Haberlas, las hay (Parte 4).
Cuarta parte (justo la mitad) de una nueva historia más breve pero no, por ello, menos interesante que las que hasta ahora han podido leer mis lectores. Espero vuestros comentarios
De repente, se abrió la puerta de la habitación y en el umbral apareció una de las compañeras de la camarera que, muy sonriente, nos miró fijamente. Si Bárbara me había parecido un autentico “bombón” antes de su inexplicable transformación, la hembra que permanecía abierta de piernas en la puerta era una verdadera preciosidad. Su presencia hizo que se la “cortara el rollo” a Andrea que pareció volver a la realidad y se apresuró a sacarse la picha de la boca. La nueva mujer, que nos dijo que se llamaba Débor...