Jugando con fuego (Libro 2, Capítulos 36, 37 y 38)
Continúa la historia.
CAPÍTULO 36
No me dio demasiado tiempo a pensar si pudiera ser su sentimiento de culpa quién mandaba en aquel salón, y es que María me bajó los pantalones y los calzoncillos en dos tirones, forzándome a levantar un poco mi cuerpo para que pudiera hacerlo. Mi polla salió a la luz, como siempre, ajena a mis paranoias y elucubraciones. Mi novia, permanentemente cuidadosa, decidió quitarme todas las prendas y del todo, antes de empezar a maniobrar.
Mientras mi miembro creciente lagrimeaba sobre mi v...