No despiertes a mamá de su siesta

Con la excusa de convencer a mi madre, mis dos nuevos amigos disfrutaron de su siesta.

Juan se echó un par de amigos en el barrio unos tres o cuatro años mayores que él.

Más que amigos le utilizaban como chico de los recados y él aceptaba gustoso a cambio de que le invitaran a beber de su litrona o a jugar en el salón de máquinas recreativas. Se sentía mayor al lado de ellos.

Casi todo el tiempo libre lo pasaba con sus nuevos amigos y Rosa, su madre, ya llevaba unos días preocupada por no saber exactamente por donde estaba todo ese tiempo y, aunque preguntaba a su hijo, éste siemp...

Las bragas de mamá son heavy metal

En este relato cuento cómo mi madre quiso que los vecinos quitaran la estruendosa música y lo que la sucedió.

Aquella mañana de finales de primavera estaba un Juan de catorce años estudiando en su habitación cuando una potente música estridente entró por la ventana abierta y que daba a un estrecho patio.

Desconcentrado, juró en arameo esperando que acabara aquel atronador y desagradable ruido, pero, lejos de finalizar o de remitir, incluso aumentó su volumen. Debía ser heavy metal o algo parecido, pero no había dios que entendiera lo que gritaban esos chiflados.

Evidentemente no fue él el único que la o...

El repartidor del supermercado se folló a mi madre

En este relato cuento cómo el repartidor del supermercado disfrutó del cuerpo de mi madre.

Aquella mañana de primavera pensaba acercarme por la biblioteca para estudiar.

Mi padre hacía horas que se había marchado a trabajar y mi madre, después de arreglar la casa, se había metido al cuarto de baño a ducharse.

Ya estaba a punto de irme cuando llamaron a la puerta y escuché en ese momento a mi madre decirme desde el baño:

  • Si es el del supermercado que pase la compra a la cocina.
  • Voy, mamá, pero voy a salir ya.
  • Pásale a la cocina y vete que yo ahora salgo.

Abrí la puerta de...

La niña mala y el cachondo de su tío

Las circunstancias ayudan al tío de Malena para llevar a la práctica un plan para follarse a su cuñada y a su sobrina

(CONTINUACIÓN DE “LA NIÑA MALA Y LA SUERTE DE LA CALIENTAPOLLAS”)

Aquel día comieron en casa los tres miembros de la familia: Lorenzo, Elena y la hija de ambos, Malena.

Aunque la televisión estaba puesta nadie se fijaba en ella. Salido.

El padre, malhumorado, pensaba en su trabajo al que tendría que volver después de comer y del que seguramente tendría que volver muy tarde a casa.

La madre recordaba, muy sonriente, el polvazo que la había echado don Mariano, el profesor de gimnasia d...

La niña mala y la suerte de la calientapollas

La vuelta a las clases supone un problema para Malena al ser acosada sexualmente por sus profesores y compañeros del instituto.

(CONTINUACIÓN DE “LA NIÑA MALA Y EL CIPOTE DE PAPÁ”)

No fue Malena la primera que se despertó esa mañana, sino su madre, pero la escuchó cuando bajaba por las escaleras del adosado donde vivían.

Después de la experiencia que tuvo con su padre la cama de matrimonio, la joven pasó el final de la noche durmiendo en el sofá del salón, completamente desnuda como acostumbraba, así que no se cubrió cuando su madre entró a la habitación.

  • ¿Ya estás mejor, mamá?

La preguntó la niña, ya que Elena...

La niña mala y el cipote de papá

Cómo los cipotes de la familia disfrutaron de los encantos de Malena

(CONTINUACIÓN DE “LA NIÑA MALA Y LA COMIDA FAMILIAR”)

Aquella tarde veraniega de domingo una Malena completamente desnuda escuchó desde el cuarto de baño cómo sus tíos, Ramón y Mercedes, y su primo se marchaban del adosado donde ella y sus padres vivían.

Se había tenido que encerrar en el baño para escapar de su primo, al que llamaba para molestarle Ramoncín, y que a punto estuvo de follársela sobre su propia cama. La gustaba a la niña calentarle, ponerle a mil hasta que perdiera el control y se...

El premio de mamá

Aprobar las asignaturas y pasar de curso bien vale un buen regalo de su madre a su hijo y … al amigo de su hijo que le ayudó a aprobar.

Aquel día de julio era muy especial para un Juan de dieciocho años.

Dudando del resultado de su último examen había acudido a la Universidad para ver sus últimas notas y … ¡había aprobado la única asignatura que le faltaba! ¡Había aprobado todas y podía pasar al siguiente curso! Todos sus esfuerzos a lo largo de todo el curso habían sido recompensados y ahora era el momento de celebrarlo con sus amigos, especialmente con Manu, su mejor amigo, un año mayor que él y en un curso superior al suyo, que le...

Una ciudad muy caliente para mi madre

Hay lugares que no se pueden visitar con el calor tórrido del verano sin que follen, cómo bien pudieron comprobar mi madre y mi tía.

Aquel verano la madre de Juan, Rosa, no tenía todavía los treinta y seis años, cuatro más que Paloma, hermana de ésta.

Mientras Juan era más bien pequeño y enjuto para su edad, quizá por lo mucho que se pajeaba, pasando por su aspecto frecuentemente desapercibido; su madre, aunque era de altura media, un metro sesenta y siete, no pasaba nunca inadvertida, sino todo lo contrario al ser de anchas caderas; culo redondo, macizo, erguido y respingón; pechos generosos, firmes y nada caídos; y piernas largas...

El regalo de mamá

Entró para comprar un regalo a su hijo, pero fue mucho más lo que regaló.

Aquella tarde de finales de junio fue Rosa con su hijo de cuatro años a una tienda del barrio donde vivía y en la que vendían una gran cantidad de juguetes.

Quería que el pequeño viera los juguetes que había y seleccionara uno para regalárselo por su cumpleaños.

Al entrar en la tienda el rostro del niño se iluminó entusiasmado al ver tanto juguete, y la madre, alegre de observar así a su hijo, comentó al dependiente el motivo de su visita.

El dependiente, un hombre de aspecto de lo más vul...

Cómo comenzó mi madre su carrera de actriz porno

Unas fotos comprometedoras obligan a una mujer a salir a la carrera de su domicilio para recuperarlas sin detenerse a valorar las posibles consecuencias de su precipitación

(CONTINUACIÓN DE “LA VECINA ENSEÑA A MI MADRE A JUGAR A LAS CARTAS”)

Había pasado más de un mes desde aquella tarde en la que Rosa había acudido a la casa de su vecina Encarni para aprender a jugar a las cartas y se encontró con dos tipos que, después de emborracharla, la desnudaron y violaron salvajemente mientras la grababan con una cámara.

Aunque no había olvidado en ningún momento la experiencia traumática vivida, había aprendido a vivir con ella en silencio, sin contar nada a nadie, ni a su...