Jugando con fuego (Libro 3, Capítulos 5 y 6)
Continúa la historia.
CAPITULO 5
Parecía la tarde de los encuentros fortuitos. Lo cual, a golpe de domingo y en una ciudad mediana, tampoco acababa de ser sorprendente. Y es que ya camino de casa cruzamos una plaza llena de niños y, entre diferentes columpios y toboganes, atisbé a una amiga de la infancia con su marido y su hijo.
Estuve un rato charlando, sobre todo con ella, mientras de reojo miraba como María interactuaba con su hijo, que debería de tener unos tres o cuatro años. Además, quizás porque estaba un poc...