Haberlas, las hay (Parte 4).

Cuarta parte (justo la mitad) de una nueva historia más breve pero no, por ello, menos interesante que las que hasta ahora han podido leer mis lectores. Espero vuestros comentarios

De repente, se abrió la puerta de la habitación y en el umbral apareció una de las compañeras de la camarera que, muy sonriente, nos miró fijamente. Si Bárbara me había parecido un autentico “bombón” antes de su inexplicable transformación, la hembra que permanecía abierta de piernas en la puerta era una verdadera preciosidad. Su presencia hizo que se la “cortara el rollo” a Andrea que pareció volver a la realidad y se apresuró a sacarse la picha de la boca. La nueva mujer, que nos dijo que se llamaba Débor...

Haberlas, las hay (Parte 3).

Tercera parte de una nueva historia más breve pero no, por ello, menos interesante que las que hasta ahora han podido leer mis lectores. Espero vuestros comentarios

Cansado de metérsela una y otra vez y habiéndome dado cuenta de que el ojete de la agraciada camarera se me ofrecía considerablemente abierto y dilatado, en cuanto mi verga volvió a salirse de su apetitosa cueva vaginal, se la coloqué en el orificio anal y sin tener que realizar mucha presión, se la conseguí “clavar” entera. Bárbara emitió algún leve quejido según se la iba introduciendo mientras Andrea, en pleno orgasmo, la agarrara con fuerza del cabello para obligarla a intensificar más sus lamidas y la...

El viaje que me cambió la vida (Parte 23).

Fiel a mi cita semanal publico la parte veintitres y última de una de las historias que he escrito más recientemente y que espero haya sido del agrado de mis lectores.

Pocos días más tarde conocí a Zoraida, una fascinante joven de cabello moreno a media melena, alta y delgada, que, aunque había nacido en España, era hija de madre asiática y padre árabe por lo que conservaba en su rostro la mayor parte de los atractivos orientales. Una tarde me paró en la calle y me pidió educadamente un cigarro. A cualquier otra mujer se lo hubiera negado por muy atractiva que fuera diciéndola que era un vicio caro pero, en cuanto me fijé en sus facciones, se lo di, la ofrecí fuego y me d...

El viaje que me cambió la vida (Parte 22).

Fiel a mi cita semanal publico la parte veintidos (la penúltima) de una de las últimas historias que he escrito y que espero sea del agrado de mis lectores.

Para aumentar aún más mi desasosiego me vi en la obligación de viajar a cierta capital europea por motivos laborales. Aunque mi estancia fue corta, cuatro días, pude comprobar que las asiáticas que residían en esa ciudad se comportaban de forma similar a las que vivían en su país de origen puesto que, cada vez que subían al Metro, se emplazaban cerca de una de las puertas de acceso y manteniendo la mirada baja parecían esperar a que algún hombre decidido se acercara a ellas con intención de acosarlas, sobar...

Haberlas, las hay (Parte 2).

Segunda parte de una nueva historia más breve pero no, por ello, menos interesante que las que hasta ahora han podido leer mis lectores. Espero vuestros comentarios

A la mañana siguiente ninguno de los dos oyó el despertador y nos dormimos. Fue Andrea la que me despertó cuándo se levantó para ir al cuarto de baño, lo que me obligó a quitarla mi mano de la raja vaginal y se dio cuenta de la hora que era. A pesar de las prisas aún tuvo tiempo para “bajar al pilón” con intención de beberse mi primera meada del día mientras me chupaba la pirula antes de que me la meneara, me sacara una nueva lechada y me viera echarla al ducharnos juntos.

Como suponíamos que nos íbam...

Haberlas, las hay (Parte 1).

Próxima a concluir EL VIAJE QUE ME CAMBIO LA VIDA que he ido publicando durante las últimas semanas, quiero someter a la consideración de mis lectores una nueva historia más breve pero no, por ello, menos interesante que las que hasta ahora han podido leer. Espero vuestros comentarios.

Nunca he creído en ellas pero, desde que era un crío, me han agradado todas las leyendas y los cuentos que tienen como protagonistas a las brujas, a las hadas y a las hechiceras lo que, durante mi juventud, me llevó a sentir un interés especial por conocer la ciudad belga de Brujas pero, como vivía en el seno de una familia humilde y la casi siempre maltrecha economía de mis padres les imposibilitaba para darme semejante capricho, tuve que esperar hasta que pude reunir algo de dinero trabajando y conseguí c...

El viaje que me cambió la vida (Parte 21).

Fiel a mi cita semanal publico la parte veintiuna de una de las últimas historias que he escrito (que está llegando a su final) y que espero sea del agrado de mis lectores.

Ha transcurrido algo más de un año desde que regresé de aquel viaje. Las primeras semanas mi pene siguió estando bastante bien atendido, disfrutaba a diario de unos exhaustivos hurgamientos anales con sus oportunos masajes prostáticos y logré convencer a Ingrid para que me facilitara el realizar periódicamente tríos con ella y alguna de sus amigas al igual que comencé a hacer con Patricia y Carolina ( Carol ), una vecina suya que lucía “bombo” y que resultó ser una golfa salida y viciosa, pero no con...

El viaje que me cambió la vida (Parte 20).

Fiel a mi cita semanal publico la parte veinte de una de las últimas historias historia que he escrito y que espero sea del agrado de mis lectores.

El último día de mi estancia, que era sábado, mis obligaciones laborales solamente me ocuparon la mañana pero tuve que efectuar varios viajes en Metro para desplazarme de un lugar a otro. Pensé que aquel día la actividad sexual que se desarrollaría en los medios de transporte público sería sensiblemente inferior a la de los días anteriores pero no fue así puesto que el sábado era un laborable más en el que se trabajaba hasta media tarde y en cada uno de los viajes que realicé aquella jornada me encontré con...

El viaje que me cambió la vida (Parte 19).

Parte diecinueve de una de las últimas historias historia que he escrito y que espero sea del agrado de mis lectores.

A media tarde fue una escultural, espigada y joven azafata la que se vio acosada y humillada en el autobús, esta vez articulado y con un carrozado de tipo urbano, en el que regresé al hotel en el que me alojaba. La chica, luciendo el ceñido uniforme de la compañía aérea para la que trabajaba, subió muy pensativa al vehículo y arrastrando una maleta, pasó por delante de mí y se situó en un rincón, próximo a mi posición, al fondo del autobús en el que permaneció de pie, sola y cabizbaja. Su estatura, su pobla...

El viaje que me cambió la vida (Parte 18).

Parte dieciocho de una de las últimas historias historia que he escrito y que espero sea del agrado de mis lectores.

Como en jornadas anteriores, el quinto día de mi estancia volví a coger por la mañana el Metro. En esta ocasión el viaje fue bastante tranquilo hasta que una bella mujer de mediana edad subió al tren y se colocó al lado de un joven que se encontraba ubicado junto a una de las puertas de acceso con su hombro derecho apoyado en la chapa y con la mirada perdida en el exterior al que, sin el menor recato, comenzó a sobar el pito a través del pantalón. El chico, al que veía perfectamente desde mi posición, se so...