Paraíso de Masoquistas (15)

Las tres condenadas llevan la cruz a cuestas por las calles de la ciudad. Una vez en la plaza son puestas en el cepo a merced de la muchedumbre.

En lugar de llevarlas directamente hasta la plaza donde habían instalado el patíbulo, las tres víctimas  fueron conducidas a un lugar distante de allí dos kilómetros. El Coronel Ahmed quería que caminaran esa distancia con las cruces a cuestas a la vista de la gente.

Efectivamente, cuando se bajaron del furgón, las tres chicas se encontraron con que Ismail les llevaba un rato esperando con los guardias y los tres leños de más de metro y medio de largo que ellas tendrían que transportar sobre los hombr...

Paraíso de Masoquistas (14)

Nadia y Luba son juzgadas y condenadas. La noche antes de la ordalía son custodiadas por unos lujuriosos guardianes.

Al día siguiente Luba y Nadia fueron juzgadas en  una sala del Krak por un severo y despiadado juez. Por respeto al tribunal a las dos mujeres se les permitió cubrirse por unos momentos con unos ásperos uniformes carcelarios, pero por lo demás tuvieron que acudir a la sala del juicio amordazadas y con las manos atadas a la espalda por unos pesados grilletes  que se conectaban a los tobillos por una larga cadena.

En realidad, aquello fue un simulacro de juicio, y a las acusadas sólo se les concedió un...

Paraíso de Masoquistas (13)

Nadia y Luba sufren tortura a manos de María ¿se rendirán y firmarán el documento? ¿o resistirán?

Por la mañana del quinto día nada más amanecer los guardias fueron a buscar otra vez a las dos amantes lesbianas. Esta vez sí les esperaba una larga jornada de dolor y sufrimiento. Como era costumbre, las despertaron con un  chorro de agua helada y tras pincharlas en el culo y en los muslos con un gran tenedor, las sacaron de la jaula tirándolas de los pelos. Una vez en el suelo las obligaron a ir a cuatro patas hasta el baño sin ahorrarles patadas ni pinchazos en el culo.

Como buenas esclavas, Nadia...

Paraíso de Masoquistas (12)

Las prisioneras del Krak forman en el patio para asistir como espectadoras a una cruel crucifixión

La  cruel rutina del penal   se repitió al día siguiente y las prisioneras tuvieron que afrontar otra vez las humillantes experiencias de la  higine, el desayuno, y el extenuante ejercicio de la mañana. Una vez terminada la agotadora carrera por las escaleras del Krak, se hizo formar a todas las reclusas en el patio. Tras subir corriendo aquellos odiosos trescientos escalones, Nadia y Luba estaban físicamente exhaustas y respiraban  agitadamente intentando recuperar el resuello. A pesar de eso las dos se pu...

Paraíso de Masoquistas (11)

Nadia sufre y disfruta en manos de Ismail el verdugo

La tercera noche junto a  su amada Luba, Nadia casi no pudo pegar ojo,  no podía quitarse de la cabeza la asquerosa sensación de follar con un puerco como Ahmed. Seguramente no había contado con eso cuando decidió entregarse para salvar a su amante. Ser la esclava de Ahmed durante más de un año entero ¡Eso sí que sería una horrible condena!, si al menos su amo fuera Ismail no serían las perras de Ahmed, o al menos no todo el rato,..... entonces, repentinamente se le ocurrió la idea.

  • Eh tú, guardia,...

Paraíso de Masoquistas (10)

Nadia y Luba satisfacen los bajos instintos del Coronel Ahmed en la Cámara de tortura n. 4

Luba y Nadia permanecieron inconscientes casi una hora sobre los colchones, pero cuando despertaron se las llevaron directamente a su jaula y ese día no volvieron a ser torturadas. De este modo, las dos pudieron descansar  y dormir  en la claustrofóbica jaula de costumbre. Esta vez no hicieron el amor.

Al día siguiente temprano volvieron a despertarlas a manguerazos y se repitió todo el proceso de la higiene matutina y el desayuno de las prisioneras. Tras esto, las dos hicieron los ejercicios, carrera...

Paraíso de Masoquistas (09)

La sesión de tortura continua....

En lugar de responder a la pregunta de Frederick, Ismail se rió y pinchó un largo y grueso cirio de cera roja con un gancho. Entonces lo puso sobre el cuerpo desnudo de Nadia y proyectando la llama del soplete hacia éste, fue derritiendo la cera sobre el cuerpo de la mujer.

La joven masoquista había sufrido muchas veces la tortura de la cera derretida, pero nunca de forma tan intensa. Hasta entonces siempre se la habían echado desde una vela encendida, gota a gota. Sin embargo, por efecto del soplete,...

Paraíso de Masoquistas (08)

Nadia y Luba pasan la noche con la esperanza de ser liberadas ¿saldrá bien el plan que Nadia había dispuesto con el mercenario?.....

A la mañana siguiente muy temprano los guardias fueron a buscar a Luba y Nadia y tras despertarlas brutalmente con chorros de agua helada, las sacaron de la jaula tirándolas de los pelos y dándoles de bofetadas.

La rutina de las prisioneras siempre era la misma. Primero las llevaban hasta las letrinas para que hicieran sus necesidades delante de los guardias. Después un enema para vaciar los intestinos y una desagradable ducha con manguera y cepillos de puas.

Y por último el “desayuno”.  Este co...

Paraíso de Masoquistas (07)

Nadia encuentra por fin a Luba

Cuando vio que le traían a la prisionera, el Coronel se removió en su silla y la miró con atención. En realidad aún no se había acostumbrado a ver a todas aquellas bellezas desnudas y maniatadas.

El teniente llevó a Nadia delante de la mesa de Ahmed.

Este apartó los papeles que tenía delante y la miró atentamente recorriendo su impresionante anatomía con los ojos.

La joven Nadia le miró a su vez desafiante. Estaba un poco alterada y cachonda por todo lo que había visto. Los pervertidos  de...

Paraíso de Masoquistas (06)

Nadia es conducida a presencia del Coronel Ahmed, pero antes visita las ocho cámaras de tortura del Krak y allí es testigo de los tormentos a que se somete a las prisioneras. En la última de ellas se lleva una sorpresa.

Cuando sacaron a Nadia al patio de la prisión ya habían terminado de flagelar a la otra chica y se disponían a crucificarla. Nadia vio a la joven con la piel cosida a latigazos y restos de lágrimas secas en su cara. En ese momento se encontraba de rodillas al pie de la cruz, jadeando de cansancio y esperando sumisamente a que terminaran de preparar su suplicio.

Precisamente cuando vieron cómo traían a Nadia, los verdugos tuvieron una de sus perversas ideas.

  • Eh, vosotros, traed a la nueva aquí....