Jugando con fuego (Libro 4, Capítulos 7 y 8)
Continúa la historia.
CAPÍTULO 7
—Quién quiera que sea no lo tienes en la agenda —dije.
Ella detuvo entonces su sentida y sutil cabalgada, con cara de extrañeza.
—Qué raro. ¿Y qué dice? —preguntó, mostrándome que no tenía nada que ocultar, y yo, aún con mi miembro dentro de su cuerpo, los dos prácticamente quietos, alargué mi mano, cogí su teléfono y se lo di. Sin mirar la pantalla.
Su cara de no entender nada llegó incluso a acentuarse.
—Pues no sé quién es.
—¿Pero qué dice?
—Dice: Perd...