Diario de un Consentidor (60)

Esta es una historia de deseos, emociones, placeres, dudas, decisiones y pensamientos, es la historia del camino que nos llevó a Carmen, mi mujer, y a mí a lanzarnos a vivir las fantasías inconfesables que sin saberlo compartíamos en silencio cada vez que hacíamos el amor;

Cap.60

Sus ojos me escrutaban cada vez que se llevaba a la boca un poco de ensalada. Buscaba en mi rostro la más mínima reacción, cualquier gesto que delatara mis emociones, ¡Cómo si no fuera suficiente con ver mi verga oscilando al ritmo que marcaba mi acelerado pulso y que la mantenía erguida y dura como una roca!

Apenas vestidos, - ella con la bata de baño sobre los hombros mostrándome su desnudez  y yo con la sudadera -, cenamos en la cocina, uno frente a otro en el mismo lado de la mesa...

Diario de un Consentidor (59)

Esta es una historia de deseos, emociones, placeres, dudas, decisiones y pensamientos, es la historia del camino que nos llevó a Carmen, mi mujer, y a mí a lanzarnos a vivir las fantasías inconfesables que sin saberlo compartíamos en silencio cada vez que hacíamos el amor.

Cap. 59

Como cada lunes Carmen evitó usar el auto para entrar en Madrid y la dejé en la estación de cercanías.

-       “Arrivederci bambina!” – bromeé exagerando el acento italiano, Carmen me asesinó con la mirada, luego sonrió.

-       “Ciao caro” – dijo con un mohín delicioso lanzándome un beso con la punta de los dedos en sus labios.

Arranqué dejándola frente a la estación. Sin dejar de sonreír la seguí por el retrovisor mientras cruzaba la calle hasta que la perdí. Me gusta o...

Diario de un Consentidor (58)

Esta es una historia de deseos, emociones, placeres, dudas, decisiones y pensamientos, es la historia del camino que nos llevó a Carmen, mi mujer, y a mí a lanzarnos a vivir las fantasías inconfesables que sin saberlo compartíamos en silencio cada vez que hacíamos el amor;

Avancé hacia la barra. Graciela estaba apoyada, más que sentada, en un taburete alto, con una pierna flexionada descansando en el reposapiés metálico. De nuevo me fijé en su espalda recta y su vientre plano, fruto sin duda del ejercicio físico que la danza le proporcionaba.

-       “Tenía mis dudas sobre si te vería esta mañana” – le dije tras intercambiar un par de besos.

Estaba espléndida, aún más radiante que la noche anterior. Pantalón vaquero ajustado, la camisa roja se cerraba un poco ante...

Diario de un Consentidor (57)

Esta es una historia de deseos, emociones, placeres, dudas, decisiones y pensamientos, es la historia del camino que nos llevó a Carmen, mi mujer, y a mí a lanzarnos a vivir las fantasías inconfesables que sin saberlo compartíamos en silencio cada vez que hacíamos el amor;

“Mujer-30: ¿qué prefieres leer, que tengo unos dedos dentro de mi coño que me están torturando?”

“Ricky: Dicho así parece que tus dedos no te pertenecieran, que tengan vida propia”

Carmen me lanzó una mirada de complicidad. No hicieron falta palabras para entendernos.

“mujer-30: Es lo que parece, es como si se movieran por voluntad propia, apenas los controlo”

“Ricky: supongo que estarás cómoda”

“Ricky: me refiero a que a estas horas, debes estar en pijama, como mucho”

...

Diario de un Consentidor (56)

Esta es una historia de deseos, emociones, placeres, dudas, decisiones y pensamientos, es la historia del camino que nos llevó a Carmen, mi mujer, y a mí a lanzarnos a vivir las fantasías inconfesables que sin saberlo compartíamos en silencio cada vez que hacíamos el amor;

Aparece en la puerta del baño y se detiene un instante mirándome.

-       “¡Qué hijo de puta” – Sonríe

Me quedo mirándola sorprendido, jamás la he escuchado emplear esa palabra y mucho menos conmigo. Entiendo el tono en el que la ha pronunciado, aun así no deja de extrañarme su actitud. De nuevo veo en ella esa mirada desconocida, esa expresión peculiar que no reconozco. Se mueve despacio hacia los pies de la cama, balanceando sus caderas sin dejar de mirarme. Rodea la cama y se sienta a mi lado...

