que, además de pasarme el día deseando que me sacaran la lefa, sintiera un placer indescriptible cada vez que se la echaba por lo que estaba encantado con ellas. Con el paso del tiempo y cumpliendo con Judith los tres días que cada semana me visitaba en mi...

El viaje que me cambió la vida (Parte 1).

Comienzo a publicar esta semana una nueva historia que espero sea del agrado de mis lectores.

Desde que, a temprana edad, comencé a mantener relaciones con Andrea, una joven vecina de cabello rubio, alta, delgada y dotada de un físico más que apetecible, mi vida sexual es frecuente e intensa. Como era profesora de un centro escolar me habitué a pasar las tardes con ella en su domicilio para que me ayudara con los deberes a cambio de colaborar en determinadas labores domésticas como barrer la cocina antes de que ella la fregara ó recoger la ropa cuándo la terminaba de planchar. Un día festivo me invi...

Adicto al sexo (Parte veintinueve).

Una semana más aquí tenéis otra parte y sólo quedan otra, de una de mis historias. Es la veintinueve de la última que he escrito que, además, es la más larga. Espero que mis lectores más asiduos sigan enganchandos a ella y para bien ó para mal, me dejen sus comentarios que, de antemano, agradezco.

Con aquellas incorporaciones Cristina logró que pudiera continuar disfrutando del sexo a diario sin que ella tuviera que seguir sufriendo un desgaste excesivo con lo que, en contra de lo que pensaba, no mejoró su cada vez más molesta incontinencia urinaria mientras me asegurara el echar, al menos, cuatro ó cinco polvos diarios tras dejar que Paula se ocupara de darme satisfacción sexual al despertarme por la mañana, al acabar de comer y la noche de los miércoles y viernes al mismo tiempo de que, con la cond...

Adicto al sexo (Parte veintiocho).

Una semana más aquí tenéis otra parte y sólo quedan otras dos, de una de mis historias. Es la veintiocho de la última que he escrito que, además, es la más larga. Espero que mis lectores más asiduos sigan enganchandos a ella y para bien ó para mal, me dejen sus comentarios que agradezco de antemano.

Al darse cuenta de que, al mantener una actividad sexual tan frecuente, intensa y larga, sufría un importante desgaste y que no llegaba a recuperarse por completo de una sesión para otra, especialmente con las que manteníamos los viernes y sábados por la noche y los domingos por la tarde y que necesitaba disponer de un periodo más amplio de tiempo si pretendía rendir a plena satisfacción en nuestro siguiente contacto sexual, decidió solucionar aquel problema sin que me viera obligado a reducir mi intensidad...