Diario de un Consentidor (30)
Esta es una historia de deseos, emociones, placeres, dudas, decisiones y pensamientos, es la historia del camino que nos llevó a Carmen, mi mujer, y a mí a lanzarnos a vivir las fantasías inconfesables que sin saberlo compartíamos en silencio cada vez que hacíamos el amor; Esta no es una historia de penetraciones y orgasmos, aunque también lo es; Así que si tu, lector que has llegado hasta aquí, buscas un desahogo rápido de tus pulsiones te recomiendo que abandones este texto y busques algo mas inmediato.
El amanecer nos expulsó del paraíso y nos devolvió a la realidad, Carmen salió hacia su trabajo, temiendo el encuentro con su jefe, presagiando su propia indecisión, luchando por compaginar su dignidad y su ambición.
Y yo, mientras me dirigía al gabinete, pensaba si no me habría extralimitado con mis palabras sobre Roberto, prácticamente le había aconsejado que se dejase llevar del placer que pudiera sentir cuando éste la metiese mano. Recordé algo preocupado mi respuesta a su pregunta sobre si...