Diario de un Consentidor (40)

Esta es una historia de deseos, emociones, placeres, dudas, decisiones y pensamientos, es la historia del camino que nos llevó a Carmen, mi mujer, y a mí a lanzarnos a vivir las fantasías inconfesables que sin saberlo compartíamos en silencio cada vez que hacíamos el amor; Esta no es una historia de penetraciones y orgasmos, aunque también lo es; Así que si tu, lector que has llegado hasta aquí, buscas un desahogo rápido de tus pulsiones te recomiendo que abandones este texto y busques algo mas inmediato.

Cerró los ojos mientras intentaba que su respiración volviera a la normalidad, se sabía observada por Carlos que acostado a su lado no dejaba de mirarla en silencio. Le resultaba tan deliciosamente agradable esa mirada casi reverencial con la que recorría su cuerpo… era como una caricia, sus ojos aun mantenían la misma expresión de sorpresa de la primera vez y no podía por menos que sentirse profundamente halagada por esa mirada que siempre la descubría como un tesoro.

Esa sensación era quizás l...

Diario de un Consentidor (39)

Esta es una historia de deseos, emociones, placeres, dudas, decisiones y pensamientos, es la historia del camino que nos llevó a Carmen, mi mujer, y a mí a lanzarnos a vivir las fantasías inconfesables que sin saberlo compartíamos en silencio cada vez que hacíamos el amor; Esta no es una historia de penetraciones y orgasmos, aunque también lo es; Así que si tu, lector que has llegado hasta aquí, buscas un desahogo rápido de tus pulsiones te recomiendo que abandones este texto y busques algo mas inmediato.

El radio despertador sonó lejanamente y durante un tiempo que me pareció muy largo intenté ignorarlo; Soñé que lo apagaba, me metía en la ducha y después, como cada mañana, preparaba el desayuno mientras Carmen terminaba de arreglarse, pero el ritmo machacón de la emisora me devolvió a la realidad a los pocos minutos.

Y la realidad, la abrumadora realidad que hacia totalmente diferente aquel amanecer me despejó como si hubiera metido la cabeza en agua fría.

Miré a mi derecha, Carmen dormía...

Diario de un Consentidor (38)

Esta es una historia de deseos, emociones, placeres, dudas, decisiones y pensamientos, es la historia del camino que nos llevó a Carmen, mi mujer, y a mí a lanzarnos a vivir las fantasías inconfesables que sin saberlo compartíamos en silencio cada vez que hacíamos el amor; Esta no es una historia de penetraciones y orgasmos, aunque también lo es; Así que si tu, lector que has llegado hasta aquí, buscas un desahogo rápido de tus pulsiones te recomiendo que abandones este texto y busques algo mas inmediato.

Recorrimos el largo pasillo en un silencio tal que nuestra respiración se podía escuchar claramente, los tacones de Carmen resonaban en el parquet marcando un ritmo lento; detrás, los pies descalzos de Carlos parecían responder a contratiempo.

Entramos en la alcoba que el día anterior habíamos preparado cuidadosamente; Observé que la persiana había quedado levantada y tan solo un leve visillo cubría el cristal, era ya de noche y me inquietó que alguien pudiera vernos; Apenas tuve tiempo para pen...

Diario de un Consentidor (37)

Esta es una historia de deseos, emociones, placeres, dudas, decisiones y pensamientos, es la historia del camino que nos llevó a Carmen, mi mujer, y a mí a lanzarnos a vivir las fantasías inconfesables que sin saberlo compartíamos en silencio cada vez que hacíamos el amor; Esta no es una historia de penetraciones y orgasmos, aunque también lo es; Así que si tu, lector que has llegado hasta aquí, buscas un desahogo rápido de tus pulsiones te recomiendo que abandones este texto y busques algo mas inmediato.

  • "Dime"

Había reconocido el número de Carlos al coger el móvil y lo sujeté con mi hombro mientras continuaba hurgando en los archivos del año anterior, me hallaba enfrascado en la búsqueda de un historial que no aparecía y omití los saludos de rigor.

  • "Buenos días, ¿te interrumpo?, me ha dicho Carmen que te llamase para quedar luego" – me noté irritado, apenas eran las diez de la mañana y ya habían hablado, ese tipo de cosas me seguían produciendo una atávica emoción de invasión de mi ter...

Diario de un Consentidor (36)

Esta es una historia de deseos, emociones, placeres, dudas, decisiones y pensamientos, es la historia del camino que nos llevó a Carmen, mi mujer, y a mí a lanzarnos a vivir las fantasías inconfesables que sin saberlo compartíamos en silencio cada vez que hacíamos el amor; Esta no es una historia de penetraciones y orgasmos, aunque también lo es; Así que si tu, lector que has llegado hasta aquí, buscas un desahogo rápido de tus pulsiones te recomiendo que abandones este texto y busques algo mas inmediato.

El despertador interrumpió mi breve descanso y la pereza inicial, que me hubiera tentado en otro momento a apagarlo y ganar una hora más de sueño, se disolvió instantáneamente cuando recordé que aquel era el día en el que se iba a negociar la entrega de mi esposa.

Me levanté de un salto y arrastré a Carmen a la ducha, ambos estábamos agotados por la falta de sueño y el agua fría nos ayudó a despejarnos.

Cuando nos despedimos, antes de montarnos cada uno en nuestro coche, me retuvo un moment...

Diario de un Consentidor (35)

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El blanco techo de la alcoba se convirtió en una pantalla sobre la que mi mente proyectaba las imágenes que había creado escuchando a Carmen; Eran las cuatro de la madrugada y ninguno de los dos podíamos conciliar el sueño, estábamos abrazados, con los cuerpos pegados como si la más mínima distancia entre nosotros nos estorbase.

Me sentía… absolutamente superado por los acontecimientos, no podía acabar de creer lo que había escuchado de su boca, intentaba sin éxito salir de la conmoción que me h...

Diario de un Consentidor (34)

Esta es una historia de deseos, emociones, placeres, dudas, decisiones y pensamientos, es la historia del camino que nos llevó a Carmen, mi mujer, y a mí a lanzarnos a vivir las fantasías inconfesables que sin saberlo compartíamos en silencio cada vez que hacíamos el amor; Esta no es una historia de penetraciones y orgasmos, aunque también lo es; Así que si tu, lector que has llegado hasta aquí, buscas un desahogo rápido de tus pulsiones te recomiendo que abandones este texto y busques algo mas inmediato.

A medida que se acercaba la fecha en la que Carmen se encontraría con Carlos empecé a notar como la seguridad que hasta entonces había demostrado ante ella y ante mí mismo comenzaba a resquebrajarse; Seguía pensando de la misma forma, me excitaba sobremanera la idea de verla entregada a otro hombre y seguía confiando ciegamente en su amor, pero visceralmente la cercanía de aquel encuentro me producía en ocasiones una agobiante angustia ante la que nada podía hacer. Era un temor irracional que parecía...

Diario de un Consentidor (33)

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Abrió los ojos.

Durante unos segundos intentó ubicarse pero se sentía desorientada.

Miró hacia su izquierda, no reconocía la habitación en la que se encontraba, un intenso dolor de cabeza y un zumbido en los oídos le recordó que se había pasado con las copas.

En pocos segundos se situó; estaba en una cama extraña, el calor de la calefacción no evitaba que se sintiera destemplada al estar desnuda y sin cubrir. Su cuerpo salía del letargo y comenzó a enviarle señales, notó zonas de su...

Diario de un Consentidor (32)

Esta es una historia de deseos, emociones, placeres, dudas, decisiones y pensamientos, es la historia del camino que nos llevó a Carmen, mi mujer, y a mí a lanzarnos a vivir las fantasías inconfesables que sin saberlo compartíamos en silencio cada vez que hacíamos el amor; Esta no es una historia de penetraciones y orgasmos, aunque también lo es; Así que si tu, lector que has llegado hasta aquí, buscas un desahogo rápido de tus pulsiones te recomiendo que abandones este texto y busques algo mas inmediato.

Las lágrimas brotaban entre incontenibles sollozos que convulsionaban todo su cuerpo, apoyada en la piedra del muro que da acceso a nuestra urbanización Carmen lloraba desconsoladamente.

El llanto cesó de improviso, en un instante toda la agitación que la sacudía dejó paso a una extraña calma que apagó el temblor que acompañaba sus sollozos anteriores, su respiración se fue normalizando, Carmen se irguió.

  • "No puedo entrar así" – dijo en voz baja, respiró profundamente varias veces, de nuev...

Diario de un Consentidor (31)

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El lunes amaneció nublado y desapacible; tras apagar el despertador me volví hacia Carmen y la besé en el cuello, ella aún amodorrada se volvió buscando mi boca

  • "Buenos días cielo" – se desperezó en la cama estirándose como una gata, yo recorrí con mi mano su torso en tensión donde sus pechos parecían desaparecer.
  • "Buenos días amor"

Mientras nos besábamos, los recuerdos de la pasada noche se agolparon en mi mente y la incipiente erección creció incontrolable, Carmen notó mi polla clavánd...