Jugando con fuego (Libro 3, Capítulos 43 y 44)

Continúa la historia.

CAPÍTULO 43

Sentí una terrible frustración por lo que yo consideraba una injusta y terrible mala suerte. A lo que tenía que sumar la ansiedad por querer ver y no poder, y pánico porque Rafa se voltease y viera a María con Marcos.

Y es que no tenía duda de que si llevaba mi mirada hacia la barra, Rafa podría seguir la proyección de mi mirada, descubriendo así algo que sería inexplicable y bochornoso. Aún sin yo mirar, las probabilidades de que él ojease su entorno y yo quedara humillado eran altí...

Jugando con fuego (Libro 3, Capítulos 41 y 42)

Continúa la historia.

CAPÍTULO 41

No había digerido todavía aquella frase cuando Marcos se aburrió de esperar. Quién sabe si temiendo que yo pretendiera disuadirla. Le dijo algo al oído y la hizo girar, apartándola de mí con disimulo. Era torpe en movimientos pero parecía tener cierta maña o pericia en esos contextos. Había captado su atención y yo no podía oírles y hasta llegó a sonreírle a ella, ahí sí siendo él y fallando, pues su sonrisa quiso ser pícara pero fue obscena.

Pero María no le apartaba, no le decía qu...

Jugando con fuego (Libro 3, Capítulos 39 y 40)

Continúa la historia.

CAPÍTULO 39

“Estamos en la barra de la derecha”. No indicaba el barrio, ni el nombre del pub, o sea, que era inminente. Y, cuanto más inminente lo veía, más me excitaba y más me dolía.

María habló entonces, y obviamente no fue para proponer marcharnos, como yo había pensado que haría hacía un rato, sino para decirme que casi tenía ganas de ir al baño otra vez, y se reía diciendo que no entendía como yo iba tan poco al aseo. Aquel era un tema que no era nuevo, una coña que era nuestra y antigua,...

Jugando con fuego (Libro 4, Capítulos 1 y 2)

Continúa la historia.

LIBRO 4

tanatos130@hotmail.com

CAPÍTULO 1

Antes de los treinta cualquier excusa es buena para quedar, después sucede todo lo contrario; por eso allí estaba yo, en aquella inauguración de piso, rodeado de un par de amigos, algunos conocidos y muchos extraños. La noche ni prometía ni dejaba de prometer, seguramente antes le daba menos vueltas a todo, y a nada, que ahora.

Recuerdo haberla visto de espaldas por primera vez, pero me bastó para saber que estaba buena; quizás, más que por i...

Jugando con fuego (Libro 3, Capítulos 36, 37 y 38)

Continúa la historia.

CAPÍTULO 36

Se marcharon y sentí algo que no entendía muy bien qué era. Parecía como una extraña necesidad de explicarme, de predicar a los cuatro vientos qué era aquello que estaba viviendo.

Me giré y vi a aquel chico que hablaba con María. A él lo veía de espaldas y más que una camisa parecía una enorme sábana azul lo que me impedía ver a mi novia. Me giré un poco y vi como charlaban y no me dio la sensación de que ella tuviera el más mínimo interés en que aquella conversación se alargase. Otr...

Jugando con fuego (Libro 3, Capítulos 34 y 35)

Continúa la historia.

CAPÍTULO 34

Deseaba que se desvaneciera mi erección pues estaba inmerso en una extraña vergüenza, pero de la que una vez embarcado no podía saltar. Titubeé en una respuesta imprecisa y lo cierto era que si bien había pensado en su momento en salir suficientemente arreglado, llegaba a sentir que resultaba humillante arreglarse con especial ahínco precisamente durante aquellos contextos, aquellos momentos de líbido de María, en los que yo le producía casi repulsa física.

Opté entonces por unos vaq...

Jugando con fuego (Libro 3, Capítulos 32 y 33)

Continúa la historia.

CAPÍTULO 32

María abandonaba la perfección y sensualidad del espejo en busca de un cargador para el teléfono móvil que hallaría en su maleta. Mientras, yo me preguntaba por qué había sido tan insistente con respecto al espacio que ella me demandaba para leer lo escrito por Edu, como si no supiera que no era la primera vez, como si no nos hubieran pasado cosas mucho más impactantes. Pero lo cierto era que aquello, sin alarmarme, me sorprendía; era sorpresa, no reproche, y llegaba a entender que ella in...

Jugando con fuego (Libro 3, Capítulos 30 y 31)

Continúa la historia.

CAPÍTULO 30

Mi decisión estaba tomada, me iba a los servicios del fondo del vagón. No me quedé a descubrir si María se alteraba porque Álvaro le escribiera. No me quedé a ver si le respondía con rapidez o le castigaba un poco o si ni le respondía. Demasiado en shock estaba después de lo escuchado y después de ver a María palpar su coño allí sentada… como para alterarme, sufrir o excitarme con lo que pudiera salir de aquel teléfono móvil.

Una vez en el aseo pasé el pestillo con vehemencia y me vi...

Jugando con fuego (Libro 3, Capítulos 27, 28 y 29)

Continúa la historia.

CAPÍTULO 27

No solo había frialdad, sino distancia. Una distancia que era física en aquel taxi, pues no nos podíamos haber sentado más alejados a pesar de estar ambos en los asientos de atrás, y también emocional. Yo reparaba en que en aquellos momentos en los que yo a María no le llegaba se levantaba entre ambos una barrera enorme. Y a aquella barrera había que añadir también otro elemento, que ya era palpable, en ella y en mí, pero que por aquel entonces aún no habíamos conseguido descifrar.

S...

Jugando con fuego (Libro 3, Capítulos 25 y 26)

Continúa la historia.

CAPITULO 25

Aquel movimiento no solo me sorprendió sino que me intimidó. Como cuando anhelas algo desde hace tiempo y una vez te encuentras a las puertas te sientes desbordado. Era impactante pensar que María, empalada por aquel arnés y chupando aquella otra polla, no solo tenía en mente el pasado: la follada que Edu le había pegado en la boda, sino el futuro: el hecho de mandarle una nota de voz desde su móvil.

María, que durante semanas parecía desaparecer y rehuir de todo lo relacionado con n...