¡Si, átame átame si te atreves!
Mi vecina atada queda sometida a mi voluntad
Esta tarde mi vecina Teresa está sola en casa y no sabe que yo me la he tomado libre del trabajo para poder estar con ella. La llamo por teléfono y la invito a venir a mi casa pasando por el jardín trasero para que nadie la pueda ver en su aventura.
El ofrecimiento le ha sorprendido mucho pues no se lo esperaba. Enseguida la sorpresa se convierte en expectación, sabe que teniendo toda la tarde libre para nosotros, a solas y con las comodidades de mi casa las posibilidades son muy interesantes. Prome...