Diario de un Consenridor (55)

Esta es una historia de deseos, emociones, placeres, dudas, decisiones y pensamientos, es la historia del camino que nos llevó a Carmen, mi mujer, y a mí a lanzarnos a vivir las fantasías inconfesables que sin saberlo compartíamos en silencio cada vez que hacíamos el amor;

Carmen se había sumergido en un estado casi febril donde la realidad y los recuerdos se mezclaban como en las pesadillas, sin ser capaz de discernir entre lo que percibía y lo que su cerebro le enviaba desde las zonas mas profundas. Realidad e irrealidad crearon un clima en el que apenas podía distinguir una de otra y en el que pasaba con suma facilidad del “aquí-y-ahora” a otro tiempo y lugar que parecía ya vivido y al mismo tiempo le era desconocido.

Sus emociones seguían la misma pauta errática. Ex...

Diario de un Consentidor (54)

Esta es una historia de deseos, emociones, placeres, dudas, decisiones y pensamientos, es la historia del camino que nos llevó a Carmen, mi mujer, y a mí a lanzarnos a vivir las fantasías inconfesables que sin saberlo compartíamos en silencio cada vez que hacíamos el amor; Esta no es una historia de

Dualidad

Amanecía y la pálida luz que comenzaba a diluir la oscuridad de la alcoba nos encontraba despiertos, cara a cara,  con la mirada clavada en el otro. Mi mano derecha descansando en el hueco de su cintura, su mano derecha rodeando mi agotado pene, el dedo pulgar extendido hasta rozar mi vientre acariciando a veces el vello como si de un impulso nervioso espontáneo se tratase; los demás dedos cobijaban al otrora orgulloso guerrero y lo apretaban con suavidad, sin ritmo determinado, con silen...

Diario de un Contentidor (53)

Esta es una historia de deseos, emociones, placeres, dudas, decisiones y pensamientos, es la historia del camino que nos llevó a Carmen, mi mujer, y a mí a lanzarnos a vivir las fantasías inconfesables que sin saberlo compartíamos en silencio cada vez que hacíamos el amor; Esta no es una historia de

Prólogo

Comencé este capítulo a finales de 2009 y desde el principio se me atascó, no conseguía darle forma de modo que lo abandoné e intenté seguir el diario cronológicamente pero con ese “hueco” en medio.

No fue buena idea. Cada vez que intentaba escribir acababa volviendo al relato de mi iniciación al que dedicaba unas horas estériles y me impedía avanzar en los demás capítulos, así sucedió que hasta 2011 publiqué tres capítulos y luego… el silencio hasta hoy.

El trabajo diario tamb...

Diario de un Consentidor (52)

Esta es una historia de deseos, emociones, placeres, dudas, decisiones y pensamientos, es la historia del camino que nos llevó a Carmen, mi mujer, y a mí a lanzarnos a vivir las fantasías inconfesables que sin saberlo compartíamos en silencio cada vez que hacíamos el amor.

Café con leche; la leche bien echada, con arte, haciendo círculos lentamente para provocar una abundante espuma blanca.  Agradecí con un gesto  al camarero su buen hacer y eché medio sobrecito de azúcar.  Mientras daba vueltas al café no pude evitar volver la vista a la mesa que quedaba detrás a mi izquierda y cuya ocupante había llamado mi atención al entrar.

Pelo castaño claro recogido en un moño alto, delgada hasta marcar los pómulos y dibujar suavemente las mandíbulas en su rostro. Cuello esbelto...

Diario de un Consentidor (51)

Esta es una historia de deseos, emociones, placeres, dudas, decisiones y pensamientos, es la historia del camino que nos llevó a Carmen, mi mujer, y a mí a lanzarnos a vivir las fantasías inconfesables que sin saberlo compartíamos en silencio cada vez que hacíamos el amor; Esta no es una historia de

Carmen abrió los ojos desorientada. Una rítmica serie de pulsaciones en progresiva intensidad habían culminado en una fuerte contracción de su coño que la expulsó del profundo sueño en que se había sumido tras acabar con el sándwich y el café que se preparó al llegar a casa.

Aun trataba de despertarse del todo cuando unas leves réplicas empezaron a cobrar fuerza,  su espalda se fue arqueando al ritmo que marcaba la intensa palpitación de su sexo. Sus manos, conscientes del huracán a punto de llegar, o...