Dulce venganza
Casual ocasión en que vengué los abusos que mi hermano mayor cometió en la niñez y a la vez disfruté una de mis mejores aventuras sexuales.
La peor tragedia que podía ocurrir en mida llegó el mismo día en que nací: la naturaleza me castigó con un falo de tamaño fuera de serie.
Hoy, a mis 23 años, más de una docena de mujeres me han dejado con la estaca bien dura, por miedo al dolor que mi verga pueda causarles al penetrarlas.
Sin embargo, también me ha dado satisfacciones tremendas, como enchufar a mujeres ávidas de un mástil grande, como el mío.
Les diré, mi miembro viril mide 10 pulgadas de largo y dos y media de ancho, ...