Jugando con fuego (Libro 3, Capítulos 5 y 6)

Continúa la historia.

CAPITULO 5

Parecía la tarde de los encuentros fortuitos. Lo cual, a golpe de domingo y en una ciudad mediana, tampoco acababa de ser sorprendente. Y es que ya camino de casa cruzamos una plaza llena de niños y, entre diferentes columpios y toboganes, atisbé a una amiga de la infancia con su marido y su hijo.

Estuve un rato charlando, sobre todo con ella, mientras de reojo miraba como María interactuaba con su hijo, que debería de tener unos tres o cuatro años. Además, quizás porque estaba un poc...

Jugando con fuego (Libro 3, Capítulos 3 y 4)

Continúa la historia.

CAPÍTULO 3

Allí, desayunando, la miraba, y la veía tan serena que me llegaban hasta a dar escalofríos. Y es que no es que lo hubiera preferido, para nada, pero me habría impresionado menos, me hubiera parecido más, entre comillas, normal, que ella me hubiera dicho que no podía más, o que se hubiera alejado, o ido de casa unos días, o haberme pedido a mí un espacio, irme yo. No lo sabía. Pero algo. Algo que demostrara que aquella noche de locura con Álvaro, Guille y Sofía le había parecido impactan...

Jugando con fuego (Libro 3, Capítulos 1 y 2)

Inicio del tercer libro.

CAPÍTULO 1

Sabía que podría luchar para despertarme, pero prefería aquel limbo, aquel espacio inexacto entre soñar y divagar, pues aquel sueño semi consciente me estaba mostrando verdades con más claridad que si estuviera totalmente despierto.

El lugar era nítido, conocido para mí en el sueño, la casa de un amigo. Me sentía a gusto. Me rodeaba gente conocida, gente con la que podía ser yo. Sin embargo, había en mi interior una desazón, algo había cambiado. Era algo descorazonador, doloroso. E ir...

Jugando con fuego (Libro 2, Capítulos 49 y 50)

Final del libro 2.

CAPÍTULO 49

Si el sentimiento de culpa no me había asaltado con mi primer orgasmo sí lo hizo con el segundo: Con las bragas de María en mi nariz, mi camiseta del pijama apartada y mi pantalón medio bajado, contemplaba el estropicio de mi semen impregnando mi vello púbico. Una paja casi compulsiva recordando las diferentes imágenes: María arrodillada chupándosela a Álvaro… María a cuatro patas recibiendo las embestidas de Guille mientras se la chupaba a Álvaro… María enculada por aquel crío… No había a...

Jugando con fuego (Libro 2, Capítulo 48)

Continúa la historia.

CAPÍTULO 48

El ascensor descendía y yo cerraba los ojos y aun me sentía en aquel dormitorio, y no sabía si aquellas imágenes que se cruzaban en mi mente las quería grabadas o no. El crujir de aquel habitáculo me hizo recordar cuando, horas antes, bajaba con María, nos íbamos, y yo sentía cierta decepción. Ahora había pasado, había pasado todo. La pregunta era si había pasado demasiado.

El frío, la resaca y el resplandor del amanecer golpearon mi cara al salir a la calle. Caminaba, deshaciendo el...

Jugando con fuego (Libro 2, Capítulos 46 y 47)

Continúa la historia.

CAPÍTULO 46

Nada la impedía irse, pero quizás me estaba pidiendo que yo tomara por ella una decisión que ella no era capaz de tomar.

De golpe escuchamos como los gemidos de Sofía se hicieron más cercanos, en un volumen mucho más alto, y no era porque estuviera gimiendo con más fuerza, si no porque claramente alguien había abierto la puerta de aquel dormitorio. María y yo nos apartamos, quedando ella más cerca de la puerta de salida y yo vi como Álvaro salía de aquel dormitorio, dejando a Sofía c...

Jugando con fuego (Libro 2, Capítulo 45)

Continúa la historia.

CAPÍTULO 45

María se retiró un poco, algo mareada, por el alcohol, pero seguramente más por la excitación… y por aquellos besos… y por aquellos magreos… y por aquella tensión... Si le había sido difícil fingir que no estaba excitada al iniciar aquella paja, ahora, tras aquellos besos y aquella tremenda comida de tetas, ya le era imposible disimular. Aquellas mejillas enrojecidas podrían ser consecuencia del alcohol, pero aquella mirada, aquellas tetas hinchadas y aquellos pezones duros la delataban. ...

Jugando con fuego (Libro 2, Capítulos 43 y 44)

Continúa la historia.

CAPÍTULO 43

Mientras subíamos en aquel habitáculo miré el reloj, eran casi las tres de la madrugada. Llevábamos bebiendo ni se sabía cuántas horas y María parecía mantener la compostura mejor que yo. Al menos irradiaba una dignidad que tapaba en cierta forma su embriaguez, aunque esta fuera latente. Una dignidad que era triple, pues fingía que lo de Sofía llevándose a Guille no la había jodido, fingía que aquellos besos con Álvaro no la habían afectado y daba por hecho que la pérdida de su móvil no ob...

Jugando con fuego (Libro 2, Capítulos 41 y 42)

Continúa la historia.

CAPÍTULO 41

Me quedé completamente absorto por aquella imagen. Como si hubieran apagado la música, como si hubieran detenido el tiempo. Recordé haber vivido algo similar, meses atrás, aquel fin de semana de la casa rural, en aquel bar, cuando, al volver del cuarto de baño, había visto a María mostrando el encaje de las medias… y a medio bar clavándole la mirada. Pero esto era otro nivel, por verse además el liguero, y por las hienas que la miraban y juzgaban.

Y caí en la cuenta de que nunca habí...

Jugando con fuego (Libro 2, Capítulos 39 y 40)

Continúa la historia.

CAPÍTULO 39

Aquella proposición era irrechazable, si bien María parecía más tranquila que yo. No es que yo tuviera miedo de aquellos chicos, ni mucho menos, pero sí creo que era más consciente de que aquel chico le tenía seguramente bastantes ganas a María, y no solo ganas sexuales; bebíamos de nuestros gin tonics y recordaba ciertos mensajes agresivos de Álvaro, enfadadísimo, rozando lo violento, porque ella no le escribía, no le enviaba fotos o no le respondía a sus llamadas.

También pensaba q...