Jugando con fuego (Libro 3, Capítulos 23 y 24)
Continúa la historia.
CAPÍTULO 23
Estuvimos así unos instantes, en un silencio solo roto porque se oía el succionar de mi boca ultrajando aquella teta y los pequeños quejidos de María. Notaba como ella apretaba aquella polla de plástico, buscando una masturbación imposible pues no había piel que mover arriba y abajo, pero sin duda, era evidente, que ya en aquel momento yo ya no era yo, sino Álvaro, y me preguntaba si aquella postura exacta se habría dado. Si Álvaro le habría comido una teta así mientras ella le pajeaba, y